viernes, 25 de febrero de 2022

El asalto de cuerpo, Final



Eran las 11 de la mañana, un día soleado perfecto para salir a dar un paseo, sin embargo Gerardo no tenía ninguna intención de salir hoy. Por el contrario, se encontraba encerrado, el pervertido que ahora habitaba el hermoso y robado cuerpo de Sofía estaba sentado en una silla de su sala, ansioso por que por la puerta de su entrada llegara su amada Claudia.

- "Dale nena, apúrate que muero por verte". Decía ansioso mientras se mordía las uñas.

Alrededor de las 11:20am, un par de golpes desde el pasillo de afuera hicieron sonar la puerta. Gerardo no tardó ni un segundo en levantarse y llegar a la puerta. Puso su mano sobre la perilla pero se detuvo justo antes de girarla para abrir la puerta. Miró por el visor para ver quién estaba afuera, si bien esperaba a Claudia, comenzó a dudar de que realmente estuviera sola.

- "¿Quién es?" Preguntó con un tono serio pero dubitativo.

- "Soy yo, soy Clau. ¿Puedes abrirme? Hay frío." Respondieron desde fuera.

- "¿Estás sola?"

- "Sí, estoy sola".

La perilla giró abriendo la puerta. Los ojos de Gerardo se abrieron e iluminaron al ver a su amada en frente de él. Le hizo un gesto con los brazos para que pasara y cerró la puerta. La abrazó por detras en su cintura pero Claudia se movió intentando soltarse. Se hizo a un lado y solo la miraba de brazos cruzados

- "¿Qué pasa mi amor?" Preguntó Gerardo.

- "No creas que será tan fácil que te perdone". Contestó Claudia en un tono serio. "Lo que hiciste fue horrible".

- "Yo... yo pensé que me amabas".

- "¿Y eso qué tiene que ver?" Preguntó Claudia.

- "El amor lo perdona todo". Dijo Gerardo con una sonrisa cínica. 

Claudia solo lo miró seriamente. - "No todo, hay cosas muy difíciles de perdonar. He perdonado indifelidades y otras cosas antes, pero nunca algo así."

- "¿Qué? ¿Por qué? Si realmente me amas como yo a ti debes perdonarme e iniciar de nuevo... cásate conmigo" Gerardo le pidió poniéndose de rodillas.

- "¡¿Qué?!" Claudia grito sorprendida - "¿Es en serio?"

- "Muy en serio, no puedo sacarte de mi cabeza y quiero hacer mi vida contigo. Mira, no tengo anillo pero dame chance y te consigo el más brillante que vea, el dinero no será un problema".

- "¿En serio quieres casarte conmigo? Y lo de hacer tu vida... no lo sé. Mis ojos te ven como Sofi pero mi mente te ve como Gerardo el depravado".

- "Soy quien tú quieras que sea. Soy tu amorcito asi como tú eres el mío. Escapate conmigo."

Las palabras de Gerardo endulzaban los oidos de Claudia quien había bajado ya sus brazos, sin embargo su mirada no era de amor sino de extrañeza. No sabía lo que estaba sintiendo, o quizás si. Sus ojos no se ponian de acuerdo con el resto de su cuerpo. Ella caminó hacia una de las ventanas y abrió la cortina para ver a la calle y distraerse. Luego de eso, Gerardo le pidió que voltee a verla, al hacerlo, Gerardo tenía el cuerpo de Sofía en una hermosa lencería y en una posición sugestiva. 



Claudia se mordió los labios al ver la imagen. Comenzó a caminar hacia Gerardo, quien sonreía de satisfacción. Ambas mujeres se fundieron en un abrazo y Gerardo comenzó a besarla apasionadamente, Claudia le correspondió aunque luego de casi un minuto de besos ella interrumpió. 

- "¿No te arrepientes de nada?" Preguntó.

- "De nada, nena, solo de no haber encontrado el medallón antes para estar contigo". Gerardo contestaba jadeando por la excitación.

Gerardo entonces comenzó a pasar sus dedos por encima de la entrepierna de Claudia, ella no pudo evitar soltar un gemido mientras cerraba sus ojos. 

- "No... no, eso no". Decía jadeando.

- "¿Qué pasa bebé? Es lo que te gusta, yo lo sé"

- "Si, es demasiado rico... para ya por favor  no puedo controlarme".

Gerardo no se detuvo y en su lugar aumentó la intensidad, haciendo que Claudia empiece a gemir sin control y quitándose su blusa. Gerardo entonces aprovechó para poner su cara en las tetas de Claudia.

- "Te dije que pares, no puedo más... yo... yo..." Los ojos de Claudia se pusieron en blanco.

Gerardo se estaba dejando llevar, pensando que los ojos de Claudia eran de placer, sin embargo ella la sujetó de la cara y la puso de frente a ella, como si fuera a besarla. Gerardo cerró los ojos y abrió su boca para recibir el beso, sin embargo los ojos de Claudia se abrieron y comenzaron a brillar. Gerardo abrió sus ojos extrañado por la luz repentina y se quedó en shock sin poder reaccionar. De pronto de la boca de Claudia salió un destello que fue directo a la boca abierta de Gerardo.

El destello se hizo cada vez más fuerte mientras pasaban los segundos. Los ojos de Gerardo comenzaron a brillar de la misma manera que Claudia. Ambas voces femeninas se escucharon como si estuvieran gritando desde un abismo con mucho eco, y luego de unos segundos el destello cesó y los ojos de ambas se cerraron.

