Nuevos cambios
¡Hola a todos! Este es un espacio creado para contar historias acerca de cambios. Un cambio siempre viene bien.
martes, 21 de enero de 2025
¿Quién eres?
lunes, 6 de enero de 2025
Una nueva araña, capítulo 6
Capítulo 6: Venganza
Después de su visita a prisión, Lucy se balanceó hasta la escuela, en donde alcanzó a tomar la última clase. Ahí Jackie se acercó a ella, comentándole preocupada que otra vez había vuelto a estar ausentándose. Lucy la ignoró e incluso le dio un pequeño empujón para alejarla. Jackie se alejó con los ojos llorosos al notar la frialdad de Gwen, o quien creía que era Gwen.
Al salir de clases, un chico se acercó a ella, era un tipo alto y fuerte, Lucy se detuvo y lo miró de pies a cabeza, ella no tenía interés en chicos de esa edad, solamente le gustaba sentirse sensual y provocar miradas, sin embargo las hormonas jóvenes de Gwen comenzaron a jugarle en contra, ya que no pudo evitar encontrarlo atractivo y sonrojarse.
- "Hola.. Gwen, ¿verdad?" - El chico dijo con una sonrisa confiada.
- "Sí, Gwen Stacy, mucho gusto. - Lucy dijo aun sonrojada. - "¿Y tú eres?
- "Vlad Benson, bueno Vladimir, pero todos me llaman Vlad. No te había visto antes, o al menos nunca te había notado hasta hace unos días. Eres muy linda".
- "Sí, es que había tenido algunos problemas y faltaba, pero ya estoy bien... y tú también eres lindo" - Lucy comenzó a reprocharse a sí misma en su mente, no sabía porqué estaba actuando así ante un chico de la mitad de su edad, pero no podía evitarlo.
- "Eh gracias, ¿sabes? Deberíamos salir o algo un día de estos. ¿Qué tal el cine el sábado?"
- "Sí, ahí estaré, nos vemos... Vlad". - Lucy se alejó aun con su rostro sonrojado, hacía tantos años que tuvo su última cita con un hombre, o con un chico, ya que solamente había tenido acostones con compañeros de su banda, solamente sexo sin ningún sentimiento.
Luego de eso, decidió seguir a Vlad desde lejos por las calles, para saber si no se trataba de algún miembro de otra banda o alguien peligroso. Se puso el traje y lo persiguió caminando por los tejados sin dejarse ver hasta llegar a su casa, en donde saludó a sus padres y luego se quedó en su cuarto leyendo un libro de literatura. Lucy se quitó toda sospecha e incluso sintió ternura por él. No era más que otro chico más de la escuela.
Después de eso, Lucy caminaba hacia la casa de Gwen, cuando en el camino casi es atropellada por una ambulancia y una patrulla, las cuales esquivó con grandes reflejos. Alcanzó a ver que en la patrulla conducía el padre de Gwen y en la parte trasera iba su sobrina Emilia, por lo que sin pensarlo los siguió hasta llegar a un hospital cercano. La niña estaba muy asustada pero estaba bien, el padre de Gwen la acompañaba para tranquilizarla, y de la ambulancia bajaron a su madre, quien se veía lastimada. Ambas ingresaron al hospital mientras Lucy se quedó pegada en la pared por fuera del edificio escuchando a las enfermeras por la ventana.
Se había tratado de un ataque a su departamento por parte de unos criminales que entraron a robarles, o al menos esa era la versión oficial de la policia, sin embargo Lucy sabía que esto se trataba de una venganza en contra de ella por parte de su propia organización. Miró a su madre por la ventana quien tuvo que ser conectada a un respirador, ya que ella se interpuso para proteger a Emilia, resultando con heridas graves.
Lucy apretó sus puños, sacó el traje y la pulsera de su mochila y saltó con mucha fuerza para columpiarse hasta el edificio en donde su antigua banda se refugiaba.
Al llegar impactó el suelo con tanta fuerza que las ventanas cercanas se rompieron por el choque. Ella estaba furiosa y dispuesta a acabar con todo el que se cruce.
Destrozó el portón como si fuera de papel e ingresó al edificio, al instante 3 matones corrieron hacia ella, asustados por su presencia. Entre los 3 le acertaron golpes pero se llevaron una sorpresa al notar que ella ni siquiera se había movido ni un solo centímetro.
- "¿Eso es todo lo que tienen? Pobres diablos" - Lucy dijo con una voz seca y seria, y luego de eso soltó un golpe fuerte en el estómago a uno de ellos, quien cayó en el suelo completamente inconsciente. Después soltó una patada que casi rompe en dos al segundo sujeto, y finalmente tomó al tercer sujeto del cuello y lo levantó, preguntando por Victor, el líder de la organización.
Al ver la violencia con que habían atacado a sus compañeros, el matón no dudo en decirle la ubicación, la cual estaba en un edificio cercano. Creyendo que se había salvado, el matón suspiró, pero Lucy en vez de soltarlo simplemente lo lanzó con fuerza a una pared. La mujer no tenía compasión y estaba furiosa.
El ruido hizo que una decena de individuos lleguen al lugar, algunos armados con cuchillos y otros con pistolas de 9mm. Lucy los observó fijamente y luego comenzó a correr hacia ellos, golpeando y acabando uno por uno con los sujetos. A ella se le hacía fácil esquivar las balas con sus nuevos reflejos y agilidad, pero a diferencia de Gwen quien esquivaba con delicadeza, Lucy era más frontal y ruda, acostumbrada a entrar a los golpes desde muy pequeña, por lo que su traje comenzó a tener algunos rasgones por el roce de las balas y cuchillos.
Tras acabar con ellos, ella se dirigió hasta el sitio en donde el jefe se encontraba, al llegar lo vio al final de un pasillo, pero él se cubrió en un vidrio a prueba de balas, además de que unos 20 hombres se pusieron en el camino, armados con subfusiles y armamento más pesado.
- "¡Eres un maldito cobarde, ven aquí y pelea como hombre!"
Lucy seguia peleando con sus puños y también comenzó a lanzar algunos rayos desde su pulsera contra la bola de criminales que no paraban de llegar a detenerla, atacándola con todo lo que tenian, Lucy solamente esquivaba lo suficiente para no sufrir mucho daño, dejando que su traje se rasgue cada vez más hasta dejar ver raspones y cortes por todo el cuerpo. Cuando alguien alcanzaba a ponerle una mano encima, su misma pulsera lo repelía con un shock similar al que dejó inconsciente a Gwen días atrás.
En un momento la máscara de Spider-Ghost quedó muy rasgada, lo cual incomodó a Lucy, quitandosela frente a todos, dejándolos asombrados al ver el rostro de Gwen.
- "¿Qué? ¿Nunca han visto a una mujer antes? ¡Bueno ahora será la última que verán!"
Mientras Gwen siempre contenía sus golpes para evitar dañar a los criminales con su superfuerza, Lucy golpeaba con todo su poder, dejando inconscientes de un solo golpe a cualquiera, incluso con evidentes fracturas en mandíbulas, craneos, brazos y daño cerebral, sin contar los que nunca volvieron a levantarse.
- "No voy a perdonar nunca a nadie que se meta conmigo y mi familia" - Lucy decía furiosa, casi entre lágrimas, mientras dejaba a los últimos secuaces en el suelo y se dirigía hacía el jefe con un rostro totalmente consumido por la ira.
Ella llegó y rompió el cristal anti-balas como si nada usando su puño. El jefe tomó un rifle y comenzó a disparar a discreción a Lucy, quien en esa ocasión sí tuvo que esquivar todas las balas de alto calibre para evitar morir ahí. Luego de un momento, el rifle se quedó sin balas, dejando indefenso a Victor.
- "No espera por favor, no tienes qué hacer esto, te lo suplico, prometo que no hare nada, es más, ni he visto tu rostro si alguien pregunta... por favor" - Victor suplicaba entre lágrimas de miedo. La violencia y brutalidad que la mujer frente a él había tenido con todos sus hombres lo había aterrado, nunca creyó que la superheroína fuera capaz de algo así.
Lucy soltó una carcajada macabra ante las súplicas del hombre. - "¿Mi rostro? No me hagas reir, no me interesa lo que hayas visto o no, puedes ver la mitad de mi cuerpo con estas telas rotas pero no vivirás para contarle a nadie."
