martes, 31 de diciembre de 2024

¡Feliz año nuevo!

 Antes que todo, quiero desearles un feliz año nuevo 2025.


Durante los últimos dos años, este blog ha quedado muy inactivo debido principalmente a la falta de tiempo y ganas que había tenido últimamente respecto a la escritura. Si bien permanecía activo a través de otras redes sociales leyendo una que otra historia, simplemente no sentía las mismas ganas que tuve en un inicio.

Sin embargo decidí no cerrar el blog y mantenerlo para que cualquier persona pudiera tomarse unos minutos del día para leer mis ocurrencias y en verdad agradezco que aun haya gente visitando de vez en cuando el blog.

Estos últimos meses, con la ayuda de un tiempo libre y algunas ganas e ideas que tuve, comencé a escribir historias nuevamente. Como ya habrán visto, algunas ya están publicadas y otras se irán publicando en los próximos dias. De ahora en adelante trataré de solamente publicar "sagas" cuando ya estén terminadas todas las partes, para evitar esperas largas y terminar con un final apresurado (como el caso de El Asalto y El vecindario). 

No prometo nada pero trataré de estar un tanto más activo este nuevo año que comienza.

Todos los comentarios son bien recibidos y espero que podamos seguir manteniendo unida esta bella comunidad. ¡Feliz 2025 a todos, les mando un gran abrazo hasta donde se encuentren!




sábado, 28 de diciembre de 2024

Una nueva araña. capítulo 4


Capítulo 4: Las apariencias engañan


A la mañana siguiente Lucy despertó con el sonido del despertador de Gwen, eran las 6am. Se levantó aun algo mareada y confundida sin estar segura si todo se había tratado de un sueño o una pesadilla, sin embargo vio a su alrededor y notó que era la misma habitación de anoche. Se miró en el espejo del tocador, observando el cuerpo desnudo de Gwen frente a ella, recordando cómo lo había explorado unas horas antes en la madrugada.

De repente escuchó desde lo lejos unos pasos por el pasillo dirigíendose a su puerta, por lo que a toda velocidad se colocó una pijama que estaba sobre una silla.

Los pasos llegaron a su puerta - "Gwen, ya levántate para la escuela"- Una voz femenina se escuchó del otro lado de su puerta, era la madre de Gwen. Lucy se limitó a responder que sí. Pero no estaba para nada interesada en asistir a la escuela, así que se volvió a acostar en la cama,  mirando el techo. Después de un rato la madre de Gwen volvió a tocar su puerta, despidiéndose para ir a su trabajo. Por lo que Lucy se quedó sola en casa, la oportunidad perfecta para saber más detalles de la piel que ahora habitaba.

"Impresionante. A pesar de ser solo una niña, es hermosa. Este cuerpo es tan delgado y refinado, y sin embargo tan poderoso al mismo tiempo... puedo sentir toda su fuerza contenida".


Lucy continuó admirando el cuerpo de Gwen, haciendo comparaciones con su antiguo cuerpo: su panza había desaparecido, dando lugar a un abdomen plano y ligeramente marcado. Sus brazos pasaron de ser gelatinosos a estar definidos. Y su cabello pasó de ser grisaseo por las canas y ceboso a ser una sedosa cabellera rubia. Y su parte favorita, sus senos caidos ahora eran 2 montes apretados y sensibles que lucían increíbles con escote.


Primero exploró todos los cajones y el guardaropa de Gwen, probándose su ropa y modelando frente al espejo, sin embargo no estaba del todo convencida con la selección de atuendos, pues Gwen a pesar de tener una buena figura por su actividad física, su ropa era algo recatada y conservadora, queriendo siempre pasar desapercibida entre la gente. Lucy sentía que la ropa no hacía justicia, el tener un cuerpo tan joven y en forma la hacia sentirse sensual como nunca antes, y como uno de sus hobbies era la costura, no tuvo mayor dificultad en tomar algunas prendas y con una tijera le hizo algunos ajustes. También tomó el celular de Gwen e ingresó a tiendas online en donde compró algunas blusas y vestidos, hasta donde su dinero le permitió. Tenía una sonrisa en su rostro ya que no recordaba la última vez que pudo comprar ropa con dinero legal, si bien no era precisamente su dinero, ahora le pertenecía. Y en especial las prendas que adquirió eran de una talla que ella nunca había podido usar.

Después salió del cuarto, caminando por los pasillos y luego a la habitación de los padres de Gwen, en donde con su experiencia de ladrona sabía qué cajones y zonas buscar para encontrar objetos de valor, encontrando efectivamente dinero, joyas e incluso una caja fuerte la cual no tuvo mayor problema en abrir con ayuda de su nuevo sentido arácnido y sus años de experiencia, solo para encontrar más joyas y algunas fotos familiares antiguas, en donde pudo observar a la familia y a Gwen cuando era una niña pequeña.
Al cabo de unos instantes, Lucy ya había averiguado prácticamente todo sobre su nueva familia y su nueva vida, su intelecto se combinaba con el joven cerebro de Gwen, por lo que pensaba más rápido que de costumbre.

- "Hmm veamos, mi estimada... Gwendolyn Stacy, 19 años, estudiante aplicada pero sin sobresalir. Madre trabajadora y Padre policia" - Lucy decía al espejo, riéndose al saber que su padre era un policia y que muy probablemente ya lo había topado en algún asalto. - "Y en secreto la tonta Spider-Ghost, vaya nombre que elegiste. Aun así, creo que me la voy a pasar muy bien con tu vida".

Tras esto, se había aburrido, por lo que decidió ponerse nuevamente el traje de Spider-Ghost, sintiendo el roce de la tela con los poros de su piel. Miró hacia la ventana, observando el mundo exterior y pensó en todas las posibilidades que sus nuevas habilidades le permitirían, en todos los sitios que podría robar, en todos los antiguos rivales de los que se podría deshacer y todo esto sin que alguien la pudiera detener. En especial recordando cómo se había columpiado la noche anterior por la ciudad, con tanta agilidad y flexibilidad. En ese momento no dudo en intentar algo:


- "Oh, increíble, y ni siquiera me estoy esforzando en lo más mínimo, este cuerpo es demasiado flexible, jamás me imaginé luciendo así" - Lucy recreó algunas de las posiciones que veía en los videos de Yoga, incluso pasando de pose en pose en cuestión de segundos, mucho más veloz y flexible que las instructoras que ella seguía. - "Hmm sería muy fácil ir por la vida destruyendo todo con estos poderes y en especial luciendo asi de joven y hermosa. Ahora soy imparable." - Lucy pensaba para sí misma. Amaba las sensaciones que su nuevo cuerpo conllevaba: una enorme agilidad y superfuerza que fluía a través de sus manos. Sin embargo no estaba del todo segura en liberar sus poderes dejando ver su rostro, por lo que se colocó la máscara, la pulsera y después salió por la ventana de un salto.


Se columpió por las calles de la ciudad, cada vez más veloz y de manera más agresiva de la que Gwen lo hacía normalmente. Incluso con su velocidad se sentía retumbar algunos vidrios con su paso. Lucy estaba sorprendida con lo ágil que podía llegar a ser, nunca había recorrido la ciudad tan rápido.

Su primera parada sería cuando vió a un hombre corriendo de un asaltante. Los empezó a seguir sin intervenir, hasta que el el hombre parecía que ya había dejado atrás a su asaltante, Lucy desde lo lejos lanzó su telaraña haciéndolo tropezar y permitiendo que el asaltante llegue a él. Ella siguió su camino simplemente diciendo "De nada".

Siguió y luego llegó hasta unos edificios que ella recordaba haber intentado robar hace un tiempo, sin embargo casi terminó atrapada en aquella ocasión. Decidió que esta vez sería diferente, así que se introdujo de manera sigilosa por una ventana, sin activar ninguna alarma y sin alertar a nadie. Una vez dentro, repitió el proceso que hizo en la habitación de sus nuevos padres, revisando cajones y finalmente la caja fuerte, llevándose esta vez todo el botín entre joyas y dinero. Repitió lo mismo con 5 departamentos más, saliendo totalmente impune y sin ninguna sospecha.
Lucy se relamía los labios de felicidad, al fin se había convertido en la mejor ladrona, aunque en el fondo esto no la hacía sentir completamente satisfecha. Ella en el fondo quería dejar el mundo criminal, sin embargo esta sensación de ser imparable era más fuerte.


Guardó su botín en un lugar seguro y luego siguió a unas patrullas a lo lejos, que la llevaron a otro asalto a un banco. En esta ocasión los policias se quedaron mirando hacia el cielo, esperando que Spider-Ghost llegara a ayudarles, sin embargo esto nunca ocurrió. Por su lado, Lucy entró por la parte de atrás del banco, cubriendo las cámaras de seguridad y luego metiéndose a la bóveda, en donde se llevó algunos lingotes de oro y un saco de dinero, tan sigilosamente que ni los ladrones que estaban ahí la vieron entrar y salir.