El cuerpo de Sofía comenzó a moverse como si estuviera convulsionado, de pronto abrió sus ojos y soltó un grito mientras se sentaba en el suelo. Comenzó a mirarse, alzó los brazos para ver sus propias manos por ambos lados temblando. Luego se sentó sobre sus rodillas y empezó a palpar su cara y luego el resto de su cuerpo.

- "Yo.. yo... volví". El cuerpo de Sofía decía mientras se seguía tocando la cara.

El cuerpo de Claudia permanecía inmóvil a un costado y no mostraba señales de vida. Sofía se dio cuenta y corrió hacia ella, intentando despertarla.

- "¡Clau! ¡Clau! Despierta amiga, por favor." Sofía le suplicaba sosteniendo su cabeza.

Sofía se comenzaba a desesperar y agarró su teléfono para marcar a Luis. 

- "Ven, ¡rápido! Lo logré, estoy dentro pero Clau no reacciona."

En eso tocaron la puerta, Sofía abrió y se trataba de Luis quien traía un carrito grande con una caja. Una vez dentro desvelaron la caja en donde se reveló el cuerpo de Gerardo en estado de coma. Luis corrió hacia Clau y le hizo respiración boca a boca pero aun continuaba sin despertar.

- "Está respirando pero no reacciona, está en el mismo estado que él". Dijo señalando el cuerpo de Gerardo. Sofía se quedó de frente al cuerpo de Gerardo mirándolo seriamente. - "¿Estás lista?" Preguntó Luis.

- "No. La verdad es que quisiera destrozarlo ahora que esta indefenso, me gustaría desaparecerlo por todo lo que me hizo... pero debe pagar por lo que hizo". Sofía contestó. 

Sofía cerró sus ojos, concentrándose, su respiración bajó mucho y abrió los brazos. Entonces sus ojos se abrieron con el mismo brillo que tenían los ojos de Claudia hace rato. Entonces el rayo de luz salió de su boca a la boca de Gerardo. El cuarto se iluminó por varios segundos mientras Sofía soltaba un grito desgarrador.

Después de eso, todo se apagó nuevamente, y Sofía cayó al suelo sin fuerzas. Luis la ayudó a sentarse mientras veían como el cuerpo de Gerardo abría los ojos y comenzaba a mirar alrededor.

- "¡¿Qué chingados?! ¿Qué pasó?" Comenzó a gritar asustado. - "¡Niña! ¿Por qué me estoy viendo? ¿Por qué me escucho como... yo? Noo imposible, esto no es posible".

- "¿Sofi estás bien?" Preguntó Luis al cuerpo de Sofía.

- "Mejor que nunca, estoy de vuelta en mí. ¡Soy yo de nuevo!" Gritaba emocionada. 

- "¿Cómo hiciste esto? ¡Regresame mi cuerpo niña idiota!" Gerardo gritaba. Intentaba moverse pero tenía las manos atadas.

- "¿Tu cuerpo? Esta soy yo, maldito pervertido. Te dije que recuperaría todo y ahora vas a pagar por lo que hiciste." Sofía  contestó enojada.

- "No, no, no. Es imposible, no puedo ser pobre y viejo de nuevo... ¿Clau? ¿Qué le hicieron a mi Clau? Ella me ama, ¿escuchaste? Me ama y te iba a traicionar jajaja eres una nena estupida".

- "Ella nos ayudó, imbecil, ¿de verdad pensaste que te amaba? Ella sabía tus puntos débiles y caíste como planeamos."

- "¿De qué hablas?"

Sofía y Luis le explicaron a Gerardo sobre su plan. Sabían que Gerardo estaría alerta y no dejaría que Sofi o Luis se acercarán, asi que utilizaron a Claudia para abrir paso. 

- "Ella se ofreció para ser poseída por mí, era la única manera de tenerte tan cerca. Una vez que gané tu confianza pude expulsar mi alma a mi cuerpo y luego expulsar la tuya hacia el tuyo. No fue nada fácil... y Clau... no sé si su cuerpo pudo aguantar tanto."

- "Mataste a mi Clau, ¡Maldita!" Gerardo empezó a gritar.

- "Cállate idiota". Luis interrumpió. - "Ella está viva pero muy débil".

En eso, el cuerpo de Claudia empezó a moverse, Luis corrió a ayudarla a levantarse.

- "Clau mi amor, ¿estás bien?" Gerardo preguntaba.

Clau se sentó en un sillón y se agarraba la cabeza. - "Todo me da vueltas... Sofi, ¿eres tú?"

- "Sí amiga, el plan funcionó, soy yo nuevamente". Sofía decía alegremente.

- "Noo, yo soy tu Sofi miamor, aquí estoy chiquita". Gerardo decía con frustración. 


Momentos después, la policía tocó a la puerta, Luis les abrió y ellos entraron para llevarse a Gerardo.

- "Esperen, ¿a dónde me llevan? ¿Qué hacen idiotas?" Gritaba.

- "Tranquilas señoritas, nos encargaremos de que este sujeto no les vuelva a hacer daño." El policía dijo a Sofía y Claudia. - "Gracias por someterlo y controlar la situación mientras llegábamos joven". Le dijo a Luis.

- "No entienden, yo soy la víctima, esa niña me robó mi cuerpo y todo lo que me pertenece, yo no hice nada". Gerardo lloraba.

- "Aparte de abusador, loquito, vaya caso. A ver si en la carcel alguien te cree". Dijo el compañero del policía. 

- "Noo, nooo, déjenme. ¡Clau te amoo!" Gerardo dijo antes de salir del edificio.

Esa noche, Sofía y Claudia dieron su testimonio ante la policía de cómo Gerardo había abusado de ellas, para meterlo a la carcel por muchos años y que pagara todo lo que les hizo. 

Luis las invitó a cenar para celebrar, pero ambas mujeres se sentían agotadas por todo el esfuerzo así que prefirieron irse a dormir. 

- "Tengo el resto de MI vida para celebrar quien soy. Tranqui Luis". Una feliz y sonriente Sofía le contestó antes de ir a su departamento.



Fin.


...


Epílogo:

Y ahí me encontraba, sentada en el suelo de "mi depa", de nuevo en "mi cuerpo". Un cuerpo con el que nací, crecí y viví casi toda mi vida, pero aun asi... no me siento yo misma del todo.

No puedo ignorar las cosas que viví y aprendí en todo este tiempo. Hoy por la mañana salí a caminar por la calle, y no pude evitar fijarme en las nalgas que tenían las otras niñas, igual sentía el impulso de decirles lo buenas que se veían. Esa persona no soy yo, ¿o sí? Al mismo tiempo también me abobaba con los chavos que hacían ejercicio y estaban bien buenos. Dios, no sé ni quien soy ahora.

Mi cabeza me comenzaba a doler y me sentía sumamente mareada, asi que tuve que regresar a casa lo más rápido que pude. 

Mi piel está cubierta con algunos tatuajes que nunca creí tener, esta ropa que no deja nada a la imaginación, y ni hablar de que todo gira alrededor del dinero. ¿Realmente estoy de vuelta? ¿Aun sigo siendo Sofía? O quizás deba continuar siendo "Zoffi". Ahora con esta fama me es imposible encontrar un trabajo en donde no me juzguen, quizás deba despedirme de mis sueños de niña, este es mi presente ahora. 



De repente mis pensamientos se callaron cuando escuché que tocaban la puerta. Me imaginé lo peor, pensaba que sería algún loco pidiendome fotos desnuda o que se la chupe, o peor.
Al abrir la puerta me llevé tremenda sorpresa, era Luis con una ligera sonrisa y una mirada que me dio mucha calma al instante.

- "¿Estás bien Sofi?" Me preguntó. 
Mi reacción al instante fue abrazarlo muy fuerte y comencé a llorar.
- "Tranquila, tranquila" me decía para calmarme mientras ponia su mano en mi cabeza para consolarme. "Todo va a estar bien, estás a salvo ahora".
- "Yo, yo no estoy bien" le dije entre lágrimas y suspirando. "Nada esta bien".
Luis entonces puso su mano en mis hombros mirándome a los ojos.
- "Oye, escuchame bien, todo esta bien, ya eres tú de nuevo, estás de vuelta". Me dijo sonriendo.
- "No, yo... yo ni siquiera sé quien soy ahora".
- "Bueno, eso lo tendremos que averiguar entonces".
- "¿Juntos?".
- "Juntos".





miércoles, 23 de febrero de 2022

El asalto de cuerpo, capitulo 12





Bueno, bueno, bueno. Mira que ricas tetas se me marcan con este top. Uff creo que estas fotos Irán directo a mi página. Al parecer si subo fotos tentadoras pero sin enseñar todo, también logro una gran ganancia, y asi puedo cobrar extra a quien quiera ver hasta mi último rincón del cuerpo. ¿Cómo no se me ocurrió antes?



Luego de una sesión de fotos muy privada, al menos por ahora, decidí seguir buscando chicas hermosas en tinder para pasar el rato. Estuve charlando un buen rato con 2 niñas en particular que se veian buenisimas en sus fotos. Una de ellas, Raquel, insistía mucho en vernos en persona para conocernos mejor. La verdad es que no tenía porque negarme ya que estaba aburrido y tenia ganas de acción lésbica. Desde que Clau se fue, he tenido que hacer todo yo sola. Estos dedos ya tienen ganas de una vagina diferente a la mía. 

La plática con Raquel fluyó bastante bien y ambas acordamos vernos en un parque a espaldas de mi edificio, así no me alejaria tanto y no correría gran peligro de toparme a la niña, quiero decir, al pervertido ese. La cita quedó y al día siguiente llegué al parque para mi encuentro. Me llevé una grata sorpresa al ver a esa mujer tan hermosa en frente de mí, ella llevaba un vestido corto, ideal para meter mis manos ahí. Y tenía una coleta de caballo perfecta para jalar.

- "Y dime, ¿qué es lo que más te gusta hacer?" Le pregunté. 

- "Pues no mucho en realidad, paso mucho tiempo en internet. Digamos que yo ya te conozco bastante bien". Me respondió junto con una mirada coqueta.

- "Ay qué mal, y yo a ti no te conozco tanto. Pero podemos cambiar eso, ¿sabes?". Le dije mientras pasaba mi brazo por detras de su espalda. 

- "Qué atrevida" me dijo mientras se reía y volteaba su cabeza.

- "¿Qué? ¿No te gustaría?" Le dije acercandome a su rostro para tenerla más cerca. Ella en un inicio intentó resistirse pero no tardó en voltear hacia mí, culminando en un beso.

Luego de eso, no fue difícil terminar de convencerla para subir al edificio y conocernos muy a profundidad. Extrañaba mucho el sexo y Raquel tenía un cuerpo espectacular que me dejaba los pezones erectos de solo verla desnuda. Las dos estuvimos casi dos horas sin parar hasta que ya no pudimos seguir más y caímos rendidas.

Del cansancio me quedé dormida y al despertar Raquel ya no estaba, salí a la cocina, a la sala y nada. Le escribí por tinder pero me dejó en visto. Al parecer esa mujer solo queria sexo y desaparecer. Wow entonces así se siente que te utilicen. De todos modos no tenía ilusiones con ella, solo fue un buen acostón, o al menls eso me queria hacer creer yo misma. 


