Capítulo 4: Las apariencias engañan
A la mañana siguiente Lucy despertó con el sonido del despertador de Gwen, eran las 6am. Se levantó aun algo mareada y confundida sin estar segura si todo se había tratado de un sueño o una pesadilla, sin embargo vio a su alrededor y notó que era la misma habitación de anoche. Se miró en el espejo del tocador, observando el cuerpo desnudo de Gwen frente a ella, recordando cómo lo había explorado unas horas antes en la madrugada.
Los pasos llegaron a su puerta - "Gwen, ya levántate para la escuela"- Una voz femenina se escuchó del otro lado de su puerta, era la madre de Gwen. Lucy se limitó a responder que sí. Pero no estaba para nada interesada en asistir a la escuela, así que se volvió a acostar en la cama, mirando el techo. Después de un rato la madre de Gwen volvió a tocar su puerta, despidiéndose para ir a su trabajo. Por lo que Lucy se quedó sola en casa, la oportunidad perfecta para saber más detalles de la piel que ahora habitaba.
"Impresionante. A pesar de ser solo una niña, es hermosa. Este cuerpo es tan delgado y refinado, y sin embargo tan poderoso al mismo tiempo... puedo sentir toda su fuerza contenida".
Lucy continuó admirando el cuerpo de Gwen, haciendo comparaciones con su antiguo cuerpo: su panza había desaparecido, dando lugar a un abdomen plano y ligeramente marcado. Sus brazos pasaron de ser gelatinosos a estar definidos. Y su cabello pasó de ser grisaseo por las canas y ceboso a ser una sedosa cabellera rubia. Y su parte favorita, sus senos caidos ahora eran 2 montes apretados y sensibles que lucían increíbles con escote.
Primero exploró todos los cajones y el guardaropa de Gwen, probándose su ropa y modelando frente al espejo, sin embargo no estaba del todo convencida con la selección de atuendos, pues Gwen a pesar de tener una buena figura por su actividad física, su ropa era algo recatada y conservadora, queriendo siempre pasar desapercibida entre la gente. Lucy sentía que la ropa no hacía justicia, el tener un cuerpo tan joven y en forma la hacia sentirse sensual como nunca antes, y como uno de sus hobbies era la costura, no tuvo mayor dificultad en tomar algunas prendas y con una tijera le hizo algunos ajustes. También tomó el celular de Gwen e ingresó a tiendas online en donde compró algunas blusas y vestidos, hasta donde su dinero le permitió. Tenía una sonrisa en su rostro ya que no recordaba la última vez que pudo comprar ropa con dinero legal, si bien no era precisamente su dinero, ahora le pertenecía. Y en especial las prendas que adquirió eran de una talla que ella nunca había podido usar.
Después salió del cuarto, caminando por los pasillos y luego a la habitación de los padres de Gwen, en donde con su experiencia de ladrona sabía qué cajones y zonas buscar para encontrar objetos de valor, encontrando efectivamente dinero, joyas e incluso una caja fuerte la cual no tuvo mayor problema en abrir con ayuda de su nuevo sentido arácnido y sus años de experiencia, solo para encontrar más joyas y algunas fotos familiares antiguas, en donde pudo observar a la familia y a Gwen cuando era una niña pequeña.
Al cabo de unos instantes, Lucy ya había averiguado prácticamente todo sobre su nueva familia y su nueva vida, su intelecto se combinaba con el joven cerebro de Gwen, por lo que pensaba más rápido que de costumbre.
- "Hmm veamos, mi estimada... Gwendolyn Stacy, 19 años, estudiante aplicada pero sin sobresalir. Madre trabajadora y Padre policia" - Lucy decía al espejo, riéndose al saber que su padre era un policia y que muy probablemente ya lo había topado en algún asalto. - "Y en secreto la tonta Spider-Ghost, vaya nombre que elegiste. Aun así, creo que me la voy a pasar muy bien con tu vida".
Tras esto, se había aburrido, por lo que decidió ponerse nuevamente el traje de Spider-Ghost, sintiendo el roce de la tela con los poros de su piel. Miró hacia la ventana, observando el mundo exterior y pensó en todas las posibilidades que sus nuevas habilidades le permitirían, en todos los sitios que podría robar, en todos los antiguos rivales de los que se podría deshacer y todo esto sin que alguien la pudiera detener. En especial recordando cómo se había columpiado la noche anterior por la ciudad, con tanta agilidad y flexibilidad. En ese momento no dudo en intentar algo:
- "Oh, increíble, y ni siquiera me estoy esforzando en lo más mínimo, este cuerpo es demasiado flexible, jamás me imaginé luciendo así" - Lucy recreó algunas de las posiciones que veía en los videos de Yoga, incluso pasando de pose en pose en cuestión de segundos, mucho más veloz y flexible que las instructoras que ella seguía. - "Hmm sería muy fácil ir por la vida destruyendo todo con estos poderes y en especial luciendo asi de joven y hermosa. Ahora soy imparable." - Lucy pensaba para sí misma. Amaba las sensaciones que su nuevo cuerpo conllevaba: una enorme agilidad y superfuerza que fluía a través de sus manos. Sin embargo no estaba del todo segura en liberar sus poderes dejando ver su rostro, por lo que se colocó la máscara, la pulsera y después salió por la ventana de un salto.