- "Creía que Spider-Ghost no mataba" - El jefe dijo temblando del miedo al ver a la mujer frente a él, llena de ira.
- "Ese es el detalle mi estimado... yo no soy Spider-Ghost" - Lucy respondió mientras caminaba hacia él.
Víctor intentaba entender pero fue interrumpido por Lucy quien lanzó una telaraña para llevarlo hasta ella y terminó con su vida de una forma cruel.
Las sirenas de la policía comenzaron a escucharse a lo lejos. Lucy soltó a Victor, quien cayó inerte ante ella. Se le quedó mirando unos segundos, y luego comenzó a llorar del coraje al recordar la imagen de su madre grave en el hospital y mirando la escena con todos los sujetos de los que se había deshecho. Se miró en el reflejo de un cristal roto, pudo ver como su traje se había rasgado casi por completo, su cabello estaba hecho un desastre por el roce con las balas, y por todo su cuerpo tenía heridas y sangre que no precisamente era de ella.
Sin más tiempo, ella salió por el tejado, abandonando la escena antes de que la policía llegara. Regresó al hospital y se infiltró en la habitación donde su madre estaba conectada. A pesar de estar en un cuerpo ajeno, ella se acercó y tomó la mano de su madre, arrodillándose y llorando. Pudo sentir como la mano se movió e intentó abrir los ojos, pero estaba demasiado débil.
- "¿Hija? ¿Eres tú?" - Su madre dijo con una voz muy débil y temblorosa.
Lucy no respondió y solo la miró con lágrimas en los ojos, su emoción era muy grande pero no podía pronunciar ninguna palabra.
- "Sé que eres tú, puedo sentirte aunque tus manos se sienten distintas" - La madre continuó - "Hija, mi Lucy, por favor debes alejarte de esta vida, nunca tiene nada bueno. Y en especial, tienes que proteger a Emilia... por favor".
Las máquinas comenzaron a sonar, el pulso de la señora comenzó a elevarse, Lucy escuchó los pasos de los médicos que venían a toda prisa y salió por la ventana lo más rápido que pudo. Los médicos la estabilizaron pero aun permanecía muy grave, volvió a entrar en coma, por lo que Lucy se alejó al no poder hacer más. Llegó al cuarto de Gwen, en donde lloró hasta quedarse dormida en la cama.
viernes, 3 de enero de 2025
Una nueva araña, capítulo 5
Capítulo 5: Una visita inesperada
- "Aghh, ¿pero qué pasó? ¿En dónde estoy?"
- "¡Doctor! ¡Doctor! Venga rápido, la paciente se despertó" - Una enfermera salía corriendo de la habitación.
En la cama yacía una mujer malherida, con el cuerpo lleno de moretones, un brazo con yeso y una parte de su cabeza vendada. Se trataba del cuerpo de Lucy, aunque no era exactamente ella.
El doctor llegó deprisa, sorprendido por ver a la mujer recuperar la consciencia.
- "¿Doc..doctor? ¿En dónde estoy? Veo todo borroso". La mujer decía asustada y temblorosa.
- "Tranquilícese señora, es normal que la vista tarde en reajustarse después de un trauma tan grande en su cabeza, en especial después de haber estado en coma".
- "¡¿En coma?! ¡Eso es imposible! - La mujer intentó levantarse, pero el dolor fue tan fuerte que no pudo moverse casi nada. Y el brazo lo tenía tan entumido que casi no lo podía sentir. - "¡Mi brazo! ¡Oh ¿qué me pasó?!
- "Su brazo está completamente fracturado, en 4 partes, de puro milagro no se despegó de su cuerpo, debió ser un golpe muy fuerte, de alguna maquinaria o algo" - El doctor dijo de manera seria. - "Le sugiero que se mantenga en reposo para no empeorar su condición".
La mujer tenía lágrimas en sus ojos por el dolor y el shock de lo que estaba escuchando, miró hacia bajo y notó un cuerpo mayor, con una complexión amplia y piernas anchas. Pidió un espejo el cual la enfermera le facilitó, ahí por fin pudo ver su rostro, el rostro golpeado de la mujer que intentó ayudar antes de quedar inconsciente. La enfermera y el doctor se retiraron, dejando a la mujer sola.
- "No, esto no puede ser, ¿por qué veo a la mujer? ¿Por qué estoy en este cuerpo? No entiendo nada. No soy ella, soy Gwen, soy Spider-Ghost." - Gwen decía a sí misma, pero desde el cuerpo de Lucy se sentía como una total desconocida. - "Mi brazo... nunca antes había sentido este dolor, en ninguna parte del cuerpo, jamás antes me había fracturado algo, ni siquiera sé si eso era posible. Me siento tan debil y frágil" - Gwen se seguía lamentando con su dolor. Pero ahora no podía hacer nada, el dolor le impedía moverse por completo y no podía decirle a nadie ya que nadie le creería y también implicaría revelar su identidad secreta.
Gwen decidió mantenerse en reposo, para poder recuperarse lo suficiente para encontrar un modo de huir. Por la apariencia de la sala pudo intuir que se trataba de un lugar policial así que seguramente la mujer se trataba de una delincuente que iba a ser procesada, así que no tuvo más opción que colaborar.
Luego de un día y medio, el doctor decidió darle de alta para que pudiera ser llevada a su celda, en donde recibió una sentencia de 20 años por su historial de crímenes. Ella permanecía siempre en silencio, para evitar cualquier sospecha. Sin embargo por más que intentaba no podía concentrarse ni pensar claramente en algún plan, era como si su intelecto hubiera disminuido o si no pudiera usar su cabeza. Lucy había recibido tantos golpes y consumido sustancias tóxicas en su vida que había comenzado a dañar su cerebro, por lo que constantemente actuaba más por instinto que por realmente planificar las cosas. Esto hacía que Gwen se frustrara cada vez más, no sabía lo que pasaría con ella.
Al caminar por los pasillos del reclusorio, se cruzó con las mujeres que ella había detenido la noche en que el cambio ocurrió, las mujeres que eran parte de la banda criminal de Lucy de quienes podía recordar sus rostros. Una de ellas fijó su mirada en Gwen y al toparse la mujer le soltó un fuerte golpe en el estómago al cual Gwen no pudo reaccionar. No se lo esperaba y no estaba acostumbrada a esquivar sin sus reflejos y sentido arácnido, por lo que se quedó en el suelo sin aire.
- "Esto es por traicionarnos, maldita. Primer aviso, la siguiente te tendrán que sacar en un ataúd." - La mujer le dijo mientras ponía su pie en la cabeza de Gwen, quien no pudo hacer más que quedarse en el suelo llorando de impotencia. Solo podía recordar cómo unas noches antes ella la detuvo sin sudar una gota, pero ahora la situación se había invertido.
No tenía idea de nada de lo que pasaba, solo sabía que estaba en peligro y necesitaba huir lo más pronto posible. Y justo cuando pensaba que la situación no podría empeorar, una de las guardias la mandó a llamar. Le dijo que tenía visita, lo cual la sorprendió. Quizás se tratase de algún familiar de Lucy y la podría ayudar de algún modo. Sin embargo al llegar a la habitación de visita se llevó un gran shock cuando vio entrar su propio cuerpo frente a ella, con un semblante distinto al propio: amenazador, engreído. Y una sonrisa malévola que retorcía su dulce rostro.
- "¡¿Y tú quien eres?! - Gwen preguntó con una voz enojada pero débil. - "Exijo que me digas qué nos hiciste".
- "¿Yo? Yo soy Gwen Stacy, mucho gusto... señora" - Lucy respondió de forma burlona mientras caminaba hacia Gwen, menando las caderas.
- "No te muevas así, me veo ridícula" - Gwen dijo indignada ante la imagen, pero luego se recompuso para no distraerse - "Dime qué hiciste, devuélveme mi cuerpo maldita".
- "¿Tu cuerpo? ¿De qué habla señora? Yo solo vine a dar una vuelta por aquí... oh y resulta que me topé con usted".
- "Ya dejémonos de juegos, dime qué quieres. ¿Quién eres?".