Comenzó a sentir hambre, por lo que su siguiente parada fue un puesto de comida callejera, en donde se acercó de manera silenciosa para robar una hamburguesa, sin embargo el vendedor la sorprendió en el último momento.
- "Oh, ¡Spider-Ghost! Qué gusto verte, toma, cortesía de la casa" - El vendedor le dijo amablemente, preparando una hamburguesa doble al momento.
- "¿Me... me la regalas?" - Lucy preguntó sorprendida. El vendedor asintió y le dijo que gracias a ella su hijo estaba vivo después de salvarlo de un incendio el otro día, por lo que podía pasar cuando quisiera.
Lucy simplemente alzó un poco su máscara para poder comer su hamburguesa y luego se fue, agradeciendo el gesto. No podía creer que haya comido gratis y sin robar.

Esto la hizo conmoverse, no sabía qué pensar o qué hacer, pero le gustaba sentirse reconocida, algo que nunca había sido en su vida.

Comenzaba a anochecer, por lo que fue de regreso a casa de Gwen, en donde rápidamente se quitó el traje y se puso ropa cómoda, justo antes de que su madre abriera la puerta del cuarto.


- "Hija, ¿está todo bien?" 

- "Eh, sí mam... mamá" - Lucy respondió con un nudo en su garganta. Era difícil para ella llamar de esa forma a alguien más que no sea su propia madre, pero tenía que disimular.

- "Oh qué bueno hija, estaba preocupada con todo lo que ha salido en las noticias, hoy la ciudad fue un caos".

- "¿Un caos? ¿De qué hablas? Yo no vi nada malo" - Lucy decía desconcertada, sin estar consciente de lo que ocurría fuera de su día explorando sus nuevas habilidades.

- "Sí, al parecer se registraron el doble o triple de crímenes de lo normal, dicen que Spider-Ghost no se apareció en todo el día".

- "Ah, ¿y eso qué importa? Tampoco es la gran cosa esa disque heroína" - Lucy dijo con desprecio.

- "¿Qué? ¿Por qué dices eso? Creí que tú estabas a favor de ella, sabes que ella ha salvado a tu padre en más de una ocasión, es una heroína" - Su madre dijo preocupada al notar el cambio de actitud de quien creía que era su hija. 

- "Oh, por nada, no es nada. Solo que tuve un mal día, no quise decir eso de nuestra heroína" - Lucy corrigió con sarcasmo pero astutamente con un tono de arrepentimiento para evitar levantar sospechas.

La madre de Gwen se retiró del cuarto, dejando sola a Lucy, quien se quedó recostada mirando en su nuevo celular todas las noticias y videos de crímenes, incluyendo el asalto al banco al que se infiltró, el cual terminó con pérdidas millonarias y un rehén herido. Sin embargo ella no le dio mayor importancia y dejó el celular a un lado en la cama para ir a lavarse la cara. Al regresar su celular comenzó a sonar, era una llamada de Jackie, la compañera de Gwen, quien le preguntó preocupada si estaba bien, ya que no había ido a clases y hoy tenía una tarea importante.

Lucy enrolló los ojos y simplemente le siguió la corriente a su compañera. No tenía ganas pero sintió que debía seguir con la "agenda" de Gwen si no quería levantar más sospechas con sus conocidos, por lo que tomó las libretas y apuntes de Gwen y comenzó a leerlos, resolviendo algunos problemas de matemáticas sin problemas, lo cual la sorprendió ya que nunca fue buena en esa área. También pudo resolver algunas ecuaciones y cuestionarios de Química y otras materias. Sentía que el conocimiento fluía por su mente, ahora tenía la mente de Gwen, una estudiante genio. Le gustó la sensación de tener conocimientos y se dejó llevar, tomándose prácticamente toda la noche para cumplir con las tareas atrasadas que la misma Gwen había dejado desde semanas atrás.

"Hmm Química: Listo, Matemáticas: Listo, Física: Listo. Vaya nunca antes en mi vida había hecho tanta tarea, de haber podido terminar la prepa o ir a la universidad tendría que aguantar eso a diario. Aun que quizás no sea tan malo".

Luego de eso iba a dormir, pero encontró una libreta que estaba sellada con un tipo de lector de huella digital. Procedió a colocar su pulgar y el sello se abrió: al mirar los apuntes, Lucy se dió cuenta que se trataba del diario personal de Gwen, el cual captó toda su atención, quedándose a leerlo desde el inicio, letra por letra, página por página, aprendiendo cada detalle íntimo de la vida de Gwen. 

El reloj comenzó a sonar, eran ya las 6am y debía arreglarse para ir a la escuela. Lucy no había dormido en toda la noche, por lo que se colocó el uniforme escolar, modelando frente al espejo. Tenía décadas desde la última vez que se había puesto un uniforme de ese tipo y estaba sorprendida de verse de esa manera.
Si bien el uniforme no era nada del otro mundo, ella le hizo un ajuste a la falda para que quede un poco más arriba, luciendo un tanto más sensual de lo que Gwen solía lucir. Luego de eso se quedó unos minutos leyendo el diario antes de salir en camino a su escuela.

Una vez ahí, Lucy ya había leído bastante sobre su nueva vida, por lo que no tuvo mayor problema en fingir con los compañeros de Gwen, con quienes ni siquiera necesitaba socializar debido a su forma de ser. A excepción de Jackie a quien recordó de la llamada y que en el diario mencionaba que era una buena persona y le tenía gran aprecio. Sin embargo Lucy solo se limitó a tratarla de forma cortante, incluso más agresiva de lo que Gwen solía ser. Y es que para sorpresa de muchos, no solo la veían actuar diferente sino que asistió a todas sus clases por primera vez en mucho tiempo, llamando la atención de un par de chicos que nunca la habían notado y dándose cuenta de lo bella que era su rostro y su cuerpo, Lucy se dió cuenta de esto y comenzó a caminar meneando aun más las caderas. Le gustaba la atención masculina que estaba recibiendo.

Al terminar la última clase, Lucy salió deprisa, dejando atrás a todos para irse sola hacia su nueva casa, en donde se dirigió al cuarto, escribiendo en el diario sus sentimientos al igual que Gwen lo habría hecho. Escribió cómo asistir a la universidad un día le hizo sentir realizada, una de las cosas que nunca había podido lograr, sin la preocupación de conseguir dinero para comer, o sin el temor de que algún miembro de banda la ataque sin avisar. Y también escribió cómo la hizo feliz el sentirse joven y atractiva, ella no había tenido novio en los últimos años o alguien que realmente estuviera interesada en ella de manera física.

Sin embargo en el fondo Lucy no estaba tranquila, recordaba la promesa que hizo a su sobrina y quería saber qué había ocurrido con su cuerpo, así que decidió investigar a dónde la habían llevado. Por la noche ingresó a la laptop del padre de Gwen y pudo hackear sin mayor problema para entrar a la plataforma de la policia. Ahí estuvo revisando archivos, encontrando su antiguo historial criminal.

- "Hmm 3 robos armados, 2 asaltos y 1 intento de secuestro... terrible, eso no es ni la mitad de lo que he hecho, qué pobre información tienen sobre mí..." - Lucy sonreía con el rostro de Gwen mientras seguía leyendo, ahí se enteró que la prófuga había sido atrapada en un mal estado de salud durante un enfrentamiento de grupos armados, por lo que fue llevada a terapia intensiva debido a sus lesiones y una fractura grave en el brazo. - "¿El brazo? Debió ser la patada que le di, bueno sigue viva, será mejor que le de una visita".


jueves, 26 de diciembre de 2024

Una nueva araña, capítulo 3



Capítulo 3: Una araña en mi cuerpo


 Gwen ingresó al edificio a través de una ventana, observando la situación mientras analizaba cómo afrontar el momento, se movió por el tejado pasando desapercibida hasta llegar a un punto en donde sorprendió a los criminales de la habitación, desarmándolos y envolviéndolos en su telaraña sin mayor problema.


- "¿Estoy interrumpiendo una fiesta sorpresa o algo así? Disculpen mis modales" - Gwen decía con sarcasmo asustando a los criminales presentes.

Y así siguió por varias habitaciones, en donde el resto de criminales dejaron de dispararse entre sí para enfocarse en ella. A pesar de sus esfuerzos, Gwen esquivaba los disparos y golpes de todos con tranquilidad y delicadeza, casi pareciendo una bailarina con sus movimientos. Uno a uno fue dejándolos fuera de combate hasta solamente quedar una habitación que parecía ser del jefe, adentro estaba una mujer encerrada, Lucy. Gwen corrió hacia ahí y abrió la puerta, acercándose a ella para rescatarla, pensando que se trataba de algún rehén.

- "Señora venga conmigo, ya todo está bajo control". Gwen estiró su brazo para recoger a Lucy del suelo.

