martes, 18 de enero de 2022

El asalto de cuerpo, capítulo 10



 Necesitaba encontrar un modo para que esa niña no me encuentre. Si ella sabe que yo estoy aquí quizás regrese de nuevo hasta encontrarme. Claro, siendo un vagabundo sin oficio no tiene nada qué hacer en la vida, al contrario yo ahora tengo mucho dinero, fama y éxito. Espero que no crea que tendrá algo de esto porque es mío y de nadie más. 

Sé que si me quedó aquí es probable que me vea, así que tendré que irme por algún tiempo, tal vez una semana sea suficiente. Pero Clau está sospechando que algo ocurre, lo percibo, quizás sospeche de mi relación con Gil. Para librarme de esto quizás si nos tomamos unas vacaciones fuera de la ciudad podría matar dos pájaros de un tiro. Solo que antes debo hablar con Gil.

Tomé mi teléfono y hablé con él para explicarle que estaría fuera por unos días. Él insistió en que antes de irme, fuéramos a cenar a algun lugar bonito y luego "despedirnos" debidamente. Algo en mí me decía que era mala idea, pero aun así acepté con tal de cenar gratis en algun lugar lujoso. Aun era temprano pero Gil me pidió que fuera a su oficina porque queria hablar sobre unas regalías que me debía pagar. Era más dinero así que no perdí tiempo. Guardé un vestido en mi bolso para usar en la noche y me puse una ropa sexy, cubierta por una sudadera holgada con capucha para evitar miradas de acosadores y que esa niña no me identificara en caso de estar por aquí.


Gil envió un auto con chofer para pasar a recogerme así que simplemente salí a la calle con unos lentes de sol y me subí lo más rápido que pude. Sentí una extraña vibra y una mirada pero no supe de dónde provenía. En el camino, sentí que el auto se agitaba y aceleraba más de lo normal, pero luego bajó el ritmo, era como si el chofer intentara perder a alguien que nos siguiera, pero no le di mayor importancia, yo andaba leyendo los mensajes de mi celular.

Al llegar a su oficina, Gil y yo estuvimos un rato platicando mientras me mostraba algunos documentos donde se señalaban mis ganancias de este último mes y que ya había planes para él próximo, por lo que quería presentarme a un inversionista muy importante. Yo accedí sin problema y fuimos a la sala de juntas, donde Gil me presentó con el Sr. Youn, un ejecutivo japonés que se habia interesado en mí. Era un señor algo mayor, en sus sesentas, con rostro y mirada pervertidas, estoy seguro que se ha masturbado con mis fotos más veces de las que pueda contar, y no lo culpo. Después de todo este cuerpo ha servido su propósito muy bien.

El Sr. Youn y Gil me hicieron una propuesta para hacer una serie de videos sensuales para el sitio web del japonés. Era una suma muy importante de dinero pero a cambio requería exclusividad con él, es decir que durante los próximos meses no podía hacer material para mi sitio, únicamente para él. Me hizo dudar al inicio ya que me gustaba tener el control de mis ingresos y mi actividad pero al final accedí cuando me enseñaron el dinero sobre la mesa.

Los 3 hicimos un brindis por la nueva sociedad formada y nos quedamos un rato en la sala hablando sobre tonterías. Al cabo de una hora, el anciano se fue, quedándonos solos Gil y yo. Entonces él me sugirió que fueramos a cenar al restaurante para seguir celebrando y luego despedirnos apropiadamente antes de mis "vacaciones". Por lo que decidí ir al baño para ponerme el vestido que había cargado antes. Era un vestido muy sexy que resaltaba mis tetas. Era sumamente destapado por lo que tuve que acompañarlo de un abrigo para no morir de frío. 

Una vez en el restaurante, Gil andaba muy pegado a mí, besandome en cada momento que podía, lo cual me tenía harto. No era el mismo sujeto bonachón que queria robarme besos, ya llevaba unas copas encima y se habia convertido en una verdadera molestia. Comenzaba a pensar que era realmente una mala idea y que tener todo pagado quizás no valía la pena. Para poder soportarlo tuve que tomar varios shots y copas mientras que él había perdido la cuenta y ya estaba borracho así que me fue más fácil tomar las riendas y hacer que no solo pague hasta el último centavo sino que me diera dinero en efectivo adicional por dejarlo poner su cara en mis tetas.

Al terminar la cena los dos nos fuimos por la calle caminando hacia el coche, él se tambaleaba un poco por el alcohol que traía encima, mientras que yo me mantenía en mis 5 sentidos; una de las ventajas de este cuerpo es que al ser joven tiene mucho más aguante además del que ya lo he acostumbrado desde que es mío. Además así podía estar más alerta de lo que sucede. Me quedé mirando a Gil y noté que no me quitaba los ojos de encima, así que decidí jugar un poco con él. 