- "Ugh pero qué amargada y fea te ves, ¿realmente me veía así? Bueno niña, sin rodeos, ahora yo soy Gwen Stacy, este cuerpo y esta vida ya no te pertenecen, son mías, ¿entendido?" - Lucy decía mientras pasaba sus manos por su abdomen y rostro, lo cual hizo que Gwen quisiera golpearla pero fue inutil, había un vidrio que separaba a ambas mujeres y ella no tenía la fuerza para romperlo. Ni siquiera para plantarse correctamente.
Gwen comenzó a soltar algunas lágrimas nuevamente. - "No te lo voy a permitir, no puedes quedarte con mi vida, arruinarás todo, hay una gran responsabilidad detrás de todo".
- "Oh, ¿hablas de esto?"
Lucy sacó de su bolso el traje de Spider-Ghost, colocándoselo a una gran velocidad. Lo cual dejó impactada a Gwen al ver que la mujer no solo tenía su cuerpo sino que también se había adaptado a sus habilidades sobrehumanas.
jueves, 2 de enero de 2025
Cuidado con lo que descargas
Comenten qué les parece la historia.
PD: No tengo planeado continuar la historia a pesar de ser una buena base, así que si algún otro escritor desea adaptarla a su manera es libre de hacerlo.
martes, 31 de diciembre de 2024
¡Feliz año nuevo!
Antes que todo, quiero desearles un feliz año nuevo 2025.
Durante los últimos dos años, este blog ha quedado muy inactivo debido principalmente a la falta de tiempo y ganas que había tenido últimamente respecto a la escritura. Si bien permanecía activo a través de otras redes sociales leyendo una que otra historia, simplemente no sentía las mismas ganas que tuve en un inicio.
Sin embargo decidí no cerrar el blog y mantenerlo para que cualquier persona pudiera tomarse unos minutos del día para leer mis ocurrencias y en verdad agradezco que aun haya gente visitando de vez en cuando el blog.
Estos últimos meses, con la ayuda de un tiempo libre y algunas ganas e ideas que tuve, comencé a escribir historias nuevamente. Como ya habrán visto, algunas ya están publicadas y otras se irán publicando en los próximos dias. De ahora en adelante trataré de solamente publicar "sagas" cuando ya estén terminadas todas las partes, para evitar esperas largas y terminar con un final apresurado (como el caso de El Asalto y El vecindario).
No prometo nada pero trataré de estar un tanto más activo este nuevo año que comienza.
Todos los comentarios son bien recibidos y espero que podamos seguir manteniendo unida esta bella comunidad. ¡Feliz 2025 a todos, les mando un gran abrazo hasta donde se encuentren!
sábado, 28 de diciembre de 2024
Una nueva araña. capítulo 4
Capítulo 4: Las apariencias engañan
A la mañana siguiente Lucy despertó con el sonido del despertador de Gwen, eran las 6am. Se levantó aun algo mareada y confundida sin estar segura si todo se había tratado de un sueño o una pesadilla, sin embargo vio a su alrededor y notó que era la misma habitación de anoche. Se miró en el espejo del tocador, observando el cuerpo desnudo de Gwen frente a ella, recordando cómo lo había explorado unas horas antes en la madrugada.
Los pasos llegaron a su puerta - "Gwen, ya levántate para la escuela"- Una voz femenina se escuchó del otro lado de su puerta, era la madre de Gwen. Lucy se limitó a responder que sí. Pero no estaba para nada interesada en asistir a la escuela, así que se volvió a acostar en la cama, mirando el techo. Después de un rato la madre de Gwen volvió a tocar su puerta, despidiéndose para ir a su trabajo. Por lo que Lucy se quedó sola en casa, la oportunidad perfecta para saber más detalles de la piel que ahora habitaba.
"Impresionante. A pesar de ser solo una niña, es hermosa. Este cuerpo es tan delgado y refinado, y sin embargo tan poderoso al mismo tiempo... puedo sentir toda su fuerza contenida".
Lucy continuó admirando el cuerpo de Gwen, haciendo comparaciones con su antiguo cuerpo: su panza había desaparecido, dando lugar a un abdomen plano y ligeramente marcado. Sus brazos pasaron de ser gelatinosos a estar definidos. Y su cabello pasó de ser grisaseo por las canas y ceboso a ser una sedosa cabellera rubia. Y su parte favorita, sus senos caidos ahora eran 2 montes apretados y sensibles que lucían increíbles con escote.
Primero exploró todos los cajones y el guardaropa de Gwen, probándose su ropa y modelando frente al espejo, sin embargo no estaba del todo convencida con la selección de atuendos, pues Gwen a pesar de tener una buena figura por su actividad física, su ropa era algo recatada y conservadora, queriendo siempre pasar desapercibida entre la gente. Lucy sentía que la ropa no hacía justicia, el tener un cuerpo tan joven y en forma la hacia sentirse sensual como nunca antes, y como uno de sus hobbies era la costura, no tuvo mayor dificultad en tomar algunas prendas y con una tijera le hizo algunos ajustes. También tomó el celular de Gwen e ingresó a tiendas online en donde compró algunas blusas y vestidos, hasta donde su dinero le permitió. Tenía una sonrisa en su rostro ya que no recordaba la última vez que pudo comprar ropa con dinero legal, si bien no era precisamente su dinero, ahora le pertenecía. Y en especial las prendas que adquirió eran de una talla que ella nunca había podido usar.
Después salió del cuarto, caminando por los pasillos y luego a la habitación de los padres de Gwen, en donde con su experiencia de ladrona sabía qué cajones y zonas buscar para encontrar objetos de valor, encontrando efectivamente dinero, joyas e incluso una caja fuerte la cual no tuvo mayor problema en abrir con ayuda de su nuevo sentido arácnido y sus años de experiencia, solo para encontrar más joyas y algunas fotos familiares antiguas, en donde pudo observar a la familia y a Gwen cuando era una niña pequeña.
Al cabo de unos instantes, Lucy ya había averiguado prácticamente todo sobre su nueva familia y su nueva vida, su intelecto se combinaba con el joven cerebro de Gwen, por lo que pensaba más rápido que de costumbre.
- "Hmm veamos, mi estimada... Gwendolyn Stacy, 19 años, estudiante aplicada pero sin sobresalir. Madre trabajadora y Padre policia" - Lucy decía al espejo, riéndose al saber que su padre era un policia y que muy probablemente ya lo había topado en algún asalto. - "Y en secreto la tonta Spider-Ghost, vaya nombre que elegiste. Aun así, creo que me la voy a pasar muy bien con tu vida".
Tras esto, se había aburrido, por lo que decidió ponerse nuevamente el traje de Spider-Ghost, sintiendo el roce de la tela con los poros de su piel. Miró hacia la ventana, observando el mundo exterior y pensó en todas las posibilidades que sus nuevas habilidades le permitirían, en todos los sitios que podría robar, en todos los antiguos rivales de los que se podría deshacer y todo esto sin que alguien la pudiera detener. En especial recordando cómo se había columpiado la noche anterior por la ciudad, con tanta agilidad y flexibilidad. En ese momento no dudo en intentar algo:
- "Oh, increíble, y ni siquiera me estoy esforzando en lo más mínimo, este cuerpo es demasiado flexible, jamás me imaginé luciendo así" - Lucy recreó algunas de las posiciones que veía en los videos de Yoga, incluso pasando de pose en pose en cuestión de segundos, mucho más veloz y flexible que las instructoras que ella seguía. - "Hmm sería muy fácil ir por la vida destruyendo todo con estos poderes y en especial luciendo asi de joven y hermosa. Ahora soy imparable." - Lucy pensaba para sí misma. Amaba las sensaciones que su nuevo cuerpo conllevaba: una enorme agilidad y superfuerza que fluía a través de sus manos. Sin embargo no estaba del todo segura en liberar sus poderes dejando ver su rostro, por lo que se colocó la máscara, la pulsera y después salió por la ventana de un salto.
Se columpió por las calles de la ciudad, cada vez más veloz y de manera más agresiva de la que Gwen lo hacía normalmente. Incluso con su velocidad se sentía retumbar algunos vidrios con su paso. Lucy estaba sorprendida con lo ágil que podía llegar a ser, nunca había recorrido la ciudad tan rápido.
Su primera parada sería cuando vió a un hombre corriendo de un asaltante. Los empezó a seguir sin intervenir, hasta que el el hombre parecía que ya había dejado atrás a su asaltante, Lucy desde lo lejos lanzó su telaraña haciéndolo tropezar y permitiendo que el asaltante llegue a él. Ella siguió su camino simplemente diciendo "De nada".
Siguió y luego llegó hasta unos edificios que ella recordaba haber intentado robar hace un tiempo, sin embargo casi terminó atrapada en aquella ocasión. Decidió que esta vez sería diferente, así que se introdujo de manera sigilosa por una ventana, sin activar ninguna alarma y sin alertar a nadie. Una vez dentro, repitió el proceso que hizo en la habitación de sus nuevos padres, revisando cajones y finalmente la caja fuerte, llevándose esta vez todo el botín entre joyas y dinero. Repitió lo mismo con 5 departamentos más, saliendo totalmente impune y sin ninguna sospecha.
Lucy se relamía los labios de felicidad, al fin se había convertido en la mejor ladrona, aunque en el fondo esto no la hacía sentir completamente satisfecha. Ella en el fondo quería dejar el mundo criminal, sin embargo esta sensación de ser imparable era más fuerte.
Guardó su botín en un lugar seguro y luego siguió a unas patrullas a lo lejos, que la llevaron a otro asalto a un banco. En esta ocasión los policias se quedaron mirando hacia el cielo, esperando que Spider-Ghost llegara a ayudarles, sin embargo esto nunca ocurrió. Por su lado, Lucy entró por la parte de atrás del banco, cubriendo las cámaras de seguridad y luego metiéndose a la bóveda, en donde se llevó algunos lingotes de oro y un saco de dinero, tan sigilosamente que ni los ladrones que estaban ahí la vieron entrar y salir.
Comenzó a sentir hambre, por lo que su siguiente parada fue un puesto de comida callejera, en donde se acercó de manera silenciosa para robar una hamburguesa, sin embargo el vendedor la sorprendió en el último momento.
- "Oh, ¡Spider-Ghost! Qué gusto verte, toma, cortesía de la casa" - El vendedor le dijo amablemente, preparando una hamburguesa doble al momento.
- "¿Me... me la regalas?" - Lucy preguntó sorprendida. El vendedor asintió y le dijo que gracias a ella su hijo estaba vivo después de salvarlo de un incendio el otro día, por lo que podía pasar cuando quisiera.
Lucy simplemente alzó un poco su máscara para poder comer su hamburguesa y luego se fue, agradeciendo el gesto. No podía creer que haya comido gratis y sin robar.
Esto la hizo conmoverse, no sabía qué pensar o qué hacer, pero le gustaba sentirse reconocida, algo que nunca había sido en su vida.
Comenzaba a anochecer, por lo que fue de regreso a casa de Gwen, en donde rápidamente se quitó el traje y se puso ropa cómoda, justo antes de que su madre abriera la puerta del cuarto.
- "Hija, ¿está todo bien?"
- "Eh, sí mam... mamá" - Lucy respondió con un nudo en su garganta. Era difícil para ella llamar de esa forma a alguien más que no sea su propia madre, pero tenía que disimular.
- "Oh qué bueno hija, estaba preocupada con todo lo que ha salido en las noticias, hoy la ciudad fue un caos".
- "¿Un caos? ¿De qué hablas? Yo no vi nada malo" - Lucy decía desconcertada, sin estar consciente de lo que ocurría fuera de su día explorando sus nuevas habilidades.
- "Sí, al parecer se registraron el doble o triple de crímenes de lo normal, dicen que Spider-Ghost no se apareció en todo el día".
- "Ah, ¿y eso qué importa? Tampoco es la gran cosa esa disque heroína" - Lucy dijo con desprecio.
- "¿Qué? ¿Por qué dices eso? Creí que tú estabas a favor de ella, sabes que ella ha salvado a tu padre en más de una ocasión, es una heroína" - Su madre dijo preocupada al notar el cambio de actitud de quien creía que era su hija.
- "Oh, por nada, no es nada. Solo que tuve un mal día, no quise decir eso de nuestra heroína" - Lucy corrigió con sarcasmo pero astutamente con un tono de arrepentimiento para evitar levantar sospechas.
La madre de Gwen se retiró del cuarto, dejando sola a Lucy, quien se quedó recostada mirando en su nuevo celular todas las noticias y videos de crímenes, incluyendo el asalto al banco al que se infiltró, el cual terminó con pérdidas millonarias y un rehén herido. Sin embargo ella no le dio mayor importancia y dejó el celular a un lado en la cama para ir a lavarse la cara. Al regresar su celular comenzó a sonar, era una llamada de Jackie, la compañera de Gwen, quien le preguntó preocupada si estaba bien, ya que no había ido a clases y hoy tenía una tarea importante.
Lucy enrolló los ojos y simplemente le siguió la corriente a su compañera. No tenía ganas pero sintió que debía seguir con la "agenda" de Gwen si no quería levantar más sospechas con sus conocidos, por lo que tomó las libretas y apuntes de Gwen y comenzó a leerlos, resolviendo algunos problemas de matemáticas sin problemas, lo cual la sorprendió ya que nunca fue buena en esa área. También pudo resolver algunas ecuaciones y cuestionarios de Química y otras materias. Sentía que el conocimiento fluía por su mente, ahora tenía la mente de Gwen, una estudiante genio. Le gustó la sensación de tener conocimientos y se dejó llevar, tomándose prácticamente toda la noche para cumplir con las tareas atrasadas que la misma Gwen había dejado desde semanas atrás.
"Hmm Química: Listo, Matemáticas: Listo, Física: Listo. Vaya nunca antes en mi vida había hecho tanta tarea, de haber podido terminar la prepa o ir a la universidad tendría que aguantar eso a diario. Aun que quizás no sea tan malo".
Luego de eso iba a dormir, pero encontró una libreta que estaba sellada con un tipo de lector de huella digital. Procedió a colocar su pulgar y el sello se abrió: al mirar los apuntes, Lucy se dió cuenta que se trataba del diario personal de Gwen, el cual captó toda su atención, quedándose a leerlo desde el inicio, letra por letra, página por página, aprendiendo cada detalle íntimo de la vida de Gwen.
El reloj comenzó a sonar, eran ya las 6am y debía arreglarse para ir a la escuela. Lucy no había dormido en toda la noche, por lo que se colocó el uniforme escolar, modelando frente al espejo. Tenía décadas desde la última vez que se había puesto un uniforme de ese tipo y estaba sorprendida de verse de esa manera.
Si bien el uniforme no era nada del otro mundo, ella le hizo un ajuste a la falda para que quede un poco más arriba, luciendo un tanto más sensual de lo que Gwen solía lucir. Luego de eso se quedó unos minutos leyendo el diario antes de salir en camino a su escuela.
Una vez ahí, Lucy ya había leído bastante sobre su nueva vida, por lo que no tuvo mayor problema en fingir con los compañeros de Gwen, con quienes ni siquiera necesitaba socializar debido a su forma de ser. A excepción de Jackie a quien recordó de la llamada y que en el diario mencionaba que era una buena persona y le tenía gran aprecio. Sin embargo Lucy solo se limitó a tratarla de forma cortante, incluso más agresiva de lo que Gwen solía ser. Y es que para sorpresa de muchos, no solo la veían actuar diferente sino que asistió a todas sus clases por primera vez en mucho tiempo, llamando la atención de un par de chicos que nunca la habían notado y dándose cuenta de lo bella que era su rostro y su cuerpo, Lucy se dió cuenta de esto y comenzó a caminar meneando aun más las caderas. Le gustaba la atención masculina que estaba recibiendo.
Al terminar la última clase, Lucy salió deprisa, dejando atrás a todos para irse sola hacia su nueva casa, en donde se dirigió al cuarto, escribiendo en el diario sus sentimientos al igual que Gwen lo habría hecho. Escribió cómo asistir a la universidad un día le hizo sentir realizada, una de las cosas que nunca había podido lograr, sin la preocupación de conseguir dinero para comer, o sin el temor de que algún miembro de banda la ataque sin avisar. Y también escribió cómo la hizo feliz el sentirse joven y atractiva, ella no había tenido novio en los últimos años o alguien que realmente estuviera interesada en ella de manera física.
Sin embargo en el fondo Lucy no estaba tranquila, recordaba la promesa que hizo a su sobrina y quería saber qué había ocurrido con su cuerpo, así que decidió investigar a dónde la habían llevado. Por la noche ingresó a la laptop del padre de Gwen y pudo hackear sin mayor problema para entrar a la plataforma de la policia. Ahí estuvo revisando archivos, encontrando su antiguo historial criminal.
- "Hmm 3 robos armados, 2 asaltos y 1 intento de secuestro... terrible, eso no es ni la mitad de lo que he hecho, qué pobre información tienen sobre mí..." - Lucy sonreía con el rostro de Gwen mientras seguía leyendo, ahí se enteró que la prófuga había sido atrapada en un mal estado de salud durante un enfrentamiento de grupos armados, por lo que fue llevada a terapia intensiva debido a sus lesiones y una fractura grave en el brazo. - "¿El brazo? Debió ser la patada que le di, bueno sigue viva, será mejor que le de una visita".
jueves, 26 de diciembre de 2024
Una nueva araña, capítulo 3
Capítulo 3: Una araña en mi cuerpo
Gwen ingresó al edificio a través de una ventana, observando la situación mientras analizaba cómo afrontar el momento, se movió por el tejado pasando desapercibida hasta llegar a un punto en donde sorprendió a los criminales de la habitación, desarmándolos y envolviéndolos en su telaraña sin mayor problema.
- "¿Estoy interrumpiendo una fiesta sorpresa o algo así? Disculpen mis modales" - Gwen decía con sarcasmo asustando a los criminales presentes.
Y así siguió por varias habitaciones, en donde el resto de criminales dejaron de dispararse entre sí para enfocarse en ella. A pesar de sus esfuerzos, Gwen esquivaba los disparos y golpes de todos con tranquilidad y delicadeza, casi pareciendo una bailarina con sus movimientos. Uno a uno fue dejándolos fuera de combate hasta solamente quedar una habitación que parecía ser del jefe, adentro estaba una mujer encerrada, Lucy. Gwen corrió hacia ahí y abrió la puerta, acercándose a ella para rescatarla, pensando que se trataba de algún rehén.
- "Señora venga conmigo, ya todo está bajo control". Gwen estiró su brazo para recoger a Lucy del suelo.
- "Aléjate, maldita enmascarada, ¡vete!" Lucy gritaba con furia. Gwen se acercó para sujetarla del brazo, sin embargo al hacer contacto, la pulsera de Lucy emitió un shock eléctrico que aturdió a Gwen, dejándola inconsciente en el suelo. Lucy miró sorprendida y aun enojada lo que ocurrió. Y aprovechando que la superheroina estaba indefensa se acercó para patearla e insultarla. "Toma esto perra maldita, deja de entrometerte en cosas que no te incumben". Lucy siguió pateando a Gwen, aunque parecía no hacerle daño al estar debilitada y muy cansada. Lucy solo podía suspirar para tomar aire, ya agotada. Por lo que en medio de su rabieta, se acercó más a Gwen, quitándole la máscara y descubriendo su rostro, dejando en shock a la criminal.
"Eres... eres... ¡eres solo una maldita niña!" Lucy gritaba con incredulidad y frustración. No podía aceptar que Gwen fuera una chica 20 años más joven. "Es increíble, tanta juventud y belleza. Además de ser intocable, y decides ser un verdadero dolor de cabeza para todos. ¡Te odio!" Lucy se quedó de rodillas, mirando a Gwen por unos segundos en silencio, con ojos llorosos. Recordó como ella era tan solo un par de años menor a Gwen cuando ingresó al mundo criminal y su vida se había convertido en una espiral de caos. Deseaba salir de ahí, deseaba regresar en el tiempo y rehacer su vida. "Si tan solo tuviera tu edad de nuevo, y con tu belleza. Si tan solo estuviera en tu lugar." Lucy decía rompiendo en llanto, dominada por la envidia. "¡Quiero tener tu cuerpo!".
Luego de decir esto, la pulsera emitió un brillo y una voz comenzó a salir de ella:
TRANSFERENCIA DE USUARIO INICIADA
"¿Qué? ¿Quién dijo eso?" - Lucy preguntó, luego de eso sintió un mareo que la dejó en el suelo, encima de Gwen, sin poder hacer nada. Se sentía aturdida mientras la pulsera seguia brillando cada vez más. Sentía como si la pulsera estuviera quemando su piel, y poco a poco toda su visión iba quedando negra, hasta desmayarse. Lucy quedó inerte en el suelo, y la pulsera se soltó por cuenta propia de la muñeca de Lucy, cayendo en el brazo de Gwen y adhiriéndose. La pulsera continuó aumentando su brillo, y Gwen pronto comenzó a temblar sin control, convulsionando e incluso hasta sacando un poco de espuma por la boca. Y a la par de este temblor, la luz de la pulsera continuó brillando cada vez más fuerte. Hasta finalmente detenerse ambas al mismo tiempo.
"Aggh ¿pero qué pasó?" - El cuerpo de Gwen dijo levantándose del piso, aun algo aturdida y confusa. - "Me... Me siento rara, como si..." - La mujer dijo mientras comenzaba a percibir todo su entorno con muchos más sentidos. Como si tuviera un sexto o séptimo sentido. Luego de eso miró sus manos, quedándose en shock al ver que tenía el traje de Spider-Ghost con la pulsera encima.
"¿Qué? ¿Pero qué es esto? ¿Estoy muerta? ¿Porqué tengo el traje de Spider-Ghost? Espera... mi voz". La mujer dijo comprendiendo la situación.
TRANSFERENCIA DE USUARIO COMPLETADA
La voz de la pulsera dijo. Ahora era Lucy quien estaba en el cuerpo de Gwen, con su traje, su rostro y especialmente, sus habilidades. "No puedo creerlo, ¿en verdad puedes hacer esto? ¿Y mi cuerpo...?"
Lucy miró su cuerpo a un lado, y rápidamente juntó su brazo con la pulsera con el brazo en donde antes la tenía colocada. Lo cual emitió otro brillo, con la pulsera aumentando la intensidad del brillo mientras el cuerpo de Lucy empezaba a convulsionar, repitiendo el proceso anterior. Luego de unos segundos todo se detuvo.
EXPULSIÓN DE INTRUSO COMPLETADA
"Sí, intruso, eso es lo que eres ahora, ¿escuchaste maldita niña malcriada? ¡Una maldita intrusa!" - Lucy dijo y en medio de su enojo soltó una patada hacia su antiguo cuerpo, lo cual hizo que lo lanzara varios metros adelante, dándose cuenta al instante de la nueva fuerza que ahora tenía. "Oh, esto es asombroso".
En ese momento las sirenas de la policía comenzaron a sonar, llenándose el sitio de elementos de seguridad y llevándose a Gwen en el cuerpo de Lucy, muy maltratada. Mientras Lucy observaba la escena desde lejos. Ella tenía sentimientos encontrados, se sentía mal al verse a sí misma en ese estado y siendo llevada por la policía, pero por otro lado ahora sentía una energía como nunca antes, no solo había rejuvenecido sino que tenía una fuerza y agilidad descomunal: el cuerpo y las habilidades de la superheroina que tanto odiaba ahora eran suyos.
"Esa niña se va a pudrir en prisión con mi cuerpo debil y sin sus poderes, me siento mal por ella pero estoy lista para esta nueva vida..." Lucy se quedó unos segundos reflexionando sobre lo ocurrido hasta que su madre y sobrina pasaron por su mente.
"¡Mamá! Debo ir a verla, asegurarme que esté bien"
Lucy se acercó al borde del tejado donde estaba, pensando en cómo salir de ahí, recordó cómo Gwen suele brincar de edificio a edificio todo el tiempo, colgándose de sus telarañas, por lo que se puso nuevamente la máscara y se empezó a preparar para dar el salto.
"Muy bien, no debe haber problema, la he visto brincar más de 10 metros de un solo salto y luego... sus telarañas, ¿cómo las saca?" Lucy comenzó a revisar su traje, buscando algún arma o algo de donde pudiera sacar las telarañas pero no encontraba nada, hasta que de pronto, casi de forma automática apuntó al edificio haciendo el gesto clásico con su mano, sacando la telaraña perfectamente colocada.
"Wow, ¿cómo hice eso? Es como si este cuerpo actuara por cuenta propia." Lucy pensó en voz alta, reaccionando ante su memoria muscular.