Pero debo admitir que Raquel me abrió las puertas a vivir mi vida sin tener que deoender de una pareja. Desde eso, comencé a tener encuentros con otras chicas que conocí, a veces era en mi depa y otras en el depa de ellas. Durante esos días exploré mi sexualidad como nunca antes. Conocí nuevas sensaciones al estar con mujeres distintas.

Un día, Raquel me contactó de nuevo. Nos vimos un par de veces más en donde me dijo que estaba enamorada de mí desde que me conoció a través de mis fotos, y cumplió una fantasía cuando tuvimos sexo desenfrenado, pero desafortunadamente no podía tener una relación conmigo ya que ella no era abiertamente lesbiana. Si tan solo supiera que por dentro hay un hombre bien puesto.

Esto no me dio mayor problema, y ambas acordamos en tener una relación "secreta" la cual consistía en vernos únicamente para coger y no hablarnos hasta el próximo encuentro. Estuvimos así durante varias semanas y aunque yo era libre de ir y coger con quien yo quiera, sentía cierto vínculo con Raquel, siendole fiel y siendo la única mujer con la que tuve sexo.

El sexo era muy delicioso, incluso cada vez era mejor, Raquel tenia un cuerpo que me volvía loca. Era tan sexy como yo, me sorprende que no haya tenido la idea de crearse su propia página o algo similar.

Sin embargo a pesar de lo exquisita de esta relación, por las noches seguía durmiendo sola. Y a pesar del buen sexo, extrañaba sentir cariños antes de dormir, extrañaba que me acaricien el cabello, que me den besos de buenos días.  Carajo, a pesar de todo el sexo, extrañaba a Claudia. 


Una mañana al despertar, desbloquee mi teléfono y tenía una llamada perdida de Gil, ese bastardo que quiso abusar de mí. No habíamos hablado desde ese incidente y no tenía intenciones de seguir haciendo tratos con él. Decidí ignorarlo pero a lo largo de toda la mañana el teléfono siguió sonando con llamadas de él, era tan insistente que acabe contestando. El idiota se disculpó por lo que hizo, diciendo que estaba borracho y no recordaba casi nada. El típico pretexto que yo usaría, así que obvio no le creí y estaba a punto de colgarle cuando me mencionó que aun tenía una sesión de fotos antes de terminar el contrato con su empresa y en caso de rechazarla me pondrían una multa bastante alta y consuderable que odiaria tener que pagar. Lo más que pude hacer fue aplazarla hasta dentro de un par de semanas, suficiente para prepararme mentalmente y aguantatme las ganas de clavarle la navaja en su cuello.

Me disponía a preparar un sandwich pero me di cuenta que mi alacena estaba vacía ya que no había querido salir desde hace días a excepción de mis citas con otras mujeres. Aun sentía el riesgo de salir en público pero tenía que hacerlo asi que me puse una capucha y salí al super mercado a hacer mis compras. 

En el lugar estaba todo tranquilo y casi sin gente, en especial me alegraba por no tener que lidiar con pervertidos pidiendo autógrafos, no los soporto aunque gracias a ellos y su dinero es que estoy donde estoy. Terminé de hacer mis compras y estaba saliendo del lugar con el carrito lleno cuando una piedra en el piso se atravesó haciendo que una buena parte de mi compra se vaya al suelo.

"¡No puede ser posible, chingada madre!" Grité de la rabia ya que había hecho un escándalo en el lugar y ahora todos me estaban viendo. De pronto, un chico y una chica se acercaron a ayudarme a levantar todo.

- "¡Hola! Déjanos ayudarte." Me dijo la chica mientras recogía unas bolsas mías.

- "Gracias, gracias. Ya se pueden ir". Les dije para que se alejen.

- "Oye, ¿estás bien? Tranquila". Me preguntó el chico. 

- "Sí, sí, no se preocupen."

- "Te podemos acompañar si gustas, te ves algo alterada". Insistió la mujer. Los dos se veían preocupados por mí, creo que yo estaba muy estresado y se reflejaba en mi cara.

- "Les dije que no se preocupen, estoy bien yo puedo sola". Respondí mientras me alejaba de ellos.

Me comencé a alejar pero sentía cómo me miraban fijamente, como si quiseran seguirme pero no se atrevían a hacerlo. Pedí un Uber para ir a mi casa pero no podia, por estupida había olvidado cargar mi cel y ahora estaba incomunicada, sola y con bolsas qué cargar. Un sujeto se acercó a mí para pedirme una foto, justo lo que quería evitar, y para mi mala suerte se estaba aprovechando de la foto para manosear mi trasero. Intenté empujarlo y decirle que ya se fuera pero era muy insistente, hasta que la pareja de antes intercedió y actuaron como si fueramos amigos, lo cual ahuyentó al pervertido.

- "Gracias, no tenían qué hacerlo... pero gracias".

- "No es nada, sabemos lo molestos que son esos pervertidos, a Gloria le ha pasado y me he agarrado a golpes con algunos". Me dijo el muchacho. 

- "Sí, vimos que ese chavo te miraba desde hace rato y esperaba que estes a solas. Pero ya no debes tener problema Zoffi, ¿podemos decirte asi?" Comentó Gloria.

- "Eh... ¿me reconocieron tambien? Vaya qué pena, si gustan podemos tomarnos una foto o algo".

- "Descuida, sí te conocemos y nos gusta ver tus fotos y videos juntos. Digamos que avivas nuestta relación". Gloria dijo entre risas.

- "De nada, en ese caso". Les dije sonriendo de forma presumida. "Bueno, ahora que estamos en confianza, ¿podrian prestarme un telefono para pedir un taxi o algo?".

- "Si gustas te llevamos". Dijo el chavo.

- "No, no se preocupen, solo necesito el taxi". Respondí en seguida. No quería que alguien más supiera en dónde vivo.

Insistieron un par de veces pero me mantuve firme, por lo que cedieron a pedirme un taxi con el cual pude llegar a casa sana y salva. Después de llegar se me ocurrió que podia haberlls invitado a casa después de todo, igual y podría hacer tríos, seguro subiría mis visitas y mi dinero. Pero en fin, la oportunidad se acabó. 

Aproveche para cargar mi celular ya que había estado sin comunicarme con nadienen horas. Luego de un rato lo encendí, vi una llamada perdida, era Claudia, mi Claudia. ¿Por qué me habrá intentado hablar? Mi intuición me decía que debía ignorarla pero mis sentimientos por ella me exigían saber de ella. Quizás le pasó algo malo, quizás se arrepiente de dejarme.

Esperé a que tuviera suficiente carga y llamé a Clau para saber de ella, mis manos temblaban mientras agarraba el teléfono y mi corazón palpitaba a mil por hora. Al inicio no le contestó pero yo insistí y le hablé una segunda vez. Pensé que no lograría pero contestó al quinto timbre, justo antes de cortar la llamada. 

- "¿Clau?" Pregunté con voz nerviosa.

- "Sí, ¿estás bien?" Me preguntó con voz baja.

- "Sí, estoy bien, ¿y tú? No te escucho casi". Le dije preocupado.

- "Casi no puedo hablar, no saben que te estoy llamando".

- "¿Qué? ¿Quiénes?" Pregunté intrigado. 

- "Ya sabes quiénes. Sofía y Luis. Desde hace días me alejé de ellos pero insisten en verme y que les ayude a recuperar el cuerpo de Sofía. Les he dicho que sí para que me dejen pero trato de estorbarles". Me dijo con voz tímida y baja, incluso haciendo pausas entre algunas palabras.

- "¡Esa maldita niña! Me tiene harto, digo, harta. ¿Y por qué me cuentas esto?"

- "Porque te extraño maldita, no puedes esperar que olvide meses tan lindos en solo días. Sé que no eres ella y que esta mal lo que hiciste, pero sigo enamorada de ti".

- "¿De... de verdad?" Pregunté mientras mis manos temblaban aun más. Esa mujer me tenia vuelto loco y ni con los revolcones de los últimos dias la he podido sacar de mi cabeza, era obvio que ella estaba igual. "¿Y qué podemos hacer? ¿Puedes escaparte y vernos?"

- "Si, eso quiero pero no es sencillo. Debo fingir que los estoy ayudando. Inventare algo y nos vemos mañana en tu depa, ¿va?"

- "Eso es peligroso amor, mejor veamonos en un lugar que no sea sospechoso".

- "Tranquila, los mantendré ocupados con alguna pista falsa en otra parte de la ciudad".

- "Está bien, te espero aquí, princesa mía."


Colgué el teléfono y me sentía nerviosa que todo mi cuerpo temblaba. Claudia aun me ama y esta dispuesta a todo para seguir juntos, yo lo sé. De cualquier manera no hay modo en que yo pueda perder este cuerpecito. Clau y yo vamos a ser muy felices a partir de mañana, le voy a pedir que nos casemos y vayamos a otra ciudad a vivir, incluso a otro país. 

Y esa niña estupida se quedará para siempre con mi miserable vida anterior jajaja.



miércoles, 2 de febrero de 2022

El asalto de cuerpo, capítulo 11



- "Busquen bien, debe haber algo aquí, estoy segura". Sofia le pedía a Luis y Clau, quienes la habían acompañado al callejón en donde Gerardo intercambió sus cuerpos. El trío había regresado ahí la mañana siguiente de que los echaran del edificio, escoltados por guardias.

- "Aquí no hay nada Sofi, solo basura y apesta muchísimo". Claudia dijo tapándose la boca por las náuseas que le causaba la basura.

- "Sofi, ya llevamos más de 3 horas hurgando y no hay nada". Se quejaba Luis en un tono harto. "Ni si quiera sabemos qué es lo que buscamos".

- "Debe haber algo, no sé, lo que sea, algo que se vea mágico o brilloso." Les intentaba explicar, aunque la verdad ni yo sabía qué estabamos buscando. ¿Cómo se debe ver algo mágico? Yo nunca he creído en la magia y esas cosas, siempre me han parecido tonterías.

Los 3 nos quedamos buscando cada rincón y hurgando entre basura pero no teníamos éxito. Claudia ya estaba cansada y harta de sentirse sucia, por lo que sugirió que lo dejemos así y mejor busquemos por otro sitio. Luis por su lado sugirió que continuemos otro día ya que comenzaba a oscurecer.

Yo me negué rotundamente a abandonar e insistía en que debía haber algo. Algo dentro de mí me decía que no debía rendirme y buscar hasta el último milímetro, pero ellos 2 dejaron de buscar y comenzaron a caminar.

- "Por favor no me pueden dejar ahora, yo se que hay algo. Ese pervertido debe haber dejado algún rastro". Les pedí ya con un tono desesperada y frustrada. 

- "No hay nada y en verdad necesito un baño, lo siento mucho pero Luis tiene razón, ya se hace noche y puede ser peligroso." Claudia se quejó.