- "Aléjate, maldita enmascarada, ¡vete!" Lucy gritaba con furia. Gwen se acercó para sujetarla del brazo, sin embargo al hacer contacto, la pulsera de Lucy emitió un shock eléctrico que aturdió a Gwen, dejándola inconsciente en el suelo. Lucy miró sorprendida y aun enojada lo que ocurrió. Y aprovechando que la superheroina estaba indefensa se acercó para patearla e insultarla. "Toma esto perra maldita, deja de entrometerte en cosas que no te incumben". Lucy siguió pateando a Gwen, aunque parecía no hacerle daño al estar debilitada y muy cansada. Lucy solo podía suspirar para tomar aire, ya agotada. Por lo que en medio de su rabieta, se acercó más a Gwen, quitándole la máscara y descubriendo su rostro, dejando en shock a la criminal.

"Eres... eres... ¡eres solo una maldita niña!" Lucy gritaba con incredulidad y frustración. No podía aceptar que Gwen fuera una chica 20 años más joven. "Es increíble, tanta juventud y belleza. Además de ser intocable, y decides ser un verdadero dolor de cabeza para todos. ¡Te odio!" Lucy se quedó de rodillas, mirando a Gwen por unos segundos en silencio, con ojos llorosos. Recordó como ella era tan solo un par de años menor a Gwen cuando ingresó al mundo criminal y su vida se había convertido en una espiral de caos. Deseaba salir de ahí, deseaba regresar en el tiempo y rehacer su vida. "Si tan solo tuviera tu edad de nuevo, y con tu belleza. Si tan solo estuviera en tu lugar." Lucy decía rompiendo en llanto, dominada por la envidia. "¡Quiero tener tu cuerpo!".

Luego de decir esto, la pulsera emitió un brillo y una voz comenzó a salir de ella:

TRANSFERENCIA DE USUARIO INICIADA

"¿Qué? ¿Quién dijo eso?" - Lucy preguntó, luego de eso sintió un mareo que la dejó en el suelo, encima de Gwen, sin poder hacer nada. Se sentía aturdida mientras la pulsera seguia brillando cada vez más. Sentía como si la pulsera estuviera quemando su piel, y poco a poco toda su visión iba quedando negra, hasta desmayarse. Lucy quedó inerte en el suelo, y la pulsera se soltó por cuenta propia de la muñeca de Lucy, cayendo en el brazo de Gwen y adhiriéndose. La pulsera continuó aumentando su brillo, y Gwen pronto comenzó a temblar sin control, convulsionando e incluso hasta sacando un poco de espuma por la boca. Y a la par de este temblor, la luz de la pulsera continuó brillando cada vez más fuerte. Hasta finalmente detenerse ambas al mismo tiempo.


"Aggh ¿pero qué pasó?" - El cuerpo de Gwen dijo levantándose del piso, aun algo aturdida y confusa. - "Me... Me siento rara, como si..." - La mujer dijo mientras comenzaba a percibir todo su entorno con muchos más sentidos. Como si tuviera un sexto o séptimo sentido. Luego de eso miró sus manos, quedándose en shock al ver que tenía el traje de Spider-Ghost con la pulsera encima.

"¿Qué? ¿Pero qué es esto? ¿Estoy muerta? ¿Porqué tengo el traje de Spider-Ghost? Espera... mi voz". La mujer dijo comprendiendo la situación.

TRANSFERENCIA DE USUARIO COMPLETADA

La voz de la pulsera dijo. Ahora era Lucy quien estaba en el cuerpo de Gwen, con su traje, su rostro y especialmente, sus habilidades. "No puedo creerlo, ¿en verdad puedes hacer esto? ¿Y mi cuerpo...?"

Lucy miró su cuerpo a un lado, y rápidamente juntó su brazo con la pulsera con el brazo en donde antes la tenía colocada. Lo cual emitió otro brillo, con la pulsera aumentando la intensidad del brillo mientras el cuerpo de Lucy empezaba a convulsionar, repitiendo el proceso anterior. Luego de unos segundos todo se detuvo.

EXPULSIÓN DE INTRUSO COMPLETADA

"Sí, intruso, eso es lo que eres ahora, ¿escuchaste maldita niña malcriada? ¡Una maldita intrusa!" - Lucy dijo y en medio de su enojo soltó una patada hacia su antiguo cuerpo, lo cual hizo que lo lanzara varios metros adelante, dándose cuenta al instante de la nueva fuerza que ahora tenía. "Oh, esto es asombroso".

En ese momento las sirenas de la policía comenzaron a sonar, llenándose el sitio de elementos de seguridad y llevándose a Gwen en el cuerpo de Lucy, muy maltratada. Mientras Lucy observaba la escena desde lejos. Ella tenía sentimientos encontrados, se sentía mal al verse a sí misma en ese estado y siendo llevada por la policía, pero por otro lado ahora sentía una energía como nunca antes, no solo había rejuvenecido sino que tenía una fuerza y agilidad descomunal: el cuerpo y las habilidades de la superheroina que tanto odiaba ahora eran suyos.



"Esa niña se va a pudrir en prisión con mi cuerpo debil y sin sus poderes, me siento mal por ella pero estoy lista para esta nueva vida..." Lucy se quedó unos segundos reflexionando sobre lo ocurrido hasta que su madre y sobrina pasaron por su mente.
"¡Mamá! Debo ir a verla, asegurarme que esté bien"
Lucy se acercó al borde del tejado donde estaba, pensando en cómo salir de ahí, recordó cómo Gwen suele brincar de edificio a edificio todo el tiempo, colgándose de sus telarañas, por lo que se puso nuevamente la máscara y se empezó a preparar para dar el salto.

"Muy bien, no debe haber problema, la he visto brincar más de 10 metros de un solo salto y luego... sus telarañas, ¿cómo las saca?" Lucy comenzó a revisar su traje, buscando algún arma o algo de donde pudiera sacar las telarañas pero no encontraba nada, hasta que de pronto, casi de forma automática apuntó al edificio haciendo el gesto clásico con su mano, sacando la telaraña perfectamente colocada.
"Wow, ¿cómo hice eso? Es como si este cuerpo actuara por cuenta propia." Lucy pensó en voz alta, reaccionando ante su memoria muscular.
Ella se asomó hacia la calle, viendo como las personas parecían hormigas por la distancia. Tembló por unos segundos pero luego tomó el valor y se lanzó hacia el vacío, colgándose de su telaraña, columpiándose de manera torpe y chocando en una ventana, rompiéndola por la velocidad. Lucy se mantuvo firme, prácticamente sin sentir el golpe debido a su nueva fuerza. Luego lanzó otra telaraña y continuó balanceandose entre los siguiente edificios, agarrando cada vez mejor equilibrio hasta comenzar a dominarlo luego de unas cuantas cuadras.

"Esto es más sencillo de lo que pensé que sería, vaya cuánta agilidad tengo, ¡esto es asombroso!" Decía Lucy mientras comenzaba a realizar sus primeras piruetas en el aire, agarrando cada vez más confianza. 
Unas cuantas personas que se asomaban por su ventana pudieron ver a Lucy pasando, saludándola de forma amistosa, a lo cual ella no supo cómo reaccionar, pasando simplemente de largo hacia el edificio donde vivía su madre.

Al llegar al edificio, Lucy no supo calcular la velocidad nuevamente y casi choca con su ventana, esquivándola apenas y quedándose pegada en la pared, desde donde acechó hacia el interior, observando que todas las cosas seguían en orden. Abrió la ventana cuidadosamente y entró a su habitación, no había señales de que alguien haya entrado o lo haya intentado. Lucy se sentó en su cama y se levantó la máscara, dando un gran suspiro de alivio. 

En ese momento la puerta se abrió de golpe, Lucy logró reaccionar a tiempo poniéndose la máscara y saliendo por la ventana en cuestión de un segundo, se mantuvo en el borde para acechar. Se trataba de Emilia que había entrado a la habitación de Lucy para buscar una pijama. Emilia se dio cuenta de que había algo en la ventana, recordando cuando Gwen la acompañó un par de días antes. Abrió la ventana y acechó pero no vio nada.

- "¿Spider-Ghost? ¿Eres tú? ¿Viniste a saludarme?"

La niña decía al aire, Lucy se había ocultado pero escuchaba a su sobrina, no podía creer que haya sabido que estaba ahí, y en especial que hablara con la superheroína que ella tanto rencor le tenía. 
En un momento, Lucy decidió asomarse, dejando que Emilia la vea y sonría de oreja a oreja al verla.

- "¡Volviste! Sabía que no te habías olvidado de mí, mis amigos no me creen que te conozco." La niña dijo emocionada, queriendo abrazar a la mujer frente a ella, quien la detuvo de forma similar a unos días antes cuándo la recibió en su anterior cuerpo. Lucy no sabía cómo reaccionar ante esto, ella no estaba enterada de que Gwen y su sobrina habían hablado en algún momento, siempre deseó que eso nunca ocurriera pero ya era un hecho, al igual que era un hecho que ahora ella era quien estaba debajo de esa máscara.

