domingo, 14 de noviembre de 2021

El asalto de cuerpo, capítulo 5


"¡Wow! esta comida está increíble, ¿seguro que no eres chef o algo?" Le pregunté a Luis. El muy lindo me invitó a cenar a su casa luego de que en el albergue ya no hubiera espacio para mí. 

"Jaja, para nada, es solo que desde pequeño aprendí a cocinar para valerme de mí mismo." Me respondió sonriendo. Se veía bastante orgulloso y feliz de cocinar. No podia dejar de verlo a los ojos. 


"En verdad aun sigo super apenad...o por todas las molestias que te hago pasar, prometo que te pagaré algún día". Le dije sonrojandome, la verdad a pesar de las semanas aun me cuesta referirme a mí misma como hombre, ahh qué asco en verdad.

Luis se acercó a mí y puso su mano en mi hombro y mirandome a los ojos simplemente me dijo que no me preocupara. No pude evitar sentirme emocionada ante este momento, pero lo peor es que cada vez que me siento asi, el pene de este cuerpo comienza a endurecerse y levantarse, por más que intento no puedo controlarlo, es como si tuviera vida propia. Ya veo porque dicen que los hombres tenemos dos cabezas... quiero decir, tienen dos cabezas. 

Ambos nos miramos por un segundo y yo no podia ocultar mi sonrisa, queria robarle un beso. Pero mi sonrisa y emoción se fueron cuando al siguiente segundo me dijo "para eso estamos los amigos". Lo peor de todo es que no puedo hacer nada ahora, no tengo la menor idea de qué sucedió con mi cuerpo aun. Y aun si quisiera resignarme a vivir esta vida, no tengo dinero, casa ni nada, solamente la "amistad" de Luis, carajo ni siquiera puedo decirle lo que siento y mucho menos todo lo que me sucedió, terminaré en algún manicomio y sin la única persona que me ha ayudado. En especial ahora cuando en el albergue se agotó mi tiempo y me sacaron sin piedad. Pero Luis y yo nos hemos vuelto bastante cercanos en este tiempo y cuando supo que ya no habia cabida para mí, me dio asilo en su casa. Me dijo que podia quedarme con él un tiempo hasta que yo pueda encontrar algun trabajo. 

El problema es que no tengo idea de quién es este señor en el que estoy, inventé el nombre de Alberto pero no tengo documentos, identificación ni nada que me dé una pista. El otro día salí y pasé nuevamente por el callejón donde ocurrió todo. Moví todos los botes de basura buscando algo pero no encontré nada, creo que este bastardo tenía todo bien planeado. 

Al no tener papeles me era casi imposible conseguir empleo, y digo "casi" porque logré encontrar algo, no es mucho pero era un puesto en una pequeña construcción. Jamás en la vida imaginé estar cargando bloques y conviviendo con otros señores sucios de los que antes me chiflaban y decían cosas sucias por la calle. Lo peor era tener que soportar a mis compañeros haciendo eso cada vez que una chica linda pasaba.



Luego de algunas semanas la relación con mis nuevos compañeros empezó a mejorar un poco. No sé si me acostumbré a ellos o yo me estoy volviendo uno de ellos. Pero en los ratos libres para comer las pláticas no me causan lo mismo.

"Entonces vi a esta vieja haciendo fila para tortillas, y que le meto una nalgada y me volteo para otro lado" dijo Tony, uno de mis compañeros mientras se reía de su chiste.

"¿Y no te vio? Qué estupida jajaja" le respondió Kevin, otro compañero.

Muy muy en el fondo estoy segura de que sentía asco y ganas de soltar bofetadas a estos hombres, pero algo en mí hizo que lo viera chistoso y no pude evitar reirme. No podía creer que me haya gustado escuchar eso, ¿acaso soy una pervertida ahora? Incluso me he dejado de sentir tan mal cuando Kevin saca su celular para enseñar fotos de mujeres desnudas o semidesnudas pars que todos morboseen. Como sea, teníamos que terminar de comer para volver a la chamba.