- "Anda Sofi, mañana seguimos con calma, ahora la cabeza no nos da para más". Luis sugirió rascando su cabeza. 

- "¿Saben qué? Váyanse, yo me quedaré aquí buscando, los veré luego." Les dije enojada. No podía creer que me hayan querido abandonar en esta situación, si cualquiera de ellos estuviera en mi lugar yo los acompañaría hasta el último minuto. En verdad me sentí sola y enojada.

- "No digas eso Sofi". Luis me respondió. "No te podemos dejar sola en un callejón oscuro, es peligroso y..."

Al escuchar esa frase no pude evitar voltear hacia él con una mirada rencorosa. "¿Y qué? ¿Peligroso? ¿Se te olvida porqué estamos aquí idiota? ¡mírame! Yo soy la que hace peligroso el callejón con esta apariencia." Le grité con una voz que no había salido antes de mí. Incluso yo misma me asusté al escuchar una voz masculina tan enfurecida.

- "Oye tranquila, no quise decir eso, yo solo..." Luis dijo apenado pero estaba tan enojada que lo seguí interrumpiendo.

- "¿Tú solo que? ¿Ya te aburriste de ayudarme? Ya les dije que pueden irse, no los obligo a quedarse aqui."

- "Yo solo me preocupaba por ti." Luis dijo con decepción. Él bajó sus hombros en señal de frustración. "Vamos Clau, creo que es mejor dejarla sola por ahora. Si no tienes dónde quedarte puedes venir a nuestro depa."

Claudia aceptó la invitación y ambos comenzaron a irse del lugar. Antes de dejar el callejón, ella me dijo que les llame si necesitaba algo y cuente con ellos para lo que sea. No me servía de mucho pero detrás de todo mi enojo sé que lo hacían con la mejor intención y sí estan preocupados por mí.


Luego de irse los dos, seguí hurgando en algunas bolsas de basura restantes. Mi esperanza se iba apagando a medida que las bolsas se reducían hasta solo quedar una.

- "Esta debe ser la buena" Me dije a mí misma mientras rompía la bolsa de la cual solo salió basura como envolturas de chocolates, frituras y cáscaras de plátano. 

- "¡No! No hay nada, ¡nada!" Comencé a gritar con frustración mientras seguía sacudiendo la bolsa con fuerza. De pronto, de la bolsa cayó una moneda brillante y peculiar.

¿Y esta moneda? Qué extraña se ve, no se ve como ninguna que haya visto... y brilla a pesar de estar entre basura. ¿Podrá ser mágica? Guardé la moneda en mi bolsillo y me alejé del lugar en cuanto pude. 

"Sí, sí, sí. Debe ser el amuleto del pervertido, yo sabía que no podía desaparecer solo así, de seguro lo tiró pensando que nunca lo buscaría aquí. Por fin recuperare mi cuerpo... mi cuerpecito delicioso y exquisito". Me dije mientras se formaba una erección en mi pantalón. Uff esas tetas tan buenas y ese culo... ¿qué? No, no, Sofía concéntrate. No puedes dejar que estas hormonas te controlen, tú eres una mujer fuerte, eres más fuerte que los impulsos de un pervertido. 

Continué caminando mientras intentaba concentrarme en bajar mi erección. Estaba en camino al departamento de Luis para contarles de mi hallazgo, sin embargo en medio del camino me encontré con una tienda de antigüedades que estaba a punto de cerrar. Normalmente ignoraría este tipo de tiendas ya que nunca me han interesado las cosas antiguas, sin embargo con esa moneda y lo sucedido me pareció buena idea entrar para saber si alguien podía ayudarme. Solo espero que no me tiren a loca, tendré que fingir que quiero vender la moneda, que la heredé o algo parecido para que me den información.

Una vez dentro, el lugar no era tan grande pero sí estaba repleto de objetos de todo tipo, desde espejos, muebles y vestidos hasta estatuas y roperos. Me sentí abrumada por unos segundos ya que todo emitía una vibra muy extraña y además me sentía observada. Al intentar salir del lugar, la entrada ya no estaba y en lugar había una pared.

- "Debo estar quedando loca, juraría que la puerta estaba aquí, este lugar no es tan grande para perderse". Me dije asustada. 

Empecé a recorrer los pasillos sin éxito de encontrar la salida o a algún empleado que me pudiera ayudar, los pasillos eran cortos pero ahora se veian largos y eternos. Imagino que el cansancio me estaba jugando una mala pasada así qué intenté pensar más claramente, pero no pude hacer mucho cuando las luces se apagaron, quedándome a oscuras en un pasillo rodeada de muebles viejos. 

- "Ok, ok, respira Sofi, respira". Me decía a mí misma mientras me empezaba a desesperar e hiperventilar.

Comencé a dar unos pasos hacía atrás cuando de pronto una mano se puso sobre mi hombro derecho. Grité como nunca antes del susto y corrí lo más rápido que pude, solo para tropezar con un banco de madera a un par de metros adelante. Intenté levantarse pero entre el miedo y dolor no pude hacer mucho hasta que esa misma mano se mostró de frente a mi, esta vez para ayudarme a levantar. 

- "¿Está bien señor? Déjeme ayudarlo". Se trataba de un joven con el uniforme de la tienda quien me explicó que se había quedado hasta tarde y la tienda había cerrado hace horas. - ¿Pero cómo dice que entró? La puerta esta cerrada con candado." Me cuestionó. 

- "Claro que no, yo entré normalmente, no tenía seguro y tampoco había nadie. Quise salir pero la puerta ya no estaba."