No deseaba que hubiera alguna relación, pero el sentimiento de Lucy por su ver bien a su sobrina fue más fuerte y dejó de detenerla, dejando que la niña la abrace. Lucy la abrazo de vuelta.
- "Sí... sí aquí estoy de nuevo Sob... eh, Emi" Lucy le dijo con la voz entre cortada por los nervios, incluso casi descubriéndose a sí misma.
- "Qué bueno que viniste Spidey, te extrañé mucho en estos días, ven, entra, mi tía Lucy no está" Emilia dijo riendo al final. Lucy abrió sus ojos de sorpresa por debajo de la máscara al escuchar esto.
- "Tu... ¿tía? ¿de qué hablas?"
- "Sí, ella bueno, ella dice que te odia y que eres una amenaza, pero yo sé que eres una heroína y que siempre salvas el día. Me gustaría ser como tú algún día. Ojalá ella te viera de la misma manera".
- "Y tú deberías hacerle más caso a tu tía, ella sabe porqué te dice las cosas, ¡¿oiste?!" Lucy le dijo en un tono regañón, el cual Emilia sintió muy familiar.
- "Oww discúlpame Spider, no quise hacerte enojar, no pienses que no quiero a mi tía, al contrario, la amo y daría mi vida por ella si fuera necesario, al igual que tú lo haces. Es solo que la extraño, siempre está ahi fuera y casi no la vemos y mi abuela y yo estamos muy preocupadas por ella, ¿crees que podrías buscarla?"
- "¿Buscarla yo? Y esa tía tuya... ni la conozco ni nada"
- "Anda, ¿sí? Mira es ella" Emilia se acercó a un cajón y sacó una foto de Lucy la cual le mostró. Lucy tomó la foto para mirarla de cerca, ella no sabía de esa foto pero al parecer su sobrina la guardaba en un cajón con mucho cariño. - "¿Podrías? Por favor, ella podría estar en peligro" - La niña se acercó a la mujer para susurrarle - "Aquí entre nos, ella se junta con personas malas y peligrosas, ¿qué tal si le hicieron algo?"

Lucy se conmovió al ver la preocupación de su sobrina, tenía los ojos llorosos y quería quitarse la máscara para decirle que ella estaba ahí mismo, pero en su lugar solo contuvo sus sentimientos y le dijo que haría lo que pueda para ayudarla, para luego acercarse a la ventana y salir.

- "Emilia, tu tía siempre va a estar contigo, ¿ok?" Lucy le dijo a la niña justo antes de lanzarse y balancearse por las calles. Emilia solamente asintió la cabeza y observó por la ventana como la mujer se alejaba a la distancia.


Luego de alejarse, Lucy se quedó en el tejado de otro edificio, se quitó la máscara y comenzó a llorar desconsolada. No terminaba de asimilar todo lo que estaba ocurriendo: había cambiado de cuerpo con la persona que más odiaba, su cuerpo original ahora estaba malherido con la policía, había descubierto el gran cariño que su sobrina le guardaba y ahora no solo la tenía a ella y su madre preocupadas, sino que las había puesto en peligro ante sus antiguos compañeros criminales.

Después de desahogarse, se compuso de nuevo, poniéndose su máscara y decidida a hacer lo mejor que pudiera de ahora en adelante: Manteniendo a salvo a su familia y tratando de llevar esta nueva vida.

Entre eso, tuvo un flashback que la hizo regresar al edificio donde el cambio había ocurrido y encontró la mochila de Gwen guardada entre telarañas. La recogió y buscó entre sus cosas hasta encontrar información en una tarjeta de identificación, descubriendo desde su nombre hasta su dirección.
- "Hmm muy bien mi estimada... ¿Gwendolyn? Hmm mejor solo Gwen. Es momento de seguir adelante con mi vida."

Lucy se fue del edificio, balanceandose hasta llegar al departamento de Gwen, entrando por la ventana y observando la habitación de pies a cabeza. Pasó sus manos por su escritorio, sus libros, observaba sus posters de bandas musicales y de repente comenzó a sentir un ambiente familiar, como si su cuerpo se sintiera cómodo en ese sitio.

Lucy sonrió luego de haber tenido la noche más extraña de toda su vida. Era la primera vez que visitaba ese lugar pero se sentía familiar, le gustaba lo que veía acerca de Gwen, era como una versión adolescente de ella misma, pero sin la parte criminal. Al mismo tiempo se sentía cómoda en su nueva piel, en especial al acostarse en la cama de Gwen, la cual estaba ya amoldada a la figura de la superheroína. 
- "Wow, ni siquiera recuerdo la última vez que me acosté en una cama tan cómoda y sin que rechine... aunque ahora debo pesar lo mismo que una pluma así que es una ventaja" - Lucy se dijo mientras se estiraba y se acomodaba en su nueva cama. El cansancio y el sueño se comenzaron a apoderar de ella, por lo que comenzó a desvestirse para poder dormir.





"Hmm creo que es momento de quitarme este traje y conocer un poco más a profundidad este cuerpo"
Lucy se desvistió, quedándose desnuda y explorando el cuerpo de Gwen. Pasó sus manos por sus nuevos pechos, por sus largas y delgadas piernas, sentía cómo cada poro de esa piel robada se erizaba al tacto.
"Oh Dios, tampoco recuerdo la última vez que mi piel se sintió así de sensible y suave". Lucy se dijo mientras sentía una humedad en su entrepierna. Esa noche, Lucy tendría su primer orgasmo en su nuevo cuerpo.


lunes, 23 de diciembre de 2024

Fantasías peligrosas

Capítulo 1: El profesor

Alejandro es un maestro en Universidad. A pesar de ser un hombre atractivo a sus 40 años, en el fondo siempre había deseado ser una mujer, pero la idea de someterse a una operación de cambio de sexo nunca pasó por su mente. Él disfrutaba comprar ropa interior de mujer para usarla y modelarla en la privacidad de su hogar. Incluso se tomaba fotos y grababa sus pequeñas pasarelas, soñando con algún día ser una mujer auténtica. 

Como parte de una de sus fantasías, él había creado una cuenta en instagram bajo el nombre de "Paola" enseñando únicamente sus piernas vestidas con mallas y tacones. Se hacía pasar por mujer y disfrutaba recibir comentarios halagando su figura. Sin embargo su interacción se veía limitada a únicamente responder los comentarios o mensajes con un "gracias jiji", ya que en un par de ocasiones había intentado seguir la conversación con otras personas, sin embargo la ilusión siempre acababa al momento de pedirle fotos de su rostro, videos o simplemente aceptar llamadas de voz. Esto había frustrado a Alejandro, ya que cada vez dedicaba más tiempo a su perfil fake de Instagram que a su propia vida fuera de internet. Comenzó a improvisar, tomándose fotos a través de apps para cambiar su rostro al de una mujer y editando su voz en programas para hacerla más aguda. Sin embargo no era suficiente, él cada vez deseaba más tener la vida que había inventado en internet. Él deseaba ser "Paola"

Aun con su frustración, Alejandro debía seguir trabajando para poder mantener su estilo de vida. Después de todo era un profesor con reconocimiento en la universidad, admirado por su amplío conocimiento y su cercanía con los alumnos, ya que muchos lo consideraban como un amigo, más allá de un simple profesor aburrido. Aunque en realidad, Alejandro tenía más afinidad hacia las mujeres, debido a su deseo de ser una de ellas. Él se ganaba la confianza de sus alumnas hasta el punto de conocer algunos secretos, y principalmente saber la manera en la que las mujeres se comunicaban entre ellas. Sentía envidia de escucharlas hablándose entre sí como "bebé", "amor", entre otros.

Luego de clases, Alejandro acostumbraba llegar a casa, guardar sus cosas y luego entrar a su habitación.
Ahí, él se desvestía para luego colocarse sus medias y entrar en su personaje de redes sociales, en donde era una chica sexy de edad y apariencia misteriosas.

Esta rutina cambió cuando el nuevo semestre de clases inició, y a su salón llegó una nueva alumna llamada Paula, una joven y muy hermosa chica de la cual una gran parte de sus compañeros se enamoraron a primera vista, incluyendo a Alejandro, quien más que desear estar con ella, deseaba ser ella.



Capítulo 2: Atracción peligrosa

Desde el primer instante, Alejandro se comportó de manera muy educada con ella, ganándose su confianza pronto. En especial porque Paula tenía amigas en semestres más avanzados quienes le dijeron que el profesor era una buena persona en la que podía contar. Muy pronto Paula empezó a verlo como un amigo, y después de clases ella se quedaba a platicar con él durante horas, hasta el punto de salir a comer juntos. 

En el fondo, Paula comenzó a sentir atracción por su profesor y deseaba llevar más allá su relación con él. Y por otro lado, Alejandro cada vez se sentía más cautivado por la vida de su alumna, con cada chisme que contaba de sus amigos, con cada historia sobre su vida, él añoraba más poder vivir y hacer suyas esas vivencias. En especial cuando Paola vestía con blusas escotadas o faldas cortas, él se lamía los labios deseando poder usarlas y lucirlas igual de bien.

