Capítulo 2: Conflictos internos
En la mañana siguiente, Lucy finalmente llegó a su casa, herida y aun tropezando. Sin embargo se las arregló para fingir que no pasaba nada y que se encontraba bien para poder saludar a su madre, quien estaba acostada en cama, aun enferma.
- "Hija, qué bueno que regresas, anoche estuvimos esperándote hasta tarde, nos tenías muy preocupadas" - Su madre le dijo en un tono cansado pero al mismo tiempo con alivio al saber que Lucy estaba de vuelta.
- "¿Estuvimos?" - Lucy preguntó extrañada, pues en el departamento únicamente vivían ellas dos.
- "¡Tía! Qué bueno verte" - La pequeña Emilia, la niña que Gwen había salvado la noche anterior, salió de la puerta de la habitación de Lucy. La pequeña corrió a abrazar a su tía, a lo que la mujer la detuvo por unos segundos. Volteando a donde estaba su madre.
- "¿Qué hace Emilia aquí?" - Le preguntó enojada. Ella sabía que al haber huido de la escena, su banda criminal muy probablemente irían tras ella y su familia, sin embargo no le había contado a su madre todo lo ocurrido. Su enojo era más por preocupación que por simple enojo, pues ella adoraba a su sobrina por encima de todo, y siempre deseó que ella estuviera lo más lejos posible de esa vida.
- "Está aquí desde ayer, lo sabrías si vinieras a comer o estar aquí. Y esa no es forma de recibir a tu sobrina" - Su madre contestó indignada. Lucy no tuvo más remedio que soltar a Emilia y abrazarla de vuelta. - "A propósito que es eso que traes en el brazo? No me digas que otro de tus trabajos, devuélvelo ahora mismo."
Lucy no dijo más, no podía ver a los ojos a su madre y simplemente empujó a su sobrina para apartarla y se encerró en su cuarto, donde se acostó en su cama a llorar. Luego de eso encendió su televisión, mirando algunos canales de noticias donde hablaban de asaltos, secuestros y otros crímenes. Entre esos canales vió un canal donde había un programa de Yoga, con una mujer haciendo ejercicios de estiramiento. Lucy en su juventud disfrutaba el deporte, aunque no era la persona más flexible siempre le llamó la atención el Yoga. Intentó imitar la posición de la mujer en la tv, pero no pudo ni siquiera acercarse antes de caer al suelo en frustración.
"Ahh maldición, soy tan inutil, y encima con estos moretones apenas puedo mantenerme de pie. Solamente espero que esos buenos para nada no se les ocurra aparecerse por aquí, no podría hacer nada para defender a Emi y mi madre. Claro a menos que me vuelvas a ser de ayuda como anoche" - Lucy se dijo mientras admiraba su nueva pulsera.
Lucy se quedó acostada todo ese día, durmiendo y recuperándose de sus heridas, mientras Emilia constantemente tocaba a su puerta preocupada por su tía. Lucy tenía pesadillas en donde su madre y su sobrina eran atacadas, y otras en donde Spider-Ghost se acercaba a ella a atacarla. Después de eso ella despertó en la noche con toda la casa silenciosa. Miró su teléfono y vió que había pasado más de un día entero durmiendo, por dentro sabía que su familia estaba en peligro así que salió a escondidas para encontrarse con sus compañeros antes de que ellos llegaran por ella.
Se dirigió a un viejo almacén abandonado, el cual era usado como cuartel. Al llegar fue recibida con insultos y amenazas por parte de algunos sujetos quienes la tachaban como traidora por abandonar la última operación. Ella solicitó hablar con Victor, el líder, por lo que fue escoltada hasta una habitación en donde un sujeto de unos 2 metros le abrió paso, revelando al líder, quien estaba en su escritorio esperando.
- "Lucy, Lucy, Lucy, mi apreciada ratita, ¿qué te trae por aquí?" - Víctor la recibió con un tono prepotente mientras acariciaba los anillos de sus dedos.
- "No nos hagamos tontos, mi estimado, sabes a qué vengo. No quiero que le pongan un dedo encima a nadie, si quieres desquitarte con alguien hazlo conmigo".
Víctor solamente rió - "¿Y quién te crees para venir a darme órdenes?"
- "No son órdenes..." - Lucy decía.
- "No, solamente me quieres decir cómo hacer mi trabajo" - Victor interrumpió, con un rostro cada vez más impaciente. - "Tú, una simple rata traidora quieres venir a hablar y decirme esto, tienes suerte de que no te haya mandado a cortar la cabeza aun."
Lucy solamente respiraba fuertemente, se moría de ganas de saltar y golpearlo con toda su fuerza pero no podía hacer nada. - "Solamente no lo he hecho porque aun tienes algo que me interesa, luego de eso ya no te necesitaré y podrás morir en paz sabiendo que tu querida mami estará bien". - Víctor dijo levantándose y caminando detrás de ella.
Lucy solamente miraba de reojo al hombre, sentía una rabia enorme pero no podía hacer nada ante los 3 guardaespaldas que le doblaban el tamaño.
- "Entonces mi pequeña Lucy, ¿vas a cooperar o tendré que agarrar esa pulsera de tu cadáver?"
Lucy abrió los ojos de la sorpresa, llevaba la pulsera por debajo de su manga larga y no era visible, lo más seguro es que el rumor se había corrido. - "No sé de qué hablas" - Le contestó de manera seca.