- "¿Te gusta mucho mi vestido?" Pregunté mientras meneaba mi cuerpo sensualmente.

- "Por supuesto miamor, mira esas nalgas y tetas que te cargas, las quiero en mi cara ya". Gil decía en un tono sumamente lujurioso.

- "Yo sé, yo sé lo que te gusta". Dije guiñando el ojo. "Pero recuerda que debes esperar para tener lo que quieres". He aprendido que la mejor manera de tener a los hombres comiendo de la palma de tu mano es darles una probada de lo que quieren y luego tentarlos hasta que cedan a tus caprichos, y con Gil me ha funcionado muy bien durante estas últimas semanas. Encima de eso, las copas que tenemos de más son de mucha ayuda.

- "No miamor". Gil dijo entre balbuceos. "Dije que las quiero ya y me vas a dar todito".

- "Estas loquito". Dije riendo, intentando romper la tensión. El tono en que empezó a hablar era distinto y no me gustaba. 

- "¡Si! Loco por ese cuerpecito tuyo". Gil me abrazó por atras, intentando mover mi vestido para que pudiera destapar y agarrarme las tetas. "Vente para acá" dijo mientras me manoseaba.

- "¿Qué chingados haces?" Le dije, quitando sus manos y empujándolo. 

- "Sabes que te gusta eso, muñeca, dejame tocarte y hacertelo aqui mismo". Me dijo mientras sacaba su lengua y hacia gestos con dlla.

- "Ya dije que no, lo haremos al rato pero si sigues así creo que ya no. Estás muy pedo."

- "A mí nadie me dice que no".

- "Pues yo sí, y no solo una vez, ahora sé un caballerito y llévame a mi casa". Le dije con un tono presumido y soberbio, quería sentirlo humillado y usado por mí, pero fue un error porque Gil estaba muy borracho y no razonaba nada, solo deseaba mi cuerpo a cualquier costo.

- "Y yo ya me harté de que me dejes con las ganas. así que me vas abrir tus piernitas por las buenas o por las malas". 

Gil puso sus manos en la parte de abajo de mi vestido y lo jalo intentando subirlo. Yo me resistí y lo aparté, rasgando una parte del vestido. Sin embargo no tengo la misma fuerza que tenía antes como hombre, por lo que rápidamente puso sus manos sobre mis brazos para que no pudiera defenderme bien.

- "¡Sueltame me estas lastimando idiota!" Le grité desesperado.

- "Cállate perra, coopera o vas a ver de lo que soy capaz".

Ambos forcejeamos, mis brazos quedaron rojos por la fuerza que él tenía, pero aproveché un punto débil que tienen los hombres y solté una patada a sus testículos, haciendo que me suelte. Al llevar sus manos a sus huevos, dejó descuidada su cara así que usé mis largas uñas para dejarle un arañazo, en verdad me tenía harto y asustado. Ahora en este cuerpo de mujer, por primera vez me sentía vulnerable y temía por mi vida. Puedo sentir el mismo miedo que probablemente esta niña tuvo cuando le robé su cuerpo, excepto que yo no quería matarla o violarla, solo robarle su vida.

Él reaccionó rápido y solto una bofetada, haciendo que saliera sangre de un labio, y después puso una de sus manos alrededor de mi cuello para intentar ahogarme. Tenía tanta fuerza que yo no podía hacer nada, mis ojos empezaron a quedar en blanco por la falta de aire. Durante esos segundos, tuve algunas visiones de mi pasado, recordando viejas peleas callejeras que tenia y que ganaba jugando sucio, por lo que intenté sacar una pequeña navaja de mi bolso pero no lo logré al estar casi inconsciente . Estaba a punto de desmayarme cuando él me soltó, caí arrodillado al suelo mientras jadeaba intentando recuperar el aire. 

- "Yo... yo.. perdóname por favor, no sé lo que hago". Me dijo arrepentido y con los ojos llorosos.

Gil se acercó a intentar levantarme. Yo le di la mano y mientras me levantaba, con mi otra mano saqué la navaja de mi bolso y la clavé en su pierna derecha, cayendo ahora él al suelo mientras gritaba de dolor. Aproveche que estaba caído así que le di una patada con mi tacón, dejándolo inconsciente.

- "Ahh la vieja navaja de bolsillo, nunca falla". Dije mientras respiraba con alivio y me alejaba de la escena.

Llegué al auto de Gil pero intuí que sería muy obvio y sospechoso si lo tomara para huir del lugar además de que podría acusarme de robo, por lo que tomé un Uber para volver a casa con Clau, me sentía cansado y devastado, solo queria abrazarla y largarnos de esta ciudad por unos días. 