Aunque no era mucho, me pagaban y me era suficiente para evitarme la pena con Luis. Él estaba consciente de que no podía pagarme una renta por mí misma, asi que le bastaba con que lo ayude con la comida y algunos gastos de la casa. La verdad me estaba comenzando a adaptar a esta nueva vida, de una manera bastante extraña pero lo estaba logrando.

Una noche cuando regresaba del trabajo, vi salir a Luis de la casa junto con una chica que estaba muy linda y de buen cuerpo. Vi cómo el la agarraba por la cintura mientras la acompañaba a tomar un taxi. Sentí celos de ella, ya que yo podia estar en su lugar de no estar en este cuerpo. La maldita estaba guapa y tenia unas nalgas increíbles, al acercarme Luis me vio y me saludó alegre.

"¿Qué tal Beto? ¿Cómo andamos?" Me dijo.

"Bien bien, ya sabes, lo de siempre" contesté. Al ver que se empezaba a alejar el taxi no quitaba mi mirada de la chica y de manera inconsciente dije "qué buen culito". Al decir esto me cubrí la boca de la vergüenza y volteé a ver a Luis. Él, sonriendo y algo apenado simplemente me dijo "Eh, Betito, tan calladito y educado, ¿quién te viera?" Luego se rió unps segundos y siguió diciendo "¿te llamó la atención? Se llama Karla y ya es la segunda vez que salgo con ella".

Karla, maldita Karla, me dije a mí misma en mi mente. Y él no me habia dicho nada de ella. "Ah, bien guardadito que lo tenias eh?" Le dije disimulando mi sorpresa.

"Larga historia... bueno no, en realidad nos conocimos por Tinder y la verdad es muy linda, ya la conocerás algún día." Me dijo. Luego de eso entramos a la casa a cenar.


Al día siguiente en la obra no podía concentrarme bien, solo pensaba en esa Karla, por lo que habia cometido varios errores y me habían llamado la atención un par de veces. En una de esas solté sin querer unos ladrillos que se rompieron. Ante esto, el supervisor me dijo que quería hablar conmigo al final del día.  La verdad no tenía mucha cabeza, asi que Kevin intentando ser buen compañero se sentó junto a mí en la hora de comida. Como de costumbre en su celular tenia fotos de algunas viejas, digo, mujeres encueradas o con poca ropa. En eso, Javier, otro compañero se acercó muy inquieto a preguntar si ya había conseguido lo nuevo de "Zoffi", a lo que Kevin respondió que sí. 

"Checa a esta vieja, esto es lo más nuevo que tiene, me encanta, está buenisisisima la perra" me dijo mientras me daba su celular. La verdad nunca le prestaba mucha atención a las fotos que él guardaba, pero al mirar la foto sentí escalofríos que recorrían toda mi espalda y cuerpo, del impactó dejé de pensar al instante en Karla y mis regañizas del día, incluso casi suelto el celular. Ante mí estaba nada más y nada menos que mi viejo cuerpo, pero con un "traje" de bruja enseñando practicamente todo. 

"Eh, eh, tranquilo, no botes mi telefono que me costó" dijo Kevin entre risas. "Si, ya sé que esa vieja está impactante, esto es lo nuevo que tiene, ya que estamos en Halloween se anda disfrazando de putibruja, ah cómo me encanta esta perra".

"Perdón, debo ir al baño". Le dije, y corrí lo más rápido que pude a llorar a donde  o hubiera nadie. No puedo creer lo que este maldito viejo pervertido está haciendo conmigo. Del coraje incluso vomite un poco. No tengo idea de qué voy a hacer ahora, pero al menos ya tengo una idea de qué está sucediendo con mi cuerpo.






2 comentarios:

  1. Aún no puedo creer que hayas vuelto, eres de los pocos que hacen historias interesantes

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  2. Feliz de que volvieras añoro la parte 7 podrias darnos fecha cuando vuelvas a publicar si no no importa me encantó 😃

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