- "Lo haremos de la manera difícil supongo" - Víctor dijo mientras negaba con la cabeza, luego hizo un gesto y uno de sus guardias sujetó a Lucy de los brazos, revelando la pulsera. - "Vaya, vaya, aparte de rata y traidora, también mentirosa" - Víctor dijo decepcionado.
El guardia puso su mano sobre la pulsera para quitarla, pero la pulsera emitió un brillo y luego sacó una onda expansiva que mandó a volar a los 3 guardaespaldas junto con Víctor, quien se levantó para ver que Lucy estaba huyendo. Rápidamente llamó por una radio para que todos en el edificio estuvieran atentos, por lo que comenzó una persecución por Lucy. Ella huía y con su pulsera comenzó a apuntar y disparar a quien se cruzara en su camino, logrando disparar un par de rayos para romper las lámparas y dejar todo a oscuras, lo cual aprovechó para esconderse antes de que lograran restaurar la luz. Ella se refugió en una habitación cuando comenzó a escuchar disparos por fuera, ella acechó por una grieta de la pared que una banda rival había aprovechado para meterse al edificio, iniciando un tiroteo. También observó que Víctor había huído del sitio por una puerta trasera, pero no pudo seguirlo al haber disparos por doquier, quedándose atrapada en esa habitación.
_____________________________
Un día antes, en la mañana, Gwen llegó a su escuela columpiándose después de rescatar a unos niños de ser arrollados. Debido a esto ella se había perdido su primera clase del día y corría por el pasillo, casi chocando con uno de sus profesores.
- "Señorita Stacy, ¿a dónde se dirige?" - Uno de los profesores la interceptó en un pasillo al verla corriendo.
- "A clase, ahora si me disculpas..." - Gwen intentó eludirlo pero el profesor nuevamente se puso frente a ella.
- "A mi clase supongo. Recuerdo haberles dicho la semana pasada que hoy llegaría tarde, y aun así usted está llegando más tarde que yo. Ahora si gusta acompañarme para que vayamos juntos".
- "Sí, Sr. Harrison, disculpe usted" - Gwen simplemente se sonrojó, había estado tan ocupada salvando el día que tenía la percepción del tiempo alterada. Ni se había dado cuenta que era su propio profesor con quien estaba hablando.
Ambos entraron al salón, en donde ya todos los compañeros estaban acomodados, Gwen se dirigió a su lugar al fondo del aula. Lista para iniciar otro día de escuela fingiendo ser una persona ordinaria. Una compañera suya la recibió, Jackie, una chica muy tímida de pocos amigos, quien admira a Gwen por ser una chica fuerte e independiente.
- "Eh, hola Gwen, ¿está todo bien? Llegaste tarde de nuevo" - Jackie preguntó tímidamente.
- "Sí, no te preocupes Jackie, no pasa nada, ya sabes cómo soy" - Gwen contestó con seguridad mientras se acomodaba el cabello despeinado por la máscara que tenía minutos antes.
Ya en clases, Gwen intentaba prestar atención al profesor pero era interrumpida por el sonido de sirenas de policía al fondo, ella trataba de concentrarse para poder tener al menos un día normal de clases pero le era sumamente dificil, por lo que se colocó audífonos para escuchar música, sin embargo también tenía la señal de la policia ahí guardada, por lo que se enteraba de los crímenes que estaban ocurriendo. Un pequeño invento que ella hizo con tecnología casera y una antigua radio de su padre, quien también es policía. Aunque aparentaba ser una chica de inteligencia promedio, Gwen era mucho más inteligente que el resto.
Al terminar el día, Gwen escuchó en sus audífonos que había un asalto en un banco cercano a su escuela, por lo que se alistaba su mochila para irse, cuando Jackie se acercó a ella.
-"Eh, ¿Gwen?"
-"¿Sí, Jackie?"
-"Eh, bueno, yo... me preguntaba si tú... si tú quisieras ir a una fiesta" - Jackie preguntaba con voz temblorosa.
-"¿Una fiesta? Interesante, déjame revisar mi ocupada agenda" - Gwen le respondía con sarcasmo pero con una amigable sonrisa. - "Me temo que no puedo, justo tengo que ir a ayudar a mi mamá con algo".
-"Oh, entiendo, descuida" - Jackie se alejó junto con el resto de sus compañeros mientras Gwen caminó hacia el otro lado del pasillo, escondiéndose en un armario para cambiar su uniforme escolar por su traje de Spider-Ghost.
Al llegar a su casa, Gwen se quitó el traje y se quedó mirándolo por unos segundos, mientras reflexionaba en su mente. Se acercó a un cajón y sacó varios libros para hacer espacio y sacar del fondo una libreta diferente, la cual tenía una especie de sello con un lector de huella digital. Gwen puso su pulgar lo cual hizo que la libreta se abriera, se trataba de su diario personal. Comenzó a escribir sobre su día y sus sentimientos mientras recordaba la fiesta de su escuela a la cual no pudo ir, las veces que ha tenido que ignorar a Jackie y sus demás compañeras, preguntándose si realmente valía la pena sacrificar su vida social y aspiraciones por ser Spider-Ghost. Luego de un rato, Gwen decidió dejar de pensar en crisis existenciales y se acostó a dormir.
Al día siguiente Gwen había repetido la rutina del día anterior, patrullando la ciudad hasta la noche y se decidia a regresar a casa cuando escuchó disparos cercanos en un viejo almacén abandonado. Se acercó a ver qué estaba pasando y observó por la ventana que había un enfrentamiento de grupos criminales. Ella supo que esto era peligroso ya que aun había personas caminando por las calles cercanas, así que se decidió a ingresar para detener lo que estaba ocurriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario