martes, 21 de enero de 2025

¿Quién eres?

¿Han sentido como si alguna persona cercana a ustedes hubiese sido reemplazada o suplantada por alguien más?

Yo sí, y les contaré sobre mi experiencia...

Mi nombre es Miguel, tengo 22 años y vivo con mi madre, Elena, de 45 años. A pesar de su edad, ella es una mujer muy atractiva y todos los días hace ejercicio y va al gimnasio, por lo que conserva una gran figura. Debido a esto mismo, estoy acostumbrado a recibir bromas y comentarios sobre "presentarle a mi madre" con mis amigos y casi cualquier hombre que me conoce.

Mis padres se divorciaron hace ya más de 5 años, después de discutir todo el tiempo ya que mi padre era un hombre celoso y machista, y no podía soportar que mi madre fuera una mujer trabajadora y quien ganara más dinero en la casa. Ella es una mujer emprendedora y es dueña de 3 negocios exitosos mientras que mi padre únicamente era un subordinado en una empresa nacional a las afueras de la ciudad.
Cuando ellos se separaron, me dieron la oportunidad de elegir con quién me quedaría. Tuve muchas dudas para poder decidir pero finalmente elegí quedarme con mi madre ya que si bien es una mujer independiente, quería estar a su lado. Y también admito que lo hice ya que ella tenía más dinero y podía comprarme más videojuegos y lo que yo le pidiera, después de todo soy su único hijo y el consentido.

Mi madre siempre tuvo gustos caros y no escatima al momento de gastar, por lo que desde que nos mudamos ella eligió una casa bastante amplia, con 3 habitaciones: Una para ella, una para mí y otra para visitas, aunque no es muy común que recibamos visitas ya que mi madre casi siempre está trabajando. Es una mujer muy profesional y dedicada a sus empresas, así que tampoco tiene tiempo para salir con hombres o tener citas, al menos hasta donde yo he sabido.
Por el tamaño de la casa y no tener tiempo, mi madre decidió contratar a una persona para que se encargara de mantener limpia la casa y tener todo siempre en orden, por lo que desde hace unos años hemos tenido a Lupita, nuestra empleada doméstica, una mujer mayor de unos 60 años. Ella al contrario de mi madre, es una mujer desgastada, con padecimiento de la presión. Ella viaja casi todos los días desde su hogar que está en un pueblo a 2 horas de la ciudad. Si bien yo nunca he estado muy de acuerdo en hacer que las personas tan mayores tengan que trabajar manteniendo casas ajenas, tengo entendido que recibe un pago decente, además de que tampoco tiene mucho trabajo qué hacer ya que yo procuro ser lo más ordenado y limpio posible para ayudarla.

Mi relación con Lupita es buena, ella siempre me ha visto como el hijo o nieto que ella no pudo tener, es una mujer muy linda y cariñosa, sin embargo no puedo decir lo mismo de la relación que tiene con mi madre. Ellas se guardan respeto entre ambas, Lupita acata cualquier orden que mi madre le ordene, y aunque ella ha demostrado ser una buena persona con los años, no puedo negar que también es mañosa. Mi madre nunca ha terminado de confiar en ella. Más de una vez mi madre me ha contado que atrapó a Lupita mirando sus cajones o incluso jugar con su ropa al momento de doblarla y guardarla, por lo que le ha llamado la atención. El colmo de todo esto fue que también la ha visto varias veces agarrando su celular cuando lo deja descuidado, de esto sí lo puedo asegurar porque más de una vez he escuchado a mi madre reclamarle y decirle que no le gusta que agarren sus cosas. Y esto era verdad, mi madre siempre ha sido extremadamente celosa con sus cosas, tanto su ropa como su celular e incluso sus joyas las mantiene siempre alejadas y detesta que cualquier persona las toque, una vez cuando era más pequeño me metió un chancletazo y un regañón porque una vez agarré una pulsera de ella sin querer.

Se preguntarán por qué estoy diciendo todo esto... bueno quería darles contexto de la forma de ser de mi madre, ya que desde hace un tiempo ella se ha estado comportando distinto.

Todo comenzó hace unos 2 meses.
Un día mi madre llegó a casa al mediodía, algo raro ya que ella suele estar fuera hasta tarde. Salí a recibirla porque pensé que había pasado algo, tenía el rostro alterado y se veía muy nerviosa.
Le pregunté qué ocurría pero solamente miraba alrededor, sus manos estaban algo temblorosas y cuando la sujeté ella solo me miró fijamente y después me abrazó.
"Hijo" me dijo mientras me abrazaba. Le dije que sí, le pregunté qué ocurría pero me dijo que no era nada. Que solamente quería acostarse, así que la acompañé hasta su cuarto, al cual entró como si tuviera miedo de estar dentro. La miré desde la entrada y vi que poco a poco comenzó a caminar un poco más tranquila y luego se acostó en su cama pero solo se puso en un costado, como si tuviera pena de usar su cama por completo. Decidí dejarla sola para que se sintiera mejor.
Se sintió raro pasar ese día aquí, ya que ella se quedó en su cuarto encerrada todo el día, no salió para nada excepto para ir al baño un par de veces. Le toqué a la puerta para preguntar si todo estaba bien, me dijo que sí y que me alejara, pero me quedé afuera de su puerta y después de un momento la escuché hablar: "Oigan, a ver si le caen mañana, nomás dejen que busque cómo mandar ubicación en esta cosa, es que no le sé mover todavía a este teléfono".
¿Qué extraño? Mi mamá usa su celular todo el día y con todos sus pendientes ella es más que capaz para usarlo, ¿por qué no sabría mandar una ubicación? ¿y con quién estaba hablando? Ella no diría palabras como "caíganle", para ella eso suena muy naco. Esas son más las palabras que usaría Lupita.

Eso no es todo, conforme pasaron los días veía más seguido a mi mamá en casa, es más, incluso se pasaba el día entero en la casa. Le pregunté si todo estaba bien, si no tenía que ir a alguna junta o algo pero me ignoraba o simplemente me decía que todo estaba perfecto. También me di cuenta que con el paso del tiempo ella se veía menos distraída y nerviosa, cada vez estaba más tranquila y pasaba más tiempo con su celular. Respecto a eso, me dí cuenta que ella se quedaba por ratos largos mirando su celular, pero no escribía sino que solo miraba sus historiales de conversaciones y hacía caras de sorpresa, como si fuera la primera vez que leyera sus propios mensajes, incluso la veía sonreir de manera traviesa.

Estaba harto del suspenso y no saber qué era lo que estaba pasando, así que un día aproveché que ella se entró a bañar y dejó su celular en la mesa. Lo agarré y me sorprendió que no tuviera clave o requiera FaceID, yo recuerdo que mi madre cuidaba mucho su privacidad y no dejaba que sus cosas tuvieran tan fácil acceso. Como sea, pude usarlo y aunque no me siento muy orgulloso de revisar teléfonos ajenos, comencé a husmear entre sus archivos. Me metí a su Whatsapp y vi conversaciones con personas extrañas, y principalmente un grupo muy activo llamado "Komadres 100pre". Me metí para ver de qué se trataba y casi me voy de espaldas al ver que una de las cosas más recientes era una foto de mi madre en ropa interior.



Me sorprendió encontrar una foto así de mi madre. Ella nunca antes se hubiera tomado esa foto, ella repudiaba a las mujeres que enseñaban tan siquiera un poco de escote o pierna. Y mucho menos pensar que ella enviara una foto así en un grupo de Whatsapp con personas que no tengo idea de quienes son.

Me puse a buscar en el grupo a los demás integrantes y me di cuenta que eran puras señoras mayores, de unos 60 ó 70 años... como de la edad de Lupita. Junto con la foto, mi madre les decía que "encontró" este conjunto y les preguntaba qué tal le quedaba, le respondían cosas como "mui secsy komadre" y "ke atrebida la patrona".
Sus nombres se me hicieron conocidos. Recuerdo que de vez en cuando Lupita me hablaba de su familia y amigas de su pueblo: Raquel, Ernestina, Gladys y Francisca. Lo sé, nombres que con solo escucharlos ya te imaginas a una abuela. Bueno así es justo como Lupita lucía, y hablando de ella... desde ese entonces no la volví a ver.

Le pregunté a mi madre sobre ella, si le había pasado algo o por qué no había regresado. Al inicio me dijo que le había dado vacaciones para que pudiera estar en su pueblo por las fiestas locales, pero después pasó el tiempo y mi madre me dijo que le había dado permiso de quedarse más tiempo para cuidar a un familiar enfermo. Un día le insistí y me dijo que ya no volvería porque ahora ella estaría más tiempo en la casa y no haría falta tener a una persona para la limpieza. Me preocupé por escuchar eso y decidí llamar a los números de las "komadres" que había anotado en mi celular ese día. Al inicio no me quisieron responder nada, pero logré averiguar la dirección de Lupita y un día me aventé hasta su pueblo, solo para enterarme que lamentablemente... ella había fallecido hace un par de semanas. Le di el pésame a la familia y regresé a mi casa. Le di la noticia a mi madre pero pareció no darle mucha importancia, incluso me dijo que ya lo sabía pero no quiso decirmelo para no ponerme triste. Nada de esto tenía sentido para mí y cada vez tenía más preguntas que respuestas respecto a mi madre.

¿Será que acaso esa noticia afectó tanto a mi madre en realidad y por eso se ha estado comportando de esa manera? No entiendo cómo funciona la psicología. ¿Por qué mi madre se estaría llevando tan bien con las mejores amigas de Lupita? Ella siempre las consideró nacas e incluso le tenía prohibido meter a cualquier persona extraña, ahora ya van varias veces que ellas vienen de visita y se quedan el día entero, hasta más de una vez se quedaron a dormir en el cuarto de visitas.

Justamente ayer cuando estaban en el cuarto de mi madre, yo me acerqué a su puerta y me quedé un rato escuchándolas hablar, otra cosa que ha cambiado con mi madre es que ahora habla con un tono de voz más fuerte, casi gritado, cuando normalmente hablaba con un tono más discreto. No entendía mucho de lo que estaban platicando, pero básicamente todas hablaban sobre mi madre refiriéndose a ella como "la patrona", incluso mi propia madre se refería a sí misma de esa manera.
Escuché de su viva voz diciendo "ay comadres, no se imaginan con quien me ando mensajeando, miren" luego de eso solo escuché risas traviesas y a algunas diciéndole "ay comadre qué tremenda" y luego escuché un "ese si viene bien armado, qué bruta tu patrona por no aprovecharlo". 
Me pregunto a quién se habrán referido. Pero después de esto me puse a investigar en foros y sitios de internet y descubrí que existen comunidades en donde hablan de "cambio de cuerpos, posesiones" y suplantaciones...
Después de todo esto realmente creo que mi madre ha sido suplantada por la mismísima Lupita, nuestra antigua empleada doméstica, pero si eso fue así, ¿en dónde está mi madre? ¿acaso Lupita realmente se adueñó, no solo de su cuerpo sino de toda su vida? ¿sus negocios, su dinero, su ropa?

Desde eso, cuando se juntan en su cuarto me ha dado por escuchar sus conversaciones. Ayer la escuché decir "¡Gladys! ¿qué te he dicho de husmear mis cosas?" con el mismo tono de voz de mi madre y luego de un silencio incómodo dijo "Ah te la creíste comadre, agarra los chones que gustes, mañana compro más. Miren que lo mío es suyo también, hay que compartir".


Esto suena oscuro, realmente me preocupa qué habrá ocurrido a mi madre, y tampoco sé cómo confrontar a esa mujer que ahora está en su cuerpo. Y por otro lado, sé que esto sonará mal y me veré como un pervertido pero... la idea de que sea alguien más en su lugar me prende un poco.

¿Ustedes qué harían? ¿Qué debería hacer yo?


________________


Fin

lunes, 6 de enero de 2025

Una nueva araña, capítulo 6



Capítulo 6: Venganza


Después de su visita a prisión, Lucy se balanceó hasta la escuela, en donde alcanzó a tomar la última clase. Ahí Jackie se acercó a ella, comentándole preocupada que otra vez había vuelto a estar ausentándose. Lucy la ignoró e incluso le dio un pequeño empujón para alejarla. Jackie se alejó con los ojos llorosos al notar la frialdad de Gwen, o quien creía que era Gwen. 

Al salir de clases, un chico se acercó a ella, era un tipo alto y fuerte, Lucy se detuvo y lo miró de pies a cabeza, ella no tenía interés en chicos de esa edad, solamente le gustaba sentirse sensual y provocar miradas, sin embargo las hormonas jóvenes de Gwen comenzaron a jugarle en contra, ya que no pudo evitar encontrarlo atractivo y sonrojarse.

- "Hola.. Gwen, ¿verdad?" - El chico dijo con una sonrisa confiada.

- "Sí, Gwen Stacy, mucho gusto. - Lucy dijo aun sonrojada. - "¿Y tú eres?

- "Vlad Benson, bueno Vladimir, pero todos me llaman Vlad. No te había visto antes, o al menos nunca te había notado hasta hace unos días. Eres muy linda".

- "Sí, es que había tenido algunos problemas y faltaba, pero ya estoy bien... y tú también eres lindo" - Lucy comenzó a reprocharse a sí misma en su mente, no sabía porqué estaba actuando así ante un chico de la mitad de su edad, pero no podía evitarlo.

- "Eh gracias, ¿sabes? Deberíamos salir o algo un día de estos. ¿Qué tal el cine el sábado?"

- "Sí, ahí estaré, nos vemos... Vlad". - Lucy se alejó aun con su rostro sonrojado, hacía tantos años que tuvo su última cita con un hombre, o con un chico, ya que solamente había tenido acostones con compañeros de su banda, solamente sexo sin ningún sentimiento.

Luego de eso, decidió seguir a Vlad desde lejos por las calles, para saber si no se trataba de algún miembro de otra banda o alguien peligroso. Se puso el traje y lo persiguió caminando por los tejados sin dejarse ver hasta llegar a su casa, en donde saludó a sus padres y luego se quedó en su cuarto leyendo un libro de literatura. Lucy se quitó toda sospecha e incluso sintió ternura por él. No era más que otro chico más de la escuela.


Después de eso, Lucy caminaba hacia la casa de Gwen, cuando en el camino casi es atropellada por una ambulancia y una patrulla, las cuales esquivó con grandes reflejos. Alcanzó a ver que en la patrulla conducía el padre de Gwen y en la parte trasera iba su sobrina Emilia, por lo que sin pensarlo los siguió hasta llegar a un hospital cercano. La niña estaba muy asustada pero estaba bien, el padre de Gwen la acompañaba para tranquilizarla, y de la ambulancia bajaron a su madre, quien se veía lastimada. Ambas ingresaron al hospital mientras Lucy se quedó pegada en la pared por fuera del edificio escuchando a las enfermeras por la ventana.

Se había tratado de un ataque a su departamento por parte de unos criminales que entraron a robarles, o al menos esa era la versión oficial de la policia, sin embargo Lucy sabía que esto se trataba de una venganza en contra de ella por parte de su propia organización. Miró a su madre por la ventana quien tuvo que ser conectada a un respirador, ya que ella se interpuso para proteger a Emilia, resultando con heridas graves.

Lucy apretó sus puños, sacó el traje y la pulsera de su mochila y saltó con mucha fuerza para columpiarse hasta el edificio en donde su antigua banda se refugiaba.


Al llegar impactó el suelo con tanta fuerza que las ventanas cercanas se rompieron por el choque. Ella estaba furiosa y dispuesta a acabar con todo el que se cruce. 
Destrozó el portón como si fuera de papel e ingresó al edificio, al instante 3 matones corrieron hacia ella, asustados por su presencia. Entre los 3 le acertaron golpes pero se llevaron una sorpresa al notar que ella ni siquiera se había movido ni un solo centímetro.

- "¿Eso es todo lo que tienen? Pobres diablos" - Lucy dijo con una voz seca y seria, y luego de eso soltó un golpe fuerte en el estómago a uno de ellos, quien cayó en el suelo completamente inconsciente. Después soltó una patada que casi rompe en dos al segundo sujeto, y finalmente tomó al tercer sujeto del cuello y lo levantó, preguntando por Victor, el líder de la organización. 
Al ver la violencia con que habían atacado a sus compañeros, el matón no dudo en decirle la ubicación, la cual estaba en un edificio cercano. Creyendo que se había salvado, el matón suspiró, pero Lucy en vez de soltarlo simplemente lo lanzó con fuerza a una pared. La mujer no tenía compasión y estaba furiosa.

El ruido hizo que una decena de individuos lleguen al lugar, algunos armados con cuchillos y otros con pistolas de 9mm. Lucy los observó fijamente y luego comenzó a correr hacia ellos, golpeando y acabando uno por uno con los sujetos. A ella se le hacía fácil esquivar las balas con sus nuevos reflejos y agilidad, pero a diferencia de Gwen quien esquivaba con delicadeza, Lucy era más frontal y ruda, acostumbrada a entrar a los golpes desde muy pequeña, por lo que su traje comenzó a tener algunos rasgones por el roce de las balas y cuchillos. 

Tras acabar con ellos, ella se dirigió hasta el sitio en donde el jefe se encontraba, al llegar lo vio al final de un pasillo, pero él se cubrió en un vidrio a prueba de balas, además de que unos 20 hombres se pusieron en el camino, armados con subfusiles y armamento más pesado.

- "¡Eres un maldito cobarde, ven aquí y pelea como hombre!"

Lucy seguia peleando con sus puños y también comenzó a lanzar algunos rayos desde su pulsera contra la bola de criminales que no paraban de llegar a detenerla, atacándola con todo lo que tenian, Lucy solamente esquivaba lo suficiente para no sufrir mucho daño, dejando que su traje se rasgue cada vez más hasta dejar ver raspones y cortes por todo el cuerpo. Cuando alguien alcanzaba a ponerle una mano encima, su misma pulsera lo repelía con un shock similar al que dejó inconsciente a Gwen días atrás.

En un momento la máscara de Spider-Ghost quedó muy rasgada, lo cual incomodó a Lucy, quitandosela frente a todos, dejándolos asombrados al ver el rostro de Gwen.

- "¿Qué? ¿Nunca han visto a una mujer antes? ¡Bueno ahora será la última que verán!"



Mientras Gwen siempre contenía sus golpes para evitar dañar a los criminales con su superfuerza, Lucy golpeaba con todo su poder, dejando inconscientes de un solo golpe a cualquiera, incluso con evidentes fracturas en mandíbulas, craneos, brazos y daño cerebral, sin contar los que nunca volvieron a levantarse.

- "No voy a perdonar nunca a nadie que se meta conmigo y mi familia" - Lucy decía furiosa, casi entre lágrimas, mientras dejaba a los últimos secuaces en el suelo y se dirigía hacía el jefe con un rostro totalmente consumido por la ira.

Ella llegó y rompió el cristal anti-balas como si nada usando su puño. El jefe tomó un rifle y comenzó a disparar a discreción a Lucy, quien en esa ocasión sí tuvo que esquivar todas las balas de alto calibre para evitar morir ahí. Luego de un momento, el rifle se quedó sin balas, dejando indefenso a Victor.