Ella se asomó hacia la calle, viendo como las personas parecían hormigas por la distancia. Tembló por unos segundos pero luego tomó el valor y se lanzó hacia el vacío, colgándose de su telaraña, columpiándose de manera torpe y chocando en una ventana, rompiéndola por la velocidad. Lucy se mantuvo firme, prácticamente sin sentir el golpe debido a su nueva fuerza. Luego lanzó otra telaraña y continuó balanceandose entre los siguiente edificios, agarrando cada vez mejor equilibrio hasta comenzar a dominarlo luego de unas cuantas cuadras.
"Esto es más sencillo de lo que pensé que sería, vaya cuánta agilidad tengo, ¡esto es asombroso!" Decía Lucy mientras comenzaba a realizar sus primeras piruetas en el aire, agarrando cada vez más confianza.
Unas cuantas personas que se asomaban por su ventana pudieron ver a Lucy pasando, saludándola de forma amistosa, a lo cual ella no supo cómo reaccionar, pasando simplemente de largo hacia el edificio donde vivía su madre.
Al llegar al edificio, Lucy no supo calcular la velocidad nuevamente y casi choca con su ventana, esquivándola apenas y quedándose pegada en la pared, desde donde acechó hacia el interior, observando que todas las cosas seguían en orden. Abrió la ventana cuidadosamente y entró a su habitación, no había señales de que alguien haya entrado o lo haya intentado. Lucy se sentó en su cama y se levantó la máscara, dando un gran suspiro de alivio.
En ese momento la puerta se abrió de golpe, Lucy logró reaccionar a tiempo poniéndose la máscara y saliendo por la ventana en cuestión de un segundo, se mantuvo en el borde para acechar. Se trataba de Emilia que había entrado a la habitación de Lucy para buscar una pijama. Emilia se dio cuenta de que había algo en la ventana, recordando cuando Gwen la acompañó un par de días antes. Abrió la ventana y acechó pero no vio nada.
- "¿Spider-Ghost? ¿Eres tú? ¿Viniste a saludarme?"
La niña decía al aire, Lucy se había ocultado pero escuchaba a su sobrina, no podía creer que haya sabido que estaba ahí, y en especial que hablara con la superheroína que ella tanto rencor le tenía.
En un momento, Lucy decidió asomarse, dejando que Emilia la vea y sonría de oreja a oreja al verla.
- "¡Volviste! Sabía que no te habías olvidado de mí, mis amigos no me creen que te conozco." La niña dijo emocionada, queriendo abrazar a la mujer frente a ella, quien la detuvo de forma similar a unos días antes cuándo la recibió en su anterior cuerpo. Lucy no sabía cómo reaccionar ante esto, ella no estaba enterada de que Gwen y su sobrina habían hablado en algún momento, siempre deseó que eso nunca ocurriera pero ya era un hecho, al igual que era un hecho que ahora ella era quien estaba debajo de esa máscara.
No deseaba que hubiera alguna relación, pero el sentimiento de Lucy por su ver bien a su sobrina fue más fuerte y dejó de detenerla, dejando que la niña la abrace. Lucy la abrazo de vuelta.
- "Sí... sí aquí estoy de nuevo Sob... eh, Emi" Lucy le dijo con la voz entre cortada por los nervios, incluso casi descubriéndose a sí misma.
- "Qué bueno que viniste Spidey, te extrañé mucho en estos días, ven, entra, mi tía Lucy no está" Emilia dijo riendo al final. Lucy abrió sus ojos de sorpresa por debajo de la máscara al escuchar esto.
- "Tu... ¿tía? ¿de qué hablas?"
- "Sí, ella bueno, ella dice que te odia y que eres una amenaza, pero yo sé que eres una heroína y que siempre salvas el día. Me gustaría ser como tú algún día. Ojalá ella te viera de la misma manera".
- "Y tú deberías hacerle más caso a tu tía, ella sabe porqué te dice las cosas, ¡¿oiste?!" Lucy le dijo en un tono regañón, el cual Emilia sintió muy familiar.
- "Oww discúlpame Spider, no quise hacerte enojar, no pienses que no quiero a mi tía, al contrario, la amo y daría mi vida por ella si fuera necesario, al igual que tú lo haces. Es solo que la extraño, siempre está ahi fuera y casi no la vemos y mi abuela y yo estamos muy preocupadas por ella, ¿crees que podrías buscarla?"
- "¿Buscarla yo? Y esa tía tuya... ni la conozco ni nada"
- "Anda, ¿sí? Mira es ella" Emilia se acercó a un cajón y sacó una foto de Lucy la cual le mostró. Lucy tomó la foto para mirarla de cerca, ella no sabía de esa foto pero al parecer su sobrina la guardaba en un cajón con mucho cariño. - "¿Podrías? Por favor, ella podría estar en peligro" - La niña se acercó a la mujer para susurrarle - "Aquí entre nos, ella se junta con personas malas y peligrosas, ¿qué tal si le hicieron algo?"
Lucy se conmovió al ver la preocupación de su sobrina, tenía los ojos llorosos y quería quitarse la máscara para decirle que ella estaba ahí mismo, pero en su lugar solo contuvo sus sentimientos y le dijo que haría lo que pueda para ayudarla, para luego acercarse a la ventana y salir.
- "Emilia, tu tía siempre va a estar contigo, ¿ok?" Lucy le dijo a la niña justo antes de lanzarse y balancearse por las calles. Emilia solamente asintió la cabeza y observó por la ventana como la mujer se alejaba a la distancia.
Luego de alejarse, Lucy se quedó en el tejado de otro edificio, se quitó la máscara y comenzó a llorar desconsolada. No terminaba de asimilar todo lo que estaba ocurriendo: había cambiado de cuerpo con la persona que más odiaba, su cuerpo original ahora estaba malherido con la policía, había descubierto el gran cariño que su sobrina le guardaba y ahora no solo la tenía a ella y su madre preocupadas, sino que las había puesto en peligro ante sus antiguos compañeros criminales.
Después de desahogarse, se compuso de nuevo, poniéndose su máscara y decidida a hacer lo mejor que pudiera de ahora en adelante: Manteniendo a salvo a su familia y tratando de llevar esta nueva vida.
Entre eso, tuvo un flashback que la hizo regresar al edificio donde el cambio había ocurrido y encontró la mochila de Gwen guardada entre telarañas. La recogió y buscó entre sus cosas hasta encontrar información en una tarjeta de identificación, descubriendo desde su nombre hasta su dirección.
- "Hmm muy bien mi estimada... ¿Gwendolyn? Hmm mejor solo Gwen. Es momento de seguir adelante con mi vida."
Lucy se fue del edificio, balanceandose hasta llegar al departamento de Gwen, entrando por la ventana y observando la habitación de pies a cabeza. Pasó sus manos por su escritorio, sus libros, observaba sus posters de bandas musicales y de repente comenzó a sentir un ambiente familiar, como si su cuerpo se sintiera cómodo en ese sitio.
Lucy sonrió luego de haber tenido la noche más extraña de toda su vida. Era la primera vez que visitaba ese lugar pero se sentía familiar, le gustaba lo que veía acerca de Gwen, era como una versión adolescente de ella misma, pero sin la parte criminal. Al mismo tiempo se sentía cómoda en su nueva piel, en especial al acostarse en la cama de Gwen, la cual estaba ya amoldada a la figura de la superheroína.
- "Wow, ni siquiera recuerdo la última vez que me acosté en una cama tan cómoda y sin que rechine... aunque ahora debo pesar lo mismo que una pluma así que es una ventaja" - Lucy se dijo mientras se estiraba y se acomodaba en su nueva cama. El cansancio y el sueño se comenzaron a apoderar de ella, por lo que comenzó a desvestirse para poder dormir.
lunes, 23 de diciembre de 2024
Fantasías peligrosas
Capítulo 1: El profesor
Alejandro es un maestro en Universidad. A pesar de ser un hombre atractivo a sus 40 años, en el fondo siempre había deseado ser una mujer, pero la idea de someterse a una operación de cambio de sexo nunca pasó por su mente. Él disfrutaba comprar ropa interior de mujer para usarla y modelarla en la privacidad de su hogar. Incluso se tomaba fotos y grababa sus pequeñas pasarelas, soñando con algún día ser una mujer auténtica.