Sin embargo me llevé una enorme sorpresa al llegar a mi departamento. Solo de abrir la puerta me encontré con nada más y nada menos que esa niña en mi cuerpo. La maldita niña estaba en mi casa junto con Clau y un sujeto desconocido.


"¿Pero qué carajo sucede aquí?" Pregunté mientras azotaba la puerta y analizaba la situación. "Clau, ¿puedes explicarme que hacen estas personas aquí?".

- "Amooor pero ¿qué te pasó? ¿Estás bien? ¡mírate!" Clau dijo corriendo hacía mi para abrazarme. Había olvidado limpiarme la herida del labio con toda la prisa que tenía, y no habia notado lo rasgado de mi vestido. 

- "Estoy bien, cariño, no te preocupes por mí". La aparté de mí para ver a los dos sujetos. "Ahora dime, ¿quiénes son estos individuos?"

- "¿Quién soy?" Dijo la niña desde mi cuerpo mientras caminaba hacía mí. "¿No te reconoces a ti mismo?"

- "Eh, ¿qué? ¿Perdón? ¿Lo conozco, señor?" Le respondí fingiendo no saber nada.

- "¡No te hagas! Dime cómo nos intercambiaste, reconoce quién eres."

Clau se acercó y se interpuso entre nosotros. 

- "Ey, tranquilo". Le dijo mientras me defendía. "¿No ves que está herida y algo malo le pasó?" Luego se volteó hacia mí y me preguntó qué había sucedido.

- "No es nada, amor, estoy bien".

- "Deja de decirle amor, maldito viejo." Gritó la niña.

- "Señor bajele a sus gritos o llamare a seguridad". Clau le advirtió. El otro sujeto que venía con la niña entonces la sujeto y la aparto de nosotras.

Clau me ayudó a acercarme a la mesa, en donde me senté para poder calmarme un poco, con toda la adrenalina que tenía no había sentido varios raspones que tenía en las piernas y brazos.


Una vez calmado, analicé bien la situación. Claudia había dejado pasar a la niña y su acompañante, por lo que seguramente le había contado y probablemente ella sospeche que era verdad, así que no podia simplemente sacarlos ya que solo le daría la razón. En lugar de eso se me ocurrió desviar la atención y hablar sobre lo sucedido momentos antes, claro, ocultando las partes donde le era infiel a Clau.

Les dije que Gil me invitó a una cena con ejecutivos y luego él se ofreció a regresarme a casa, sin embargo intentó aprovecharse de mí en el camino al ser una mujer vulnerable e indefensa, pero por fortuna una persona misteriosa se apareció de la nada y me defendió, golpeando a Gil hasta dejarlo inconsciente. 

Todos en la habitación se sorprendieron y se sintieron mal por mí, excepto Sofi quien se mantuvo de brazos cruzados y en un tono serio me dijo: "Claro, mira como me tienes vestida, parezco una zorra"

"Cálmate, ¿si?" Le dijo su acompañante, quien puso su mano en mi hombro para decirme que todo estaría bien ahora, Claudia por su lado me abrazó y dio las gracias por haberse aparecido ese salvador misterioso.

"¿No lo ven? ¡Los está manipulando! Solo desvía la atención para no confesar que me robó mi cuerpo. Miren lo que ha hecho con mi vida". La pobre niña gritaba desesperada pero ni Clau ni su acompañante le hacían caso, los tenía abobados con mi llanto y lástima. Con este cuerpo, heridas y vestido roto era muy fácil hacerse a la víctima. 

Fingi que no podía caminar bien para que Clau me ayude a ir al baño para limpiarme mis heridas y cambiarme mi ropa. Ella le pidió a esos dos que se retiren y nos dejen en paz porque necesitaba estar a solas. Su acompañante, quien dijo llamarse Luis se fue a la puerta para irse pero la niña se mantuvo sin moverse y sin quitarnos la mirada de encima.

- "Ya Beto vámonos, otro día será". Le dijo Luis a la niña intentando convencerla, a lo cual no pude evitar soltar una carcajada al escuchar su nombre.

- "¿Beto? Jaja no me jodas, qué nombre tan ridículo te inventaste, niña".

- "¿Niña?" Preguntó Clau soltandome el brazo y mirándome seriamente. "¿Cómo que niña?".

- "¿Inventaste?" Preguntó Luis mirándome también.

La niña simplemente sonrió con satisfacción y se puso de pie: "Creo que no necesito decir más, ahora dime cómo nos intercambiaste, y quiero que nos regreses a la normalidad."

- "Yo... yo... ahh mi cabeza". Dije fingiendo que me habia dado una jaqueca. "Me duele, no estoy pensando bien lo que digo, ayudame miamor". Le dije a Clau intentando abrazarla pero ella se hizo a un lado.

- "No, ya no." Me dijo. "Ahora tienes que darnos explicaciones, quién seas o como te llames".

- "Soy yo miamor, ¿no me ves? Soy tu amada Sofi, mírame a los ojos, saca a estos dos loquitos de mi casa".

- "Ya no te creo, yo siempre sospeche que había algo distinto en ti, pero no pensé que fuese algo así." Clau dijo, alejándose de mí y parándose junto con la niña y Luis.

Ya no tenía caso seguir fingiendo, mi estupidez y soberbia me delataron. Sonreí de forma malévola y entonces les expliqué:

"Muy bien, me atraparon, de todos modos ya estaba cansada de fingir ser esta niña dulce, ya hasta comenzaba a creer que de verdad era una mujercita y pensar como una. Lo admito, ese sujeto que ven ahí solía ser yo, un vagabundo sucio, sin oficio y sin futuro. Solamente esperaba que alguien me regale sus restos de comida cada día hasta que un día te vi, Sofi, no eras más que una niña consentida, una mosquita muerta con un cuerpo delicioso sin aprovechar. No te lo merecias, ¿qué esperabas de tu vida, ser doctora? ¿Contadora? Y todo esto se iba a desperdiciar. No Sofi, este cuerpo esta destinado a la grandeza, y eso lo he logrado yo: solo mira este depa y el dinero en mi cuenta."

Cabe resaltar que mientras explicaba esto, no dejaba de pasar mis manos por mi cuerpecito, lo cual solo provocaba a la niña, quien tuvo que ser retenida por Luis para no atacarme.

- "Eres un monstruo". Dijo Sofi mientras salían lagrimas de sus ojos. "Nunca te voy a perdonar lo que hiciste con mi vida y mi cuerpo. No sé cómo pero lo voy a recuperar todo".

- "Se vale soñar". Le dije sonriendo y dándole la espalda para ir a mi cuarto. "Amor, dile a los señores que se vayan por favor". Le pedí a Clau.

- "No". Clau respondió seriamente y con una lágrima saliendo de su ojo. "No puedo creer lo que le hiciste a Sofi, en verdad eres un monstruo, no te atrevas a decirme qué hacer. Devuelvele su cuerpo y su vida."

- "Uh, ¿perdón? Se te olvida que esta es mi casa, si no se van tendré que llamar a seguridad, largo de aquí los tres. Si quieres andar con esos mugrosos es problema tuyo".

La mugrosa niña se soltó de Luis y corrió hacia mí, arrinconandome y sosteniendome de mis brazos, intenté alcanzar mi navaja pero me fue imposible, ella tenía mucha más fuerza que yo y mi bolsa estaba sobre la mesa a varios metros de mí. 

- "Ahora mismo me dirás cómo nos cambiaste y nos regresarás ala normalidad".

- "¿Normalidad? Esta es la nueva normalidad". Le dije sonriendo cínicamente. "Acostúmbrate, Gerry".

- "¿Gerry?" Preguntó Luis.

- "Ese es tu nombre real, Gerardo Vázquez. Pff Beto, ¿qué nombre ridículo es ese? Al menos te dejo algo más decente para tu vida."

- "No me interesa ya, cambianos ahora".

- "Querido Gerry, aunque me quisieras obligar no puedo hacer nada. Ahora sueltame si no quieres romperme estos brazos preciosos".

La niña no me soltaba y en verdad me dolían mucho los brazos, veía en su mirada que no planeaba soltarme, era mi vieja mirada de ira, la que usaba para intimidar, y estaba teniendo efecto en mí, mi valentía varonil no estaba presente y solo sentía el mismo miedo que sentiría Sofia ante un abusador. Creo que los dos nos estamos convirtiendo cada vez más en el otro, y sé de lo que puede ser capaz siendo yo.

- "Ya sueltame por favor, me lastimas... ok ok tú ganas, un día hurgando entre basura encontré un amuleto brillante que pensaba vender, pero descubrí que podía intercambiar mi cuerpo con alguien más. La víctima perfecta fuiste tú, eras tan descuidada y..."

- "¿Y qué? ¡No tenías derecho a robarme todo! Dame ese amuleto y cambianos".

- "No lo tengo". Dije mientras mi voz se quebraba por el dolor y miedo que estaba sintiendo. "El amuleto se desapareció después del intercambio. No hay más amuleto y no hay vuelta atrás. Ahora sueltame por favor."

- "No te creo, sé que tienes el amuleto por ahí, ve por él". Dijo la niña soltandome.

Yo