- "¿No estaba?" El joven preguntó intrigado. "Esto no es una broma de mal gusto, ¿verdad?"

- "Claro que no, yo solo vine para preguntar si sabían algo de esta moneda".

Le enseñé la moneda al empleado quien se sorprendió mucho al ver la moneda ya que me dijo que él tampoco la habia visto antes. 

- "Espere aquí señor, deme un minuto". Me dijo mientras encendía la luz y se metía por una puerta.

Luego de un par de minutos, un hombre de edad avanzada y una apariencia misteriosa salió de la puerta. Se me quedó mirando fijamente y comenzó a sonreír mientras sacaba la moneda de uno de sus bolsillos.

- "Así que encontraste este tesoro, espero que no haya ocasionado algún desastre en tu vida". Me dijo acompañado de una risa discreta. 

Sentí un escalofrío recorriendo su espalda, pero me armé de valor para preguntarle quién era y qué estaba pasando. En especial qué era ese "tesoro".


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En otra parte de la ciudad, Gerardo se había despertado a la mañana siguiente. 

Ahh, Dios, aún tengo los brazos y piernas adoloridas de la noche anterior, simplemente no me siento con ganas de hacer absolutamente nada. Creo que puedo tomarme el día libre: Cancelaré la entrevista que tenía programada para hoy con una columna, sé que es virtual pero simplemente no quiero hablar ni saber de nadie. 

Apagué mi laptop y agarré mi celular para tomarme algunas fotos para mí mismo. Después de eso decidí tomar una ducha para relajarme y sentir el agua caliente recorriendo mi piel. Luego de salir me puse una bata y ¿por qué no? Me seguí viendo en el espejo.

"Esta bata me encanta, amo como resalta mis tetas y... este abdomen plano que he trabajado. Uff cómo amo mi cuerpo, sí, mi cuerpo. Mío y de nadie más. Espero que esa niña tonta haya aprendido la lección y se aleje para siempre de mi vida." Me decía mientras me veía al espejo y seguía tomándome selfies.



Luego de tomarme varias fotos, fui a la cocina para prepararme algo de comer. Iba a preparar hot cakes, pero me detuve a la mitad de la mezcla al recordar que ese era el desayuno favorito de Claudia, esa perra que me abandonó anoche. Decidí tirar a la basura la mezcla que había empezado a preparar.

"Claudia, pff, ¿quién la necesita? Después de todo puedo conseguirme a otro bombón cuando yo quiera, no es como que la vaya a extrañar" Dije para mí mismo en voz alta, pero mi voz se escuchaba algo quebrada y sentí mis ojos un poco húmedos. No puede ser que esa perra me haya dejado tan sentida, estas hormonas femeninas me han hecho muy sentimental, no puedo dejar que me sigan controlando tanto.

Me quedé varios minutos en la cocina sin preparar nada, la verdad es que no se me ocurría algo para hacer e incluso se me quitó el apetito. Por lo que me acosté en mi cama a hacer uno de mis pasatiempos favoritos: tocarme mientras veía mis fotos o videos porno.

Después de un delicioso orgasmo, me quité la bata de baño y me coloqué un top negro pero tuve que cambiar mi calzón ya que en medio de mi emoción se mojó con mis fluidos, vaya que este cuerpo es tan sensible y tiene tanto líquido para soltar, apuesto a que esa niña nunca se ha podido dar tanto placer como yo lo he hecho. Eso demuestra que el dueño debo ser yo.

Pensé en salir a dar un paseo para distraerme, y de paso ver si podía ligarme a alguna chica que se me antoje morbosear. Pero luego recordé que esa niña probablemente aun esté rondando por ahí, buscando la oportunidad para hacerme daño. Creo que ya no le importa lastimar mi cuerpecito, ya es un macho que solo quiere vengarse seguramente. Así que en lugar de eso me acosté de nuevo y me puse a ver películas y series en la tele para pasar la tarde entretenida. Pasé tanto tiempo en las calles mendigando que me perdí de mucho contenido y ahora tenía tiempo de ponerme al día.

Más tarde decidí agarrar mi teléfono e instalé Tinder para quitarme el aburrimiento. Me pasé unas cuantas horas buscando perfiles, tanto hombres como mujeres. Las hormonas de este cuerpo me han hecho sentir atracción por algunos hombres y no puedo evitar dar swipe para chatear con ellos, es entretenido pero desafortunadamente son sujetos sin dinero para aprovecharme. Lo bueno es que las chicas no necesitan tener dinero para atraerme. Era bastante divertido conversar con algunas e intercambiar fotos.

¿Quién necesita a Claudia después de todo?

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Mientras tanto, en la tienda de antiguedades. El anciano sonreía mientras Sofía lo cuestionaba.

- "Dígame quién es usted y qué rayos está pasando." Le pregunté al sujeto.

- "¿Has enseñado este tesoro a alguien más?" Me preguntó de regreso.

- "No".

- "Bien, ¿no queremos más accidentes, verdad?" Me dijo. Yo me quedé sorprendida y sin palabras por esta pregunta. "Interpretaré tu silencio como un sí, ven conmigo". 


Decidí seguirlo atrás de la tienda, me llevó a través de un pasillo con varias cajas con símbolos extraños hasta llegar a una habitación con una mesa en el centro donde había un pequeño baúl encima. Él abrió el baúl y metió la moneda dentro.

- "¡No! ¿Qué haces? Esa moneda es mía". Le grité.

- "¿Tuya? No me hagas reír". Me dijo seriamente. "No sabes lo peligroso que es esto, no sabes en lo que te metes".