Como parte de una de sus fantasías, él había creado una cuenta en instagram bajo el nombre de "Paola" enseñando únicamente sus piernas vestidas con mallas y tacones. Se hacía pasar por mujer y disfrutaba recibir comentarios halagando su figura. Sin embargo su interacción se veía limitada a únicamente responder los comentarios o mensajes con un "gracias jiji", ya que en un par de ocasiones había intentado seguir la conversación con otras personas, sin embargo la ilusión siempre acababa al momento de pedirle fotos de su rostro, videos o simplemente aceptar llamadas de voz. Esto había frustrado a Alejandro, ya que cada vez dedicaba más tiempo a su perfil fake de Instagram que a su propia vida fuera de internet. Comenzó a improvisar, tomándose fotos a través de apps para cambiar su rostro al de una mujer y editando su voz en programas para hacerla más aguda. Sin embargo no era suficiente, él cada vez deseaba más tener la vida que había inventado en internet. Él deseaba ser "Paola"
Aun con su frustración, Alejandro debía seguir trabajando para poder mantener su estilo de vida. Después de todo era un profesor con reconocimiento en la universidad, admirado por su amplío conocimiento y su cercanía con los alumnos, ya que muchos lo consideraban como un amigo, más allá de un simple profesor aburrido. Aunque en realidad, Alejandro tenía más afinidad hacia las mujeres, debido a su deseo de ser una de ellas. Él se ganaba la confianza de sus alumnas hasta el punto de conocer algunos secretos, y principalmente saber la manera en la que las mujeres se comunicaban entre ellas. Sentía envidia de escucharlas hablándose entre sí como "bebé", "amor", entre otros.
Luego de clases, Alejandro acostumbraba llegar a casa, guardar sus cosas y luego entrar a su habitación.
Ahí, él se desvestía para luego colocarse sus medias y entrar en su personaje de redes sociales, en donde era una chica sexy de edad y apariencia misteriosas.
Esta rutina cambió cuando el nuevo semestre de clases inició, y a su salón llegó una nueva alumna llamada Paula, una joven y muy hermosa chica de la cual una gran parte de sus compañeros se enamoraron a primera vista, incluyendo a Alejandro, quien más que desear estar con ella, deseaba ser ella.
Desde el primer instante, Alejandro se comportó de manera muy educada con ella, ganándose su confianza pronto. En especial porque Paula tenía amigas en semestres más avanzados quienes le dijeron que el profesor era una buena persona en la que podía contar. Muy pronto Paula empezó a verlo como un amigo, y después de clases ella se quedaba a platicar con él durante horas, hasta el punto de salir a comer juntos.
En el fondo, Paula comenzó a sentir atracción por su profesor y deseaba llevar más allá su relación con él. Y por otro lado, Alejandro cada vez se sentía más cautivado por la vida de su alumna, con cada chisme que contaba de sus amigos, con cada historia sobre su vida, él añoraba más poder vivir y hacer suyas esas vivencias. En especial cuando Paola vestía con blusas escotadas o faldas cortas, él se lamía los labios deseando poder usarlas y lucirlas igual de bien.
Con el tiempo ambos comenzaron a salir en forma de relación aunque decidieron no hacerla pública ya que Alejandro podría ser despedido debido a políticas de la escuela y solamente un par de amigas de ella sabían al respecto. Paula se sentía muy ilusionada al estar con un hombre que consideraba maduro, culto, educado y caballeroso, mientras que Alejandro se sentía ilusionado de estar cada vez más cerca del cuerpo que él deseaba ser, pues ella era perfecta en cada aspecto: su rostro, su cabello, su figura y en especial que su nombre era casi el mismo que el nombre que él utilizaba en su cuenta falsa. En un inicio él aprovechó la relación para comenzar a utilizar fotos de ella en ese perfil, "revelando" su rostro y subiendo fotos que ella se tomaba para él, incluso utilizando audios de ella para hacer ver más real su fantasía.
Todo marchaba bien, su relación se mantenía estable y ella estaba más que encantada con el hombre que tenía a su lado, y aunque Alejandro estaba feliz con la relación y con las "mejoras" que hizo en su perfil falso, aun se sentía incompleto. Sentía que cada vez su vida real lo hacía menos feliz ya que solo deseaba convertirse en Paola, incluso comenzó a cancelar citas con ella y con amigos, hasta llegó a faltar a clases solamente por quedarse más horas platicando con otros hombres y mujeres desde el perfil de Paola. Esto hizo que Pau empezara a sospechar que algo malo estaba ocurriendo, ella sospechaba que había otra mujer involucrada, y estaba en lo cierto aunque no era precisamente alguien real sino el alter ego que su novio había creado y cada vez lo consumía más.
Por cuenta propia Pau comenzó a investigar al respecto, siguiendo a Alejandro a escondidas durante unos días y observando que él frecuentaba tiendas de ropa femenina y tiendas de maquillaje. Esto la destrozó por dentro ya que él nunca le había comprado ropa ni maquillaje y había dado por echo que él la estaba engañando con alguien más.
Capítulo 3: La verdad
Harta de esto se armó de valor y fue confrontar al hombre a su hogar. Él no esperaba la visita y cuando abrió la puerta, Pau entró a la fuerza y caminó por todo el lugar en busca de otra mujer, sin embargo no encontró nada, a excepción de algunas faldas y vestidos en el closet. Ella, con lágrimas en los ojos le reclamó y exigió explicaciones, contándole todo lo que ella sabía, pidiendo saber quién era la otra mujer. Alejandro solamente bajó la mirada y no tuvo más opción que contarle toda la verdad. Le reveló su fantasía de ser mujer, su perfil falso, los tutoriales de maquillaje que miraba. Todo con la esperanza de que ella fuera comprensiva y bajo la confianza que se tenían, no le contara a nadie más. Ella en un inicio no le creyó y pensó que solo era un pretexto, sin embargo luego de ver toda la evidencia no tuvo más opción que aceptar la verdad. Se sintió extremadamente decepcionada del hombre con quien creía estar y se fue del lugar sin decir más. Alejandro corrió detrás de ella pero ella se subió al primer taxi que vió y lo dejó atrás.
Al día siguiente, Alejandro llegó a la universidad para dar clase, sin embargo se encontró con miradas juzgadoras y risas por parte de sus alumnos, quienes cuchicheaban mientras lo veían, señalándolo y riendo. Él se sintió muy incómodo y corrió hasta el aula de maestros en donde se desató la corbata para poder respirar mejor. 2 mujeres que también eran maestras entraron al aula y lo miraron fijamente de manera muy seria. Preguntó el por qué de esa actitud hacia él, pero no le respondían. Después de eso ellas se fueron y el director entró, quien se sentó con un semblante serio y comenzó a hablar con él.
Le contó que se habían enterado de su fetiche, del perfil falso e incluso Pau había comenzado a levantar una denuncia contra él debido a que estaba utilizando sus fotos sin su consentimiento. El tema se extendió por toda la escuela, enterándose todos los alumnos y maestros por igual quienes ahora se burlaban de Alejandro, tachándolo de todo tipo de cosas negativas. Y debido a todo esto y el proceso legal que estaba en su contra, Alejandro fue despedido, perdiendo su trabajo, sus ingresos y en especial toda su reputación.
La vida de Alejandro se fue por el caño, de un momento a otro pasó a ser de los maestros más respetados a ser la burla de todos. Pero esto no era lo peor, sino que la demanda de Pau logró proceder lo cual hizo que él tuviera que pagar todo el dinero de sus ahorros quedando en la calle sin un solo peso en su cuenta.
Capítulo 4: El hombre misterioso
Destrozado, Alejandro comenzó a vagar por las calles, descuidando su imagen personal, se convirtió en un auténtico vagabundo sucio, apestoso y muerto de hambre. Su vida no tenía rumbo y entró en una profunda depresión que lo hizo pensar en acabar con su vida. Dispuesto a terminar con todo, un día se subió a lo un puente y se preparaba para lanzarse, cuando una persona extraña apareció, vestía una capucha que no dejaba ver su rostro y tenía una voz hipnótica que convenció a Alejandro de no lanzarse. La persona le mencionó que lo conocía a la perfección, contando detalles de la vida de Alejandro que nadie más conocía, lo cual dejó impactado al vagabundo, quién cuestionó cómo sabía esto y exigía saber de quién se trataba. Sin tener más respuestas, Alejandro quiso irse, pero el encapuchado comenzó a decir que él podía hacer realidad su más profunda fantasía.