- "No espera por favor, no tienes qué hacer esto, te lo suplico, prometo que no hare nada, es más,  ni he visto tu rostro si alguien pregunta... por favor" - Victor suplicaba entre lágrimas de miedo. La violencia y brutalidad que la mujer frente a él había tenido con todos sus hombres lo había aterrado, nunca creyó que la superheroína fuera capaz de algo así.

Lucy soltó una carcajada macabra ante las súplicas del hombre. - "¿Mi rostro? No me hagas reir, no me interesa lo que hayas visto o no, puedes ver la mitad de mi cuerpo con estas telas rotas pero no vivirás para contarle a nadie."

- "Creía que Spider-Ghost no mataba" - El jefe dijo temblando del miedo al ver a la mujer frente a él, llena de ira.
- "Ese es el detalle mi estimado... yo no soy Spider-Ghost" - Lucy respondió mientras caminaba hacia él.
Víctor intentaba entender pero fue interrumpido por Lucy quien lanzó una telaraña para llevarlo hasta ella y terminó con su vida de una forma cruel.


Las sirenas de la policía comenzaron a escucharse a lo lejos. Lucy soltó a Victor, quien cayó inerte ante ella. Se le quedó mirando unos segundos, y luego comenzó a llorar del coraje al recordar la imagen de su madre grave en el hospital y mirando la escena con todos los sujetos de los que se había deshecho. Se miró en el reflejo de un cristal roto, pudo ver como su traje se había rasgado casi por completo, su cabello estaba hecho un desastre por el roce con las balas, y por todo su cuerpo tenía heridas y sangre que no precisamente era de ella.

Sin más tiempo, ella salió por el tejado, abandonando la escena antes de que la policía llegara. Regresó al hospital y se infiltró en la habitación donde su madre estaba conectada. A pesar de estar en un cuerpo ajeno, ella se acercó y tomó la mano de su madre, arrodillándose y llorando. Pudo sentir como la mano se movió e intentó abrir los ojos, pero estaba demasiado débil.

- "¿Hija? ¿Eres tú?" - Su madre dijo con una voz muy débil y temblorosa.

Lucy no respondió y solo la miró con lágrimas en los ojos, su emoción era muy grande pero no podía pronunciar ninguna palabra.

- "Sé que eres tú, puedo sentirte aunque tus manos se sienten distintas" - La madre continuó - "Hija, mi Lucy, por favor debes alejarte de esta vida, nunca tiene nada bueno. Y en especial, tienes que proteger a Emilia... por favor".

Las máquinas comenzaron a sonar, el pulso de la señora comenzó a elevarse, Lucy escuchó los pasos de los médicos que venían a toda prisa y salió por la ventana lo más rápido que pudo. Los médicos la estabilizaron pero aun permanecía muy grave, volvió a entrar en coma, por lo que Lucy se alejó al no poder hacer más. Llegó al cuarto de Gwen, en donde lloró hasta quedarse dormida en la cama.


viernes, 3 de enero de 2025

Una nueva araña, capítulo 5



Capítulo 5: Una visita inesperada


- "Aghh, ¿pero qué pasó? ¿En dónde estoy?"

- "¡Doctor! ¡Doctor! Venga rápido, la paciente se despertó" - Una enfermera salía corriendo de la habitación.

En la cama yacía una mujer malherida, con el cuerpo lleno de moretones, un brazo con yeso y una parte de su cabeza vendada. Se trataba del cuerpo de Lucy, aunque no era exactamente ella.
El doctor llegó deprisa, sorprendido por ver a la mujer recuperar la consciencia.

- "¿Doc..doctor? ¿En dónde estoy? Veo todo borroso". La mujer decía asustada y temblorosa.

- "Tranquilícese señora, es normal que la vista tarde en reajustarse después de un trauma tan grande en su cabeza, en especial después de haber estado en coma".