Se columpió por las calles de la ciudad, cada vez más veloz y de manera más agresiva de la que Gwen lo hacía normalmente. Incluso con su velocidad se sentía retumbar algunos vidrios con su paso. Lucy estaba sorprendida con lo ágil que podía llegar a ser, nunca había recorrido la ciudad tan rápido.
Su primera parada sería cuando vió a un hombre corriendo de un asaltante. Los empezó a seguir sin intervenir, hasta que el el hombre parecía que ya había dejado atrás a su asaltante, Lucy desde lo lejos lanzó su telaraña haciéndolo tropezar y permitiendo que el asaltante llegue a él. Ella siguió su camino simplemente diciendo "De nada".
Siguió y luego llegó hasta unos edificios que ella recordaba haber intentado robar hace un tiempo, sin embargo casi terminó atrapada en aquella ocasión. Decidió que esta vez sería diferente, así que se introdujo de manera sigilosa por una ventana, sin activar ninguna alarma y sin alertar a nadie. Una vez dentro, repitió el proceso que hizo en la habitación de sus nuevos padres, revisando cajones y finalmente la caja fuerte, llevándose esta vez todo el botín entre joyas y dinero. Repitió lo mismo con 5 departamentos más, saliendo totalmente impune y sin ninguna sospecha.
Lucy se relamía los labios de felicidad, al fin se había convertido en la mejor ladrona, aunque en el fondo esto no la hacía sentir completamente satisfecha. Ella en el fondo quería dejar el mundo criminal, sin embargo esta sensación de ser imparable era más fuerte.
Guardó su botín en un lugar seguro y luego siguió a unas patrullas a lo lejos, que la llevaron a otro asalto a un banco. En esta ocasión los policias se quedaron mirando hacia el cielo, esperando que Spider-Ghost llegara a ayudarles, sin embargo esto nunca ocurrió. Por su lado, Lucy entró por la parte de atrás del banco, cubriendo las cámaras de seguridad y luego metiéndose a la bóveda, en donde se llevó algunos lingotes de oro y un saco de dinero, tan sigilosamente que ni los ladrones que estaban ahí la vieron entrar y salir.
Comenzó a sentir hambre, por lo que su siguiente parada fue un puesto de comida callejera, en donde se acercó de manera silenciosa para robar una hamburguesa, sin embargo el vendedor la sorprendió en el último momento.
- "Oh, ¡Spider-Ghost! Qué gusto verte, toma, cortesía de la casa" - El vendedor le dijo amablemente, preparando una hamburguesa doble al momento.
- "¿Me... me la regalas?" - Lucy preguntó sorprendida. El vendedor asintió y le dijo que gracias a ella su hijo estaba vivo después de salvarlo de un incendio el otro día, por lo que podía pasar cuando quisiera.
Lucy simplemente alzó un poco su máscara para poder comer su hamburguesa y luego se fue, agradeciendo el gesto. No podía creer que haya comido gratis y sin robar.
Esto la hizo conmoverse, no sabía qué pensar o qué hacer, pero le gustaba sentirse reconocida, algo que nunca había sido en su vida.
Comenzaba a anochecer, por lo que fue de regreso a casa de Gwen, en donde rápidamente se quitó el traje y se puso ropa cómoda, justo antes de que su madre abriera la puerta del cuarto.
- "Hija, ¿está todo bien?"
- "Eh, sí mam... mamá" - Lucy respondió con un nudo en su garganta. Era difícil para ella llamar de esa forma a alguien más que no sea su propia madre, pero tenía que disimular.
- "Oh qué bueno hija, estaba preocupada con todo lo que ha salido en las noticias, hoy la ciudad fue un caos".
- "¿Un caos? ¿De qué hablas? Yo no vi nada malo" - Lucy decía desconcertada, sin estar consciente de lo que ocurría fuera de su día explorando sus nuevas habilidades.
- "Sí, al parecer se registraron el doble o triple de crímenes de lo normal, dicen que Spider-Ghost no se apareció en todo el día".
- "Ah, ¿y eso qué importa? Tampoco es la gran cosa esa disque heroína" - Lucy dijo con desprecio.
- "¿Qué? ¿Por qué dices eso? Creí que tú estabas a favor de ella, sabes que ella ha salvado a tu padre en más de una ocasión, es una heroína" - Su madre dijo preocupada al notar el cambio de actitud de quien creía que era su hija.
- "Oh, por nada, no es nada. Solo que tuve un mal día, no quise decir eso de nuestra heroína" - Lucy corrigió con sarcasmo pero astutamente con un tono de arrepentimiento para evitar levantar sospechas.