Con el tiempo ambos comenzaron a salir en forma de relación aunque decidieron no hacerla pública ya que Alejandro podría ser despedido debido a políticas de la escuela y solamente un par de amigas de ella sabían al respecto. Paula se sentía muy ilusionada al estar con un hombre que consideraba maduro, culto, educado y caballeroso, mientras que Alejandro se sentía ilusionado de estar cada vez más cerca del cuerpo que él deseaba ser, pues ella era perfecta en cada aspecto: su rostro, su cabello, su figura y en especial que su nombre era casi el mismo que el nombre que él utilizaba en su cuenta falsa. En un inicio él aprovechó la relación para comenzar a utilizar fotos de ella en ese perfil, "revelando" su rostro y subiendo fotos que ella se tomaba para él, incluso utilizando audios de ella para hacer ver más real su fantasía.

Todo marchaba bien, su relación se mantenía estable y ella estaba más que encantada con el hombre que tenía a su lado, y aunque Alejandro estaba feliz con la relación y con las "mejoras" que hizo en su perfil falso, aun se sentía incompleto. Sentía que cada vez su vida real lo hacía menos feliz ya que solo deseaba convertirse en Paola, incluso comenzó a cancelar citas con ella y con amigos, hasta llegó a faltar a clases solamente por quedarse más horas platicando con otros hombres y mujeres desde el perfil de Paola. Esto hizo que Pau empezara a sospechar que algo malo estaba ocurriendo, ella sospechaba que había otra mujer involucrada, y estaba en lo cierto aunque no era precisamente alguien real sino el alter ego que su novio había creado y cada vez lo consumía más.

Por cuenta propia Pau comenzó a investigar al respecto, siguiendo a Alejandro a escondidas durante unos días y observando que él frecuentaba tiendas de ropa femenina y tiendas de maquillaje. Esto la destrozó por dentro ya que él nunca le había comprado ropa ni maquillaje y había dado por echo que él la estaba engañando con alguien más. 


Capítulo 3: La verdad

Harta de esto se armó de valor y fue confrontar al hombre a su hogar. Él no esperaba la visita y cuando abrió la puerta, Pau entró a la fuerza y caminó por todo el lugar en busca de otra mujer, sin embargo no encontró nada, a excepción de algunas faldas y vestidos en el closet. Ella, con lágrimas en los ojos le reclamó y exigió explicaciones, contándole todo lo que ella sabía, pidiendo saber quién era la otra mujer. Alejandro solamente bajó la mirada y no tuvo más opción que contarle toda la verdad. Le reveló su fantasía de ser mujer, su perfil falso, los tutoriales de maquillaje que miraba. Todo con la esperanza de que ella fuera comprensiva y bajo la confianza que se tenían, no le contara a nadie más. Ella en un inicio no le creyó y pensó que solo era un pretexto, sin embargo luego de ver toda la evidencia no tuvo más opción que aceptar la verdad. Se sintió extremadamente decepcionada del hombre con quien creía estar y se fue del lugar sin decir más. Alejandro corrió detrás de ella pero ella se subió al primer taxi que vió y lo dejó atrás. 

Al día siguiente, Alejandro llegó a la universidad para dar clase, sin embargo se encontró con miradas juzgadoras y risas por parte de sus alumnos, quienes cuchicheaban mientras lo veían, señalándolo y riendo. Él se sintió muy incómodo y corrió hasta el aula de maestros en donde se desató la corbata para poder respirar mejor. 2 mujeres que también eran maestras entraron al aula y lo miraron fijamente de manera muy seria. Preguntó el por qué de esa actitud hacia él, pero no le respondían. Después de eso ellas se fueron y el director entró, quien se sentó con un semblante serio y comenzó a hablar con él.

Le contó que se habían enterado de su fetiche, del perfil falso e incluso Pau había comenzado a levantar una denuncia contra él debido a que estaba utilizando sus fotos sin su consentimiento. El tema se extendió por toda la escuela, enterándose todos los alumnos y maestros por igual quienes ahora se burlaban de Alejandro, tachándolo de todo tipo de cosas negativas. Y debido a todo esto y el proceso legal que estaba en su contra, Alejandro fue despedido, perdiendo su trabajo, sus ingresos y en especial toda su reputación.

La vida de Alejandro se fue por el caño, de un momento a otro pasó a ser de los maestros más respetados a ser la burla de todos. Pero esto no era lo peor, sino que la demanda de Pau logró proceder lo cual hizo que él tuviera que pagar todo el dinero de sus ahorros quedando en la calle sin un solo peso en su cuenta.


Capítulo 4: El hombre misterioso

Destrozado, Alejandro comenzó a vagar por las calles, descuidando su imagen personal, se convirtió en un auténtico vagabundo sucio, apestoso y muerto de hambre. Su vida no tenía rumbo y entró en una profunda depresión que lo hizo pensar en acabar con su vida. Dispuesto a terminar con todo, un día se subió a lo un puente y se preparaba para lanzarse, cuando una persona extraña apareció, vestía una capucha que no dejaba ver su rostro y tenía una voz hipnótica que convenció a Alejandro de no lanzarse. La persona le mencionó que lo conocía a la perfección, contando detalles de la vida de Alejandro que nadie más conocía, lo cual dejó impactado al vagabundo, quién cuestionó cómo sabía esto y exigía saber de quién se trataba. Sin tener más respuestas, Alejandro quiso irse, pero el encapuchado comenzó a decir que él podía hacer realidad su más profunda fantasía. 


Sin más que perder, Alejandro escuchó atento al otro hombre, quien le contó que debía confiar en él y debían seguir un ritual sin hacer preguntas. Entonces el encapuchado le dio una pildora que debía tragar, lo cual hizo e inmediatamente cayó desmayado. Al despertar, se sentía debil, como si estuviera sedado, estaba en una cama de piedra, desnudo. Pensó que había sido una trampa y acabaría violado cuando el hombre encapuchado entró, pero le pidió calma, luego de eso le dio un líquido que debía beber, lo cual lo hizo entrar en un trance, muy confundido sin saber lo que estaba pasando. Lo único que pudo recordar es que el hombre comenzó a recitar algunas palabras extrañas.

Después de eso, cuando Alejandro recobró la conciencia, estaba nuevamente en el puente donde se encontró con aquel hombre. Creyó que todo había sido un sueño o un delirio por culpa de no haber comido en los últimos 2 días. Pero entonces escuchó la voz del hombre quien apareció repentinamente atrás de él. Le dijo que estaba listo y ahora solo faltaba el "último paso" hacia su nueva vida. Alejandro entendió que debía brincar sin embargo no sabía si todo era un truco de su propia mente. El hombre le mencionó que al dar el salto, dejaría para siempre su vida para iniciar de nuevo y no habría vuelta atrás. Alejandro dio por obvio esto, pues acabaría aplastado al fondo del precipicio.

Sin más que perder y creyendo que al fin había quedado loco, Alejandro dio el salto, decidido a acabar con su vida, en el aire veía su vida pasar, los recuerdos de sus años como profesor, sus amigos y amigas, y especialmente Pau, quien fue la última persona en la que pensó antes de impactar el suelo. Después de eso todo quedó negro, creyó que todo había terminado.


Capítulo 5: El despertar

De pronto abrió los ojos y se recostó hiperventilándose, vio que estaba en una cama y en una habitación extraña, todo se veia... femenino. Al levantarse le costó trabajo mantener el equilibrio, sentía su cuerpo muy distinto, más ligero pero con un peso extraño en su pecho. Rápidamente notó su cabello largo que caía sobre sus hombros: castaño y sedoso, idéntico al de Paula. Corrió hacia el baño y confirmó con su reflejo que ahora estaba en el cuerpo de ella. Del shock no pudo evitar soltar un grito con voz chillona, con lo cual los padres de Paula golpearon a su puerta preguntando qué ocurría. Sin saber cómo explicar nada, decidió fingir que no pasaba nada y les dijo que se había asustado al mirar una cucaracha. Ellos solamente rieron y se fueron. 

Ahora Alejandro tenía lo que había deseado aunque no sabía qué es lo que había ocurrido. Se acercó a la cama y vió el celular de Paula. Lo agarró y se desbloqueó al instante con el face ID. En seguida se metió a revisar las conversaciones, tenía algunos mensajes de sus amigas las cuales le decían que Alejandro había sido reportado como desaparecido y se le vio por última vez caminando por un puente. También revisó la conversación que tenía con él mismo y confirmó que toda la conversación seguía ahí, esto no era un sueño.

Alejandro regresó al baño y se desvistió, admirando la figura de Paula. Si bien antes había tenido sexo con ella, ahora era distinto. Comenzó a pasar sus manos por sus pechos, sintiendo cómo se erizaban con suma facilidad, todo su cuerpo temblaba con las nuevas sensaciones que tenía. Empezó a estrujarlas y jugarlas mientras reía, también agarró el celular y se tomó varias selfies para atesorar en el momento. Luego de eso siguió quitando la ropa inferior, quedándose completamente desnuda y empezó a pasar su mano por la vagina depilada de Paula, desde el primer toque sintió como un toque eléctrico que recorrió todo su cuerpo, era una sensación completamente nueva. Mil veces más excitante que una erección con su pene. No pudo contenerse y con solo unos segundos tocándose empezó a humedecerse y tener su primer orgasmo femenino. Él solamente sonreía mirando en el espejo a Paula desnuda, sudada, húmeda y completamente bajo su control.