- "¡¿En coma?! ¡Eso es imposible! - La mujer intentó levantarse, pero el dolor fue tan fuerte que no pudo moverse casi nada. Y el brazo lo tenía tan entumido que casi no lo podía sentir. - "¡Mi brazo! ¡Oh ¿qué me pasó?!

- "Su brazo está completamente fracturado, en 4 partes, de puro milagro no se despegó de su cuerpo, debió ser un golpe muy fuerte, de alguna maquinaria o algo" - El doctor dijo de manera seria. - "Le sugiero que se mantenga en reposo para no empeorar su condición".

La mujer tenía lágrimas en sus ojos por el dolor y el shock de lo que estaba escuchando, miró hacia bajo y notó un cuerpo mayor, con una complexión amplia y piernas anchas. Pidió un espejo el cual la enfermera le facilitó, ahí por fin pudo ver su rostro, el rostro golpeado de la mujer que intentó ayudar antes de quedar inconsciente. La enfermera y el doctor se retiraron, dejando a la mujer sola.

- "No, esto no puede ser, ¿por qué veo a la mujer? ¿Por qué estoy en este cuerpo? No entiendo nada. No soy ella, soy Gwen, soy Spider-Ghost." - Gwen decía a sí misma, pero desde el cuerpo de Lucy se sentía como una total desconocida. - "Mi brazo... nunca antes había sentido este dolor, en ninguna parte del cuerpo, jamás antes me había fracturado algo, ni siquiera sé si eso era posible. Me siento tan debil y frágil" - Gwen se seguía lamentando con su dolor. Pero ahora no podía hacer nada, el dolor le impedía moverse por completo y no podía decirle a nadie ya que nadie le creería y también implicaría revelar su identidad secreta.

Gwen decidió mantenerse en reposo, para poder recuperarse lo suficiente para encontrar un modo de huir. Por la apariencia de la sala pudo intuir que se trataba de un lugar policial así que seguramente la mujer se trataba de una delincuente que iba a ser procesada, así que no tuvo más opción que colaborar.



Luego de un día y medio, el doctor decidió darle de alta para que pudiera ser llevada a su celda, en donde recibió una sentencia de 20 años por su historial de crímenes. Ella permanecía siempre en silencio, para evitar cualquier sospecha. Sin embargo por más que intentaba no podía concentrarse ni pensar claramente en algún plan, era como si su intelecto hubiera disminuido o si no pudiera usar su cabeza. Lucy había recibido tantos golpes y consumido sustancias tóxicas en su vida que había comenzado a dañar su cerebro, por lo que constantemente actuaba más por instinto que por realmente planificar las cosas. Esto hacía que Gwen se frustrara cada vez más, no sabía lo que pasaría con ella.

Al caminar por los pasillos del reclusorio, se cruzó con las mujeres que ella había detenido la noche en que el cambio ocurrió, las mujeres que eran parte de la banda criminal de Lucy de quienes podía recordar sus rostros. Una de ellas fijó su mirada en Gwen y al toparse la mujer le soltó un fuerte golpe en el estómago al cual Gwen no pudo reaccionar. No se lo esperaba y no estaba acostumbrada a esquivar sin sus reflejos y sentido arácnido, por lo que se quedó en el suelo sin aire. 

- "Esto es por traicionarnos, maldita. Primer aviso, la siguiente te tendrán que sacar en un ataúd." - La mujer le dijo mientras ponía su pie en la cabeza de Gwen, quien no pudo hacer más que quedarse en el suelo llorando de impotencia. Solo podía recordar cómo unas noches antes ella la detuvo sin sudar una gota, pero ahora la situación se había invertido.

No tenía idea de nada de lo que pasaba, solo sabía que estaba en peligro y necesitaba huir lo más pronto posible. Y justo cuando pensaba que la situación no podría empeorar, una de las guardias la mandó a llamar. Le dijo que tenía visita, lo cual la sorprendió. Quizás se tratase de algún familiar de Lucy y la podría ayudar de algún modo. Sin embargo al llegar a la habitación de visita se llevó un gran shock cuando vio entrar su propio cuerpo frente a ella, con un semblante distinto al propio: amenazador, engreído. Y una sonrisa malévola que retorcía su dulce rostro.

- "¡¿Y tú quien eres?! - Gwen preguntó con una voz enojada pero débil. - "Exijo que me digas qué nos hiciste".

- "¿Yo? Yo soy Gwen Stacy, mucho gusto... señora" - Lucy respondió de forma burlona mientras caminaba hacia Gwen, menando las caderas.

- "No te muevas así, me veo ridícula" - Gwen dijo indignada ante la imagen, pero luego se recompuso para no distraerse - "Dime qué hiciste, devuélveme mi cuerpo maldita".

- "¿Tu cuerpo? ¿De qué habla señora? Yo solo vine a dar una vuelta por aquí... oh y resulta que me topé con usted".

- "Ya dejémonos de juegos, dime qué quieres. ¿Quién eres?".

- "Ugh pero qué amargada y fea te ves, ¿realmente me veía así? Bueno niña, sin rodeos, ahora yo soy Gwen Stacy, este cuerpo y esta vida ya no te pertenecen, son mías, ¿entendido?" - Lucy decía mientras pasaba sus manos por su abdomen y rostro, lo cual hizo que Gwen quisiera golpearla pero fue inutil, había un vidrio que separaba a ambas mujeres y ella no tenía la fuerza para romperlo. Ni siquiera para plantarse correctamente. 

Gwen comenzó a soltar algunas lágrimas nuevamente. - "No te lo voy a permitir, no puedes quedarte con mi vida, arruinarás todo, hay una gran responsabilidad detrás de todo".

- "Oh, ¿hablas de esto?"

Lucy sacó de su bolso el traje de Spider-Ghost, colocándoselo a una gran velocidad. Lo cual dejó impactada a Gwen al ver que la mujer no solo tenía su cuerpo sino que también se había adaptado a sus habilidades sobrehumanas.



- "Oh sí, se siente tan bien poder moverse con tanta libertad, ¿no crees, mi estimada?" - La mujer dijo mientras se estiraba y meneaba su cuerpo ante Gwen, quien solo podía limitarse a mirar y soltar lágrimas de impotencia. - "Apuesto a que desearías ser yo ahora mismo. Bueno eso es lo que yo he sentido desde el primer momento que te vi por las noticias, y ahora tú sentirás esa envidia e impotencia el resto de tu vida, lo cual no será mucho en este lugar." 

- "No, por favor no, ¡no lo hagas! Ese traje representa mucho, tienes que regresarnos a la normalidad, prometo ayudarte en lo que necesites."

- "Lo siento, es muy tarde, ya debo irme, pero tranquila no pienso destruir tu vida, después todo ahora es mía para siempre. Y en cuanto a ti, este lugar es conocido por ser el último sitio a donde van los criminales de TU tipo, la seguridad es muy baja, hasta pude meter este traje y cambiarme sin que nadie se diera cuenta. Así que adiós, Lucy".

Lucy aprovechó los últimos segundos antes de que el guardia regresara para quitarse el traje y regresar a su ropa normal.
- "Muy bien señorita Stacy, acompáñeme, su tiempo se acabó".
- "Con gusto, señor, es que este sitio me da tanto miedo" - Lucy fingía temor para seguir en su papel mientras veía de reojo su antiguo cuerpo con Gwen dentro.

Gwen estaba demasiado alterada, su vida se había convertido en una pesadilla de un momento a otro de la cual no tenía escapatoria. Necesitaba recuperar su cuerpo y su vida, y para eso debía escapar de ese sitio. En especial después de regresar a su celda y encontrar una nota en su cama, la cual decía que disfrutara sus últimos días.



jueves, 2 de enero de 2025

Cuidado con lo que descargas




Comenten qué les parece la historia.

PD: No tengo planeado continuar la historia a pesar de ser una buena base, así que si algún otro escritor desea adaptarla a su manera es libre de hacerlo.

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