La madre de Gwen se retiró del cuarto, dejando sola a Lucy, quien se quedó recostada mirando en su nuevo celular todas las noticias y videos de crímenes, incluyendo el asalto al banco al que se infiltró, el cual terminó con pérdidas millonarias y un rehén herido. Sin embargo ella no le dio mayor importancia y dejó el celular a un lado en la cama para ir a lavarse la cara. Al regresar su celular comenzó a sonar, era una llamada de Jackie, la compañera de Gwen, quien le preguntó preocupada si estaba bien, ya que no había ido a clases y hoy tenía una tarea importante.
Lucy enrolló los ojos y simplemente le siguió la corriente a su compañera. No tenía ganas pero sintió que debía seguir con la "agenda" de Gwen si no quería levantar más sospechas con sus conocidos, por lo que tomó las libretas y apuntes de Gwen y comenzó a leerlos, resolviendo algunos problemas de matemáticas sin problemas, lo cual la sorprendió ya que nunca fue buena en esa área. También pudo resolver algunas ecuaciones y cuestionarios de Química y otras materias. Sentía que el conocimiento fluía por su mente, ahora tenía la mente de Gwen, una estudiante genio. Le gustó la sensación de tener conocimientos y se dejó llevar, tomándose prácticamente toda la noche para cumplir con las tareas atrasadas que la misma Gwen había dejado desde semanas atrás.
"Hmm Química: Listo, Matemáticas: Listo, Física: Listo. Vaya nunca antes en mi vida había hecho tanta tarea, de haber podido terminar la prepa o ir a la universidad tendría que aguantar eso a diario. Aun que quizás no sea tan malo".
Luego de eso iba a dormir, pero encontró una libreta que estaba sellada con un tipo de lector de huella digital. Procedió a colocar su pulgar y el sello se abrió: al mirar los apuntes, Lucy se dió cuenta que se trataba del diario personal de Gwen, el cual captó toda su atención, quedándose a leerlo desde el inicio, letra por letra, página por página, aprendiendo cada detalle íntimo de la vida de Gwen.
El reloj comenzó a sonar, eran ya las 6am y debía arreglarse para ir a la escuela. Lucy no había dormido en toda la noche, por lo que se colocó el uniforme escolar, modelando frente al espejo. Tenía décadas desde la última vez que se había puesto un uniforme de ese tipo y estaba sorprendida de verse de esa manera.
Si bien el uniforme no era nada del otro mundo, ella le hizo un ajuste a la falda para que quede un poco más arriba, luciendo un tanto más sensual de lo que Gwen solía lucir. Luego de eso se quedó unos minutos leyendo el diario antes de salir en camino a su escuela.
Una vez ahí, Lucy ya había leído bastante sobre su nueva vida, por lo que no tuvo mayor problema en fingir con los compañeros de Gwen, con quienes ni siquiera necesitaba socializar debido a su forma de ser. A excepción de Jackie a quien recordó de la llamada y que en el diario mencionaba que era una buena persona y le tenía gran aprecio. Sin embargo Lucy solo se limitó a tratarla de forma cortante, incluso más agresiva de lo que Gwen solía ser. Y es que para sorpresa de muchos, no solo la veían actuar diferente sino que asistió a todas sus clases por primera vez en mucho tiempo, llamando la atención de un par de chicos que nunca la habían notado y dándose cuenta de lo bella que era su rostro y su cuerpo, Lucy se dió cuenta de esto y comenzó a caminar meneando aun más las caderas. Le gustaba la atención masculina que estaba recibiendo.
Al terminar la última clase, Lucy salió deprisa, dejando atrás a todos para irse sola hacia su nueva casa, en donde se dirigió al cuarto, escribiendo en el diario sus sentimientos al igual que Gwen lo habría hecho. Escribió cómo asistir a la universidad un día le hizo sentir realizada, una de las cosas que nunca había podido lograr, sin la preocupación de conseguir dinero para comer, o sin el temor de que algún miembro de banda la ataque sin avisar. Y también escribió cómo la hizo feliz el sentirse joven y atractiva, ella no había tenido novio en los últimos años o alguien que realmente estuviera interesada en ella de manera física.
Sin embargo en el fondo Lucy no estaba tranquila, recordaba la promesa que hizo a su sobrina y quería saber qué había ocurrido con su cuerpo, así que decidió investigar a dónde la habían llevado. Por la noche ingresó a la laptop del padre de Gwen y pudo hackear sin mayor problema para entrar a la plataforma de la policia. Ahí estuvo revisando archivos, encontrando su antiguo historial criminal.
- "Hmm 3 robos armados, 2 asaltos y 1 intento de secuestro... terrible, eso no es ni la mitad de lo que he hecho, qué pobre información tienen sobre mí..." - Lucy sonreía con el rostro de Gwen mientras seguía leyendo, ahí se enteró que la prófuga había sido atrapada en un mal estado de salud durante un enfrentamiento de grupos armados, por lo que fue llevada a terapia intensiva debido a sus lesiones y una fractura grave en el brazo. - "¿El brazo? Debió ser la patada que le di, bueno sigue viva, será mejor que le de una visita".
No hay comentarios:
Publicar un comentario