Sin más que perder, Alejandro escuchó atento al otro hombre, quien le contó que debía confiar en él y debían seguir un ritual sin hacer preguntas. Entonces el encapuchado le dio una pildora que debía tragar, lo cual hizo e inmediatamente cayó desmayado. Al despertar, se sentía debil, como si estuviera sedado, estaba en una cama de piedra, desnudo. Pensó que había sido una trampa y acabaría violado cuando el hombre encapuchado entró, pero le pidió calma, luego de eso le dio un líquido que debía beber, lo cual lo hizo entrar en un trance, muy confundido sin saber lo que estaba pasando. Lo único que pudo recordar es que el hombre comenzó a recitar algunas palabras extrañas.
Después de eso, cuando Alejandro recobró la conciencia, estaba nuevamente en el puente donde se encontró con aquel hombre. Creyó que todo había sido un sueño o un delirio por culpa de no haber comido en los últimos 2 días. Pero entonces escuchó la voz del hombre quien apareció repentinamente atrás de él. Le dijo que estaba listo y ahora solo faltaba el "último paso" hacia su nueva vida. Alejandro entendió que debía brincar sin embargo no sabía si todo era un truco de su propia mente. El hombre le mencionó que al dar el salto, dejaría para siempre su vida para iniciar de nuevo y no habría vuelta atrás. Alejandro dio por obvio esto, pues acabaría aplastado al fondo del precipicio.
Sin más que perder y creyendo que al fin había quedado loco, Alejandro dio el salto, decidido a acabar con su vida, en el aire veía su vida pasar, los recuerdos de sus años como profesor, sus amigos y amigas, y especialmente Pau, quien fue la última persona en la que pensó antes de impactar el suelo. Después de eso todo quedó negro, creyó que todo había terminado.
Capítulo 5: El despertar
De pronto abrió los ojos y se recostó hiperventilándose, vio que estaba en una cama y en una habitación extraña, todo se veia... femenino. Al levantarse le costó trabajo mantener el equilibrio, sentía su cuerpo muy distinto, más ligero pero con un peso extraño en su pecho. Rápidamente notó su cabello largo que caía sobre sus hombros: castaño y sedoso, idéntico al de Paula. Corrió hacia el baño y confirmó con su reflejo que ahora estaba en el cuerpo de ella. Del shock no pudo evitar soltar un grito con voz chillona, con lo cual los padres de Paula golpearon a su puerta preguntando qué ocurría. Sin saber cómo explicar nada, decidió fingir que no pasaba nada y les dijo que se había asustado al mirar una cucaracha. Ellos solamente rieron y se fueron.
Ahora Alejandro tenía lo que había deseado aunque no sabía qué es lo que había ocurrido. Se acercó a la cama y vió el celular de Paula. Lo agarró y se desbloqueó al instante con el face ID. En seguida se metió a revisar las conversaciones, tenía algunos mensajes de sus amigas las cuales le decían que Alejandro había sido reportado como desaparecido y se le vio por última vez caminando por un puente. También revisó la conversación que tenía con él mismo y confirmó que toda la conversación seguía ahí, esto no era un sueño.
Alejandro regresó al baño y se desvistió, admirando la figura de Paula. Si bien antes había tenido sexo con ella, ahora era distinto. Comenzó a pasar sus manos por sus pechos, sintiendo cómo se erizaban con suma facilidad, todo su cuerpo temblaba con las nuevas sensaciones que tenía. Empezó a estrujarlas y jugarlas mientras reía, también agarró el celular y se tomó varias selfies para atesorar en el momento. Luego de eso siguió quitando la ropa inferior, quedándose completamente desnuda y empezó a pasar su mano por la vagina depilada de Paula, desde el primer toque sintió como un toque eléctrico que recorrió todo su cuerpo, era una sensación completamente nueva. Mil veces más excitante que una erección con su pene. No pudo contenerse y con solo unos segundos tocándose empezó a humedecerse y tener su primer orgasmo femenino. Él solamente sonreía mirando en el espejo a Paula desnuda, sudada, húmeda y completamente bajo su control.
Después de esa experiencia, regresó al cuarto y abrió el closet de Pau, mirando toda la ropa que ahora le pertenecía. Sacó varias faldas y se las empezó a probar una por una, luego las blusas escotadas y ajustadas. Finalmente pasando por los vestidos entallados y los mallones, vistiendo de manera similar a cómo él hacía, pero ahora era distinto, esta vez tenía el cuerpo de una mujer.
No puedo creerlo, tantos y tantos años estuve soñando, deseando, anhelando poder tener esta vista:
Alejandro tomó su nuevo celular y empezó a grabar sus pasarelas como solía hacer antes. Se tomó fotos con todos los outfits de Paula y estaba fascinado. Ingresó al instagram de Paula y subió un par de selfies, las cuales al instante obtuvieron respuesta por parte de algunos chicos de la universidad. Alejandro se acostó en la cama y empezó a platicar con ellos, pudiendo en esta ocasión seguir la plática cómodamente, sin el temor de que descubrieran que era un perfil fake. Esta vez se trataba de alguien real, su fantasía se había convertido en realidad.
Capítulo 6: Paula
Al día siguiente, acudió a la universidad, en donde su puesto había sido suplido por una nueva profesora, lo cual sintió raro, ya que le fue muy fácil responder todas las preguntas, dejando impresionados a varios compañeros por su dominio en la materia. El resto del día fue similar, con Alejandro demostrando su intelecto superior con todos sus años de experiencia con un cuerpo joven de la mitad de su edad.
Al salir de clases fue citado por parte de las autoridades, a lo cual acudió deprisa. Le comentaron que su denuncia le seguiría generando ingresos por unos meses más para su protección. Tenía sentimientos encontrados ya que de cierta manera ese siempre había sido su dinero y ahora estaba siendo transferido a su nueva vida y todo de manera legal sin ninguna sospecha, al final la demanda había resultado beneficiosa. Y también podía sentir la diferencia total en cuanto al trato: mientras él había sido tratado con violencia y rudeza siendo hombre, ahora esos mismos hombres la rodeaban para protegerla y se aseguraban de que se sintiera bien en todo momento.
En los siguientes días, Alejandro siguió adaptandose a la vida de Pau, combinando sus outfits de manera más femenina y sensual de lo que ella habría echo originalmente. Él estaba encantado con lo sucedido, pero aun no podía dejar de pensar en su anterior vida. Caminó hasta el puente, llegando al lugar donde encontró a aquél hombre encapuchado pero no vio a nadie. Se preguntaba seguido si todo había sido un sueño, si acaso siempre había sido Pau y soñó con ser hombre, o quizás seguía siendo hombre y ahora estaba soñando. Luego de eso se dirigió a donde era su antigua casa, la cual ahora estaba abandonada y con sellos de la policia pues había sido hipotecada por las autoridades. Se metió y llegó a su antiguo cuarto, en donde aun había algunos vestidos que él compró. Agarró uno y se lo iba a llevar, pero en eso una silueta se apareció frente a él. Intentó gritar pero su voz no salió, se quedó inmóvil sin poder hacer nada, como si alguien lo estuviera controlando. Entonces la silueta se acercó, era el hombre encapuchado, quien le dijo que debía dejar ese vestido ahí. Ahora tenía la vida que deseaba y debía dejar atrás absolutamente toda su vida anterior para siempre, todo completamente, o de lo contrario sufriría graves consecuencias, incluso peores que la muerte. Él preguntó qué habia ocurrido con su cuerpo, pero el hombre se negó a responder diciendo que no podía hacer ninguna pregunta al respecto, tenía que olvidar todo y vivir su nueva vida. Alejandro no tuvo más opción que aceptar las condiciones y luego de eso recuperó la movilidad de su cuerpo, sintió un alivio y luego al regresar la mirada el hombre misterioso había desaparecido.
Alejandro decidió tomar la palabra y estaba dispuesto a iniciar su nueva vida como Pau, disfrutando cada nuevo segundo de su nuevo cuerpo, su nueva familia, sus amigas y sobretodo la nueva atención masculina que estaba recibiendo. Si bien él no se consideraba gay, ahora las hormonas de Pau estaban haciendo lo suyo. Incluso ahora como parte del trato, decidió dejar de pensar como un antiguo hombre, y comenzó a llamarse a sí mismo como Pau. Alejandro había dejado de existir.
Fin
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