Después de esa experiencia, regresó al cuarto y abrió el closet de Pau, mirando toda la ropa que ahora le pertenecía. Sacó varias faldas y se las empezó a probar una por una, luego las blusas escotadas y ajustadas. Finalmente pasando por los vestidos entallados y los mallones, vistiendo de manera similar a cómo él hacía, pero ahora era distinto, esta vez tenía el cuerpo de una mujer.

No puedo creerlo, tantos y tantos años estuve soñando, deseando, anhelando poder tener esta vista:


Alejandro tomó su nuevo celular y empezó a grabar sus pasarelas como solía hacer antes. Se tomó fotos con todos los outfits de Paula y estaba fascinado. Ingresó al instagram de Paula y subió un par de selfies, las cuales al instante obtuvieron respuesta por parte de algunos chicos de la universidad. Alejandro se acostó en la cama y empezó a platicar con ellos, pudiendo en esta ocasión seguir la plática cómodamente, sin el temor de que descubrieran que era un perfil fake. Esta vez se trataba de alguien real, su fantasía se había convertido en realidad.


Capítulo 6: Paula

Al día siguiente, acudió a la universidad, en donde su puesto había sido suplido por una nueva profesora, lo cual sintió raro, ya que le fue muy fácil responder todas las preguntas, dejando impresionados a varios compañeros por su dominio en la materia. El resto del día fue similar, con Alejandro demostrando su intelecto superior con todos sus años de experiencia con un cuerpo joven de la mitad de su edad.

Al salir de clases fue citado por parte de las autoridades, a lo cual acudió deprisa. Le comentaron que su denuncia le seguiría generando ingresos por unos meses más para su protección. Tenía sentimientos encontrados ya que de cierta manera ese siempre había sido su dinero y ahora estaba siendo transferido a su nueva vida y todo de manera legal sin ninguna sospecha, al final la demanda había resultado beneficiosa. Y también podía sentir la diferencia total en cuanto al trato: mientras él había sido tratado con violencia y rudeza siendo hombre, ahora esos mismos hombres la rodeaban para protegerla y se aseguraban de que se sintiera bien en todo momento.

En los siguientes días, Alejandro siguió adaptandose a la vida de Pau, combinando sus outfits de manera más femenina y sensual de lo que ella habría echo originalmente. Él estaba encantado con lo sucedido, pero aun no podía dejar de pensar en su anterior vida. Caminó hasta el puente, llegando al lugar donde encontró a aquél hombre encapuchado pero no vio a nadie. Se preguntaba seguido si todo había sido un sueño, si acaso siempre había sido Pau y soñó con ser hombre, o quizás seguía siendo hombre y ahora estaba soñando. Luego de eso se dirigió a donde era su antigua casa, la cual ahora estaba abandonada y con sellos de la policia pues había sido hipotecada por las autoridades. Se metió y llegó a su antiguo cuarto, en donde aun había algunos vestidos que él compró. Agarró uno y se lo iba a llevar, pero en eso una silueta se apareció frente a él. Intentó gritar pero su voz no salió, se quedó inmóvil sin poder hacer nada, como si alguien lo estuviera controlando. Entonces la silueta se acercó, era el hombre encapuchado, quien le dijo que debía dejar ese vestido ahí. Ahora tenía la vida que deseaba y debía dejar atrás absolutamente toda su vida anterior para siempre, todo completamente, o de lo contrario sufriría graves consecuencias, incluso peores que la muerte. Él preguntó qué habia ocurrido con su cuerpo, pero el hombre se negó a responder diciendo que no podía hacer ninguna pregunta al respecto, tenía que olvidar todo y vivir su nueva vida. Alejandro no tuvo más opción que aceptar las condiciones y luego de eso recuperó la movilidad de su cuerpo, sintió un alivio y luego al regresar la mirada el hombre misterioso había desaparecido.

Alejandro decidió tomar la palabra y estaba dispuesto a iniciar su nueva vida como Pau, disfrutando cada nuevo segundo de su nuevo cuerpo, su nueva familia, sus amigas y sobretodo la nueva atención masculina que estaba recibiendo. Si bien él no se consideraba gay, ahora las hormonas de Pau estaban haciendo lo suyo. Incluso ahora como parte del trato, decidió dejar de pensar como un antiguo hombre, y comenzó a llamarse a sí mismo como Pau. Alejandro había dejado de existir.


Fin


domingo, 22 de diciembre de 2024

Una nueva araña, capítulo 2



Capítulo 2: Conflictos internos


En la mañana siguiente, Lucy finalmente llegó a su casa, herida y aun tropezando. Sin embargo se las arregló para fingir que no pasaba nada y que se encontraba bien para poder saludar a su madre, quien estaba acostada en cama, aun enferma.

- "Hija, qué bueno que regresas, anoche estuvimos esperándote hasta tarde, nos tenías muy preocupadas" - Su madre le dijo en un tono cansado pero al mismo tiempo con alivio al saber que Lucy estaba de vuelta.

- "¿Estuvimos?" - Lucy preguntó extrañada, pues en el departamento únicamente vivían ellas dos.

- "¡Tía! Qué bueno verte" - La pequeña Emilia, la niña que Gwen había salvado la noche anterior, salió de la puerta de la habitación de Lucy. La pequeña corrió a abrazar a su tía, a lo que la mujer la detuvo por unos segundos. Volteando a donde estaba su madre.

- "¿Qué hace Emilia aquí?" - Le preguntó enojada. Ella sabía que al haber huido de la escena, su banda criminal muy probablemente irían tras ella y su familia, sin embargo no le había contado a su madre todo lo ocurrido. Su enojo era más por preocupación que por simple enojo, pues ella adoraba a su sobrina por encima de todo, y siempre deseó que ella estuviera lo más lejos posible de esa vida.

- "Está aquí desde ayer, lo sabrías si vinieras a comer o estar aquí. Y esa no es forma de recibir a tu sobrina" - Su madre contestó indignada. Lucy no tuvo más remedio que soltar a Emilia y abrazarla de vuelta. - "A propósito que es eso que traes en el brazo? No me digas que otro de tus trabajos, devuélvelo ahora mismo."

Lucy no dijo más, no podía ver a los ojos a su madre y simplemente empujó a su sobrina para apartarla y se encerró en su cuarto, donde se acostó en su cama a llorar. Luego de eso encendió su televisión, mirando algunos canales de noticias donde hablaban de asaltos, secuestros y otros crímenes. Entre esos canales vió un canal donde había un programa de Yoga, con una mujer haciendo ejercicios de estiramiento. Lucy en su juventud disfrutaba el deporte, aunque no era la persona más flexible siempre le llamó la atención el Yoga. Intentó imitar la posición de la mujer en la tv, pero no pudo ni siquiera acercarse antes de caer al suelo en frustración.


"Ahh maldición, soy tan inutil, y encima con estos moretones apenas puedo mantenerme de pie. Solamente espero que esos buenos para nada no se les ocurra aparecerse por aquí, no podría hacer nada para defender a Emi y mi madre. Claro a menos que me vuelvas a ser de ayuda como anoche" - Lucy se dijo mientras admiraba su nueva pulsera. 

Lucy se quedó acostada todo ese día, durmiendo y recuperándose de sus heridas, mientras Emilia constantemente tocaba a su puerta preocupada por su tía. Lucy tenía pesadillas en donde su madre y su sobrina eran atacadas, y otras en donde Spider-Ghost se acercaba a ella a atacarla. Después de eso ella despertó en la noche con toda la casa silenciosa. Miró su teléfono y vió que había pasado más de un día entero durmiendo, por dentro sabía que su familia estaba en peligro así que salió a escondidas para encontrarse con sus compañeros antes de que ellos llegaran por ella.

Se dirigió a un viejo almacén abandonado, el cual era usado como cuartel. Al llegar fue recibida con insultos y amenazas por parte de algunos sujetos quienes la tachaban como traidora por abandonar la última operación. Ella solicitó hablar con Victor, el líder, por lo que fue escoltada hasta una habitación en donde un sujeto de unos 2 metros le abrió paso, revelando al líder, quien estaba en su escritorio esperando.


- "Lucy, Lucy, Lucy, mi apreciada ratita, ¿qué te trae por aquí?" - Víctor la recibió con un tono prepotente mientras acariciaba los anillos de sus dedos.

- "No nos hagamos tontos, mi estimado, sabes a qué vengo. No quiero que le pongan un dedo encima a nadie, si quieres desquitarte con alguien hazlo conmigo".

Víctor solamente rió - "¿Y quién te crees para venir a darme órdenes?"

-  "No son órdenes..." - Lucy decía.

- "No, solamente me quieres decir cómo hacer mi trabajo" - Victor interrumpió, con un rostro cada vez más impaciente. - "Tú, una simple rata traidora quieres venir a hablar y decirme esto, tienes suerte de que no te haya mandado a cortar la cabeza aun."
Lucy solamente respiraba fuertemente, se moría de ganas de saltar y golpearlo con toda su fuerza pero no podía hacer nada. - "Solamente no lo he hecho porque aun tienes algo que me interesa, luego de eso ya no te necesitaré y podrás morir en paz sabiendo que tu querida mami estará bien". - Víctor dijo levantándose y caminando detrás de ella.

Lucy solamente miraba de reojo al hombre, sentía una rabia enorme pero no podía hacer nada ante los 3 guardaespaldas que le doblaban el tamaño.

- "Entonces mi pequeña Lucy, ¿vas a cooperar o tendré que agarrar esa pulsera de tu cadáver?"
Lucy abrió los ojos de la sorpresa, llevaba la pulsera por debajo de su manga larga y no era visible, lo más seguro es que el rumor se había corrido. - "No sé de qué hablas" - Le contestó de manera seca.

- "Lo haremos de la manera difícil supongo" - Víctor dijo mientras negaba con la cabeza, luego hizo un gesto y uno de sus guardias sujetó a Lucy de los brazos, revelando la pulsera. - "Vaya, vaya, aparte de rata y traidora, también mentirosa" - Víctor dijo decepcionado. 

El guardia puso su mano sobre la pulsera para quitarla, pero la pulsera emitió un brillo y luego sacó una onda expansiva que mandó a volar a los 3 guardaespaldas junto con Víctor, quien se levantó para ver que Lucy estaba huyendo. Rápidamente llamó por una radio para que todos en el edificio estuvieran atentos, por lo que comenzó una persecución por Lucy. Ella huía y con su pulsera comenzó a apuntar y disparar a quien se cruzara en su camino, logrando disparar un par de rayos para romper las lámparas y dejar todo a oscuras, lo cual aprovechó para esconderse antes de que lograran restaurar la luz. Ella se refugió en una habitación cuando comenzó a escuchar disparos por fuera, ella acechó por una grieta de la pared que una banda rival había aprovechado para meterse al edificio, iniciando un tiroteo. También observó que Víctor había huído del sitio por una puerta trasera, pero no pudo seguirlo al haber disparos por doquier, quedándose atrapada en esa habitación.

_____________________________


Un día antes, en la mañana, Gwen llegó a su escuela columpiándose después de rescatar a unos niños de ser arrollados. Debido a esto ella se había perdido su primera clase del día y corría por el pasillo, casi chocando con uno de sus profesores.

- "Señorita Stacy, ¿a dónde se dirige?" - Uno de los profesores la interceptó en un pasillo al verla corriendo.
- "A clase, ahora si me disculpas..." - Gwen intentó eludirlo pero el profesor nuevamente se puso frente a ella. 
- "A mi clase supongo. Recuerdo haberles dicho la semana pasada que hoy llegaría tarde, y aun así usted está llegando más tarde que yo. Ahora si gusta acompañarme para que vayamos juntos".
- "Sí, Sr. Harrison, disculpe usted" - Gwen simplemente se sonrojó, había estado tan ocupada salvando el día que tenía la percepción del tiempo alterada. Ni se había dado cuenta que era su propio profesor con quien estaba hablando.

Ambos entraron al salón, en donde ya todos los compañeros estaban acomodados, Gwen se dirigió a su lugar al fondo del aula. Lista para iniciar otro día de escuela fingiendo ser una persona ordinaria. Una compañera suya la recibió, Jackie, una chica muy tímida de pocos amigos, quien admira a Gwen por ser una chica fuerte e independiente.

- "Eh, hola Gwen, ¿está todo bien? Llegaste tarde de nuevo" - Jackie preguntó tímidamente.

- "Sí, no te preocupes Jackie, no pasa nada, ya sabes cómo soy" - Gwen contestó con seguridad mientras se acomodaba el cabello despeinado por la máscara que tenía minutos antes.


Ya en clases, Gwen intentaba prestar atención al profesor pero era interrumpida por el sonido de sirenas de policía al fondo, ella trataba de concentrarse para poder tener al menos un día normal de clases pero le era sumamente dificil, por lo que se colocó audífonos para escuchar música, sin embargo también tenía la señal de la policia ahí guardada, por lo que se enteraba de los crímenes que estaban ocurriendo. Un pequeño invento que ella hizo con tecnología casera y una antigua radio de su padre, quien también es policía. Aunque aparentaba ser una chica de inteligencia promedio, Gwen era mucho más inteligente que el resto.

Al terminar el día, Gwen escuchó en sus audífonos que había un asalto en un banco cercano a su escuela, por lo que se alistaba su mochila para irse, cuando Jackie se acercó a ella.

-"Eh, ¿Gwen?"

-"¿Sí, Jackie?"

-"Eh, bueno, yo... me preguntaba si tú... si tú quisieras ir a una fiesta" - Jackie preguntaba con voz temblorosa.

-"¿Una fiesta? Interesante, déjame revisar mi ocupada agenda" - Gwen le respondía con sarcasmo pero con una amigable sonrisa. - "Me temo que no puedo, justo tengo que ir a ayudar a mi mamá con algo".

-"Oh, entiendo, descuida" - Jackie se alejó junto con el resto de sus compañeros mientras Gwen caminó hacia el otro lado del pasillo, escondiéndose en un armario para cambiar su uniforme escolar por su traje de Spider-Ghost.





"Muy bien, hagamos esto una vez más, ¿quién necesita vida social si puedes patear algunos traseros de criminales" - Gwen se dijo a sí misma sarcasticamente mientras se terminaba de acomodar el traje y salía por la ventana del armario.

Al llegar al banco, ella vió el sitio rodeado de policías, ella se columpió hasta uno de ellos, quien la recibió con un alegre saludo. Él le explicó que los asaltantes habían tomado rehenes y estaban buscando la manera de escapar; a pesar de tener el edificio rodeado no habían podido entrar para detenerlos.

-"Descuide oficial, yo me encargo"
-"Se lo agradecería mucho, Spider-ghost, pero debo advertirle que estos sujetos son peligrosos. Tenga cuidado".
-"Déjeme hacer mi trabajo, y por cierto han hecho todos un gran trabajo, los admiro mucho" - Gwen dijo al resto de policías, quienes se sintieron halagados por la personalidad de la superheroína.

Sin más, Gwen ingresó al edificio desde una ventilación, en donde encontró al grupo de criminales armados vigilando las entradas y ventanas. Ella se deslizó en su telaraña por detrás de uno de ellos.

-"Déjame adivinar, ¿olvidaste tu número de cuenta? Hay otras maneras de sacar dinero, siempre y cuando sea tu dinero, claro" - Gwen dijo de forma burlona al sujeto, quien brincó del susto y comenzó a dispararle.
Gwen simplemente esquivó un par de balas y luego le arrebató el arma al sujeto con una telaraña. - "Hey esas son peligrosas, ¿por qué no las hacemos a un lado?" - Ella decía mientras dejaba el arma en el piso y luego dejaba fuera de combate al sujeto con una patada suave.

El resto de asaltantes llegaron y comenzaron a abrir fuego. Ella comenzó a saltar por el lugar y con movimientos veloces y precisos desarmó a todos y luego los dejó encerrados en una bola de telaraña. 
En cuestión de unos minutos el problema se había resuelto, Gwen abrió la puerta principal del banco con lo que la policía pudo entrar. Ella se alejó del lugar sin más mientras algunos policias le agradecían en el fondo.

Después de eso, Gwen continuó patrullando la ciudad, deteniendo en cuanto criminal viera o persona que requiera ayuda, desde gatos en árboles hasta personas siendo asaltadas en callejones sin salida. 
Unas horas después, Gwen pasaba por las calles en donde recordó haber visto a Emilia la noche anterior, por lo que pasó por el vecindario sin encontrarla por las calles. Entonces recordó la ventana en donde la había dejado y decidió ir a visitarla. Al llegar vió a la pequeña durmiendo en su cama, abrazando una sábana, Gwen se sintió conmovida y luego de eso se fue. Entonces Emilia despertó y caminó hacia su ventana.
-"¿Spider-Ghost? ¿Eres tú?" - Ella acechó pero no vio nada, la superheroína ya se había alejado del edificio.



Al llegar a su casa, Gwen se quitó el traje y se quedó mirándolo por unos segundos, mientras reflexionaba en su mente. Se acercó a un cajón y sacó varios libros para hacer espacio y sacar del fondo una libreta diferente, la cual tenía una especie de sello con un lector de huella digital. Gwen puso su pulgar lo cual hizo que la libreta se abriera, se trataba de su diario personal. Comenzó a escribir sobre su día y sus sentimientos mientras recordaba la fiesta de su escuela a la cual no pudo ir, las veces que ha tenido que ignorar a Jackie y sus demás compañeras, preguntándose si realmente valía la pena sacrificar su vida social y aspiraciones por ser Spider-Ghost. Luego de un rato, Gwen decidió dejar de pensar en crisis existenciales y se acostó a dormir. 