- "Oh, no me digas, tú no sabes por lo que he pasado, anciano loco".

- "Hmm, ya veo". Me dijo viéndome de pies a cabeza. "Quiero que seas lo más claro y específico posible y me digas en dónde la encontraste".

- "De acuerdo. Mira la verdad ya no me importa que me creas o no después de todo lo que he vivido estos días. Mi nombre es Sofia y este no es mi cuerpo, un depravado nos intercambio usando un amuleto mágico, ese mismo que acabas de meter al baúl así que lo necesito para poder regresar a la normalidad." Le dije, harta.

- "¿Sofía, eh? ¿Y estás segura que es el mismo objeto? Podria ser otro similar." Me dijo de manera pensativa.

- "Debe ser, es una moneda que nunca antes vi y la encontré en el lugar donde nos... espera, ¿me crees?"

- "Digamos que soy un hombre de fe".

- "¿De verdad me crees? Por favor necesito tu ayuda. Dime cómo puedo usar esa moneda.

- "Mira, estos amuletos son especiales y deben ser tratados con mucho cuidado. Este en peculiar se caracteriza por ayudar a quien lo necesita pero no puedo prometer nada, son misteriosos". Me dijo mientras sacaba la moneda de nuevo y la observaba cuidadosamente.

- "Debe haber algun modo, damela, quizás si cierro los ojos pueda aparecer en mi cuerpo, por favor la necesito".

- "Puedo notar que necesitas mucha ayuda, pero temo decirte que el amuleto que tú buscas no es este. No todos tienen las propiedades de cambiar de cuerpo".

- "¿Qué? ¿Estás diciendo que hay más de esos? Dios esto es un peligro, ¿hay más gente ahí fuera con otros cuerpos?"

- "No nos desviemos. Mira el sujeto que te hizo esto debió haber encontrado el amuleto indicado, hace unos meses sufrimos un atraco en el que perdimos varios objetos valiosos, la gente las roba para vender en páginas ilegales y ganar buen dinero, pero no saben lo que hay detrás. Para tu mala suerte esta moneda lo único que hace es brindarte buena suerte al portarla, quizás por eso llegaste hasta aquí."

- "Debe ser eso, sentí la necesidad de entrar. Esta tienda nunca antes me llamó la atención pero me sentí atraida. Dime por favor que tienes otro de esos amuletos para cambiar".

- "Y te agradezco por regresar la moneda. Dicen que siempre encuentra su camino de regreso, ya veo que sí. Y no, no tengo esos amuletos, el único que había fue el robado que te hizo eso. Lo siento."

- "No me digas eso, debe haber algo que me pueda ayudar. Dime cómo puedo conseguir otro de esos, ¿a dónde debo ir?"

- "No es tan sencillo como ir a una tienda y pedir un amuleto de cambio de cuerpos. Nadie te hará caso. Esos amuletos son tan exclusivos como numerosos. Y llegan a ser más discretos de lo que puedes pensar, desde collares, monedas, pulseras o incluso objetos que pasan desapercibidos como bebidas... espera, quizás pueda ayudarte pero debes estar consciente del peligro que conlleva". Me dijo entrecerrando sus ojos, mirándome seriamente.

- "Estoy dispuesta a lo que sea". Le dije muy decidida.

Él me llevo a la parte trasera del cuarto en donde abrió una caja con una botella que tenía un liquido transparente, como si fuese agua. Me la dio y me advirtió que por ningún motivo me la tomara.

- "Esta es una poción que te permite salir de cuerpo físico. Si tienes la suficiente fuerza de voluntad puedes introducirte en otro cuerpo y quizás tomar el control. Solo que si no lo logras podrías quedarte como un espíritu o peor aun, encerrada en un cuerpo sin voz o control alguno."

Me dio la botella muy cuidadosamente. "Espero que puedas usarla correctamente".

- "No puedo creer aun que estas cosas existan. En verdad hay gente muy mala y enferma en este mundo". Le dije con disgusto.

- "El mundo es un lugar muy basto, esto es solo una parte niña. Además todo depende del uso que quieras darle a estas cosas. Esa poción por lo general se utiliza para espiar y obtener información en círculos muy privados. Incluso me estoy arriesgando al darte esto, pero me pareces una persona digna de confiar."

- "¿Y qué sucede con el pervetido si logro tomar mi cuerpo de vuelta?".

- "Debes saber a estas alturas que nada bueno. Si tienes éxito lo puedes expulsar a otro cuerpo pero en el proceso pueden pasar muchas cosas. Se pueden mezclar recuerdos, emociones o incluso parte de la personalidad. El sujeto que está en tu cuerpo podria terminar muerto, en estado vegetal, o quizas regresar a su cuerpo con secuelas que ni yo mismo sé. "

Después de todas las advertencias salí de la habitación para regresar al interior de la tienda. La tiendanse veia igual a cuando entré la primera vez, no tan pequeña pero sus pasillos eran cortos. Al darme vuelta me encontré al empleado de antes, quien solo me sonrió y me preguntó si encontré lo que buscaba. Asiente con la cabeza y salí de ahí. 


Al llegar a casa de Luis, ambos me preguntaron qué habia pasado y estaban preocupados por mí. Les conté sobre mi experiencia en la tienda y el anciano. Aun no estaba segura si ese empleado era el mismo anciano o si eran alucinaciones mías pero ellos me creyeron. A pesar de lo que podía suceder, los tres estuvimos dispuestos a correr el riesgo y que pase lo que tenga que pasar. Por lo que nos pusimos a idear un plan para atraer al pervertido y recuperar mi cuerpo de una vez por todas.



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