Al día siguiente Gwen había repetido la rutina del día anterior, patrullando la ciudad hasta la noche y se decidia a regresar a casa cuando escuchó disparos cercanos en un viejo almacén abandonado. Se acercó a ver qué estaba pasando y observó por la ventana que había un enfrentamiento de grupos criminales. Ella supo que esto era peligroso ya que aun había personas caminando por las calles cercanas, así que se decidió a ingresar para detener lo que estaba ocurriendo.





viernes, 20 de diciembre de 2024

Una nueva araña, Capítulo 1


Capítulo 1: La ladrona y la araña


"Una vez más, Spider-Ghost salva a la ciudad, luego de detener al grupo de terroristas que atacaron el laboratorio de Oscorp esta noche".

Este era el titular en todos los noticieros, que se escuchaba por todas las pantalla de la ciudad, luego de que Gwen Stacy frustrara los planes de un grupo de personas que se habían infiltrado en dicho laboratorio. Sin embargo una integrante del grupo aun estaba libre, mirando en las pantallas como sus compañeros eran encarcelados mientras Gwen era alabada por la gente.

Se trataba de Lucy, una mujer de 38 años, quien lleva más de la mitad de su vida dentro de esta organización criminal, realizando todo tipo de robos, secuestros y trabajos sucios a cambio de dinero para poder sobrevivir, pues debido a su historial es buscada en todas partes por la policia y al mismo tiempo debe mantener a su madre, una adulta mayor, quien se encuentra enferma en casa.


Al ser de una familia humilde, Lucy nunca tuvo acceso a una educación más allá de lo básico, por lo que los empleos de medio tiempo no le alcanzaban para subsistir, teniendo que recaer en el crimen desde muy joven. Sin embargo a pesar de ser muy buena en este estilo de vida, ella en el fondo lo odiaba, y deseaba huir. Su plan era juntar el dinero suficiente para poder escaparse e iniciar una nueva vida, sin embargo aprendió por las malas que una vez dentro, no hay manera de salir de ese mundo, ya que sus superiores siempre limitaban su "ganancia" lo suficiente para que ella tuviera que seguir trabajando, y en caso de rehusarse, tenían a su madre como objetivo principal para chantajearla.

Anteriormente esa noche, Lucy se había reunido con sus compañeros para infiltrarse en el laboratorio, sin embargo algo dentro de ella le decía que había algo mal. Se encontraba emocionalmente ausente y no hacía caso a las palabras de sus compañeros. 

Justo segundos antes de que lograran romper la puerta para ingresar al salón principal, Lucy decidió dar un paso atrás, haciendo que sus compañeros la dejen por su cuenta y la consideren como una traidora. Sin embargo ella percibía que algo malo pasaría, y en lugar de ingresar a la habitación donde estaba su grupo, entró a otro, en donde habían unos dispositivos resguardados, entre ellos una pulsera extraña y muy tecnológica, la cual parecía un accesorio digno de algún Power Ranger.


Ella tomó esta pulsera como parte de su botín, pues planeaba venderla por su cuenta a cambio de mucho dinero. Junto con la pulsera se llevó otro par de gadgets y chips que se veían costosos. Mientras ella hacía esto, escuchó como en la habitación del otro lado del pasillo la lucha entre Gwen y sus compañeros comenzaba, con disparos y golpes por doquier. Ella se aprovechó la distracción para huir, dejando atrás toda la situación y los demás objetos que llevaba, a excepción de la pulsera la cual se colocó.

Esa misma noche, Lucy se encontraba vagando por las calles de Nueva York, mirando en las televisiones de los escaparates la noticia sobre el último enfrentamiento de Spider-Ghost, y veía como sus compañeros eran arrestados y procesados mientras la gente coreaba al héroe que los salvó de la gente mala. Lucy solo sentía impotencia y un gran sentimiento de envidia al notar como sus vidas eran tan opuestas: Mientras ella tenía que estar por las sombras, Gwen se balanceaba por las calles a plena luz del día. Mientras ella era buscada por la policía para ser reprendida, Gwen era buscada para ser reconocida. Mientras ella había desperdiciado su vida cometiendo todo tipo de crímenes, Gwen seguramente era una chica con mucho futuro por delante.

Estos pensamientos solo hacían que el resentimiento que tenía hacia la heroína creciera cada vez más. Por lo que continuó su camino a través de callejones oscuros, en donde, en medio de tanta frustración, no se dió cuenta que había entrado a la zona de un grupo rival, en donde un par de hombres se le atravesaron a la mitad de un callejón, con la intención de acabar con ella.

- "Muy bien señora, no queremos problemas con alguien mayor así que solo déjanos todo lo que tienes y no seremos tan rudos usted" - Uno de los matones le dijo mientras tronaba sus nudillos.
- "¿Mayor? No me faltes al respeto mi estimado, ahora dense la vuelta si no quieren salir de aquí en bolsas de basura" - Lucy respondió mientras preparaba su navaja.

El par de hombres comenzó a forcejear con ella, intercambiando golpes y heridas entre sí, con Lucy causando cortes a ambos y ella recibiendo más de un golpe en la cara y varias partes del cuerpo. Mientras peleaban, Lucy acabó en el suelo herida, y recordó la pulsera que había robado, apuntándoles con ella. Ambos solamente rieron ante esto, creyendo que era algún juguete.

- "Uy cuidado, nos va a disparar un rayo laser" - uno de los hombres dijo en forma burlona.
- "Acabemos esto de una vez, para que aprendan a respetar y no entrar a nuestro barrio" - le contestó el otro hombre mientras se disponía a acabar con Lucy. De repente ella pensó en hacerles daño, por lo que de forma automática e instantánea la pulsera disparó una especie de laser, el cual quemó una parte del rostro del hombre, haciendo que ambos huyeran del lugar asustados.

Lucy se levantó con mucho trabajo, pues había recibido una gran cantidad de golpes y tropezaba al caminar, llamando la atención de un par de vagabundos que intentaron ayudarla, sin embargo ella los amenazó con matarlos si se acercaban, quedándose cerca de una fogata improvisada con una bolsa de basura que incendió por un rayo de su pulsera. 


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Esa misma noche, Gwen regresaba a casa agotada luego de toda la semana llena de combatir criminales de todo tipo, cuando observó a una niña pequeña, de unos 8 años, la cual estaba corriendo por unos callejones oscuros. Gwen se acercó a la niña para poder ayudarla. 


- “¡Hola pequeña! ¿Qué haces por aquí?” - Gwen le preguntó amablemente. A lo que la niña sonrió de oreja a oreja.
- “¡Spider-Ghost!” - Le gritó emocionada, abrazándola. 
- “Sí, en carne y hueso” - Gwen le contestó con un tono juguetón, abrazándola de vuelta - “¿Y usted, señorita?” 
- “Soy Emilia” - La niña le respondió aun sonriendo y algo apenada.
- “Ahora dime, Emilia” - Gwen se agachó para estar a la misma altura de la niña - “¿qué hace una pequeña como tú en un sitio tan peligroso y a esta hora?”.
La niña le explicó que estaba de visita con su abuela y la había mandado a hacer compras, sin embargo se perdió en el camino y ahora sentía mucho miedo, por lo que decidió correr sin parar.
Gwen calmó a la niña, diciéndole que llegarían con su abuela lo más pronto posible. La subió a su espalda y la llevó columpiando por algunas calles hasta que finalmente la niña recordó el edificio en donde vivía su abuela. 
Gwen la tomó de la mano para acompañarla dentro del departamento, en donde una señora mayor la recibió. Regañándola pero sintiendose aliviada de ver a su nieta de vuelta.
- “Gracias muchacha, ya puedes irte” - La anciana le dijo a Gwen de forma un tanto grosera y a secas. Se podía sentir la tensión, Gwen se daba cuenta que no era bien recibida en ese hogar, por lo que se dispuso a irse de inmediato.
- “Sí, bueno, de nada, ya debo irme” - Gwen respondió dándose la vuelta. Sin embargo Emilia la sujetó nuevamente de la mano. 
- “Espera Spider-Ghost, no te vayas” - Emi le suplicaba. Gwen entonces acompañó a Emilia a un cuarto, en donde dejó a la niña en un sofá, reconfortándola con que no pasaría nada malo y que ella siempre estaría cerca para cuidar a todos.
- “¿Entonces prometes que nos vas a cuidar? ¿También a mi tía y mi abuela?” - Emilia preguntó mientras abrazaba un peluche.
- “Claro Emi, y tú prométeme que no te meterás en más problemas para no preocupar a tu abuela. ¿Podrías hacer eso por mí?” - Gwen le respondió amablemente mientras salía por la ventana, alejándose a lo lejos, mientras Emilia la observaba con admiración.

Luego de eso, Gwen se fue y finalmente llegó a casa, agotada después de varios días seguidos sin parar combatiendo el crimen. Ella no podía más por lo que se quedó dormida con todo y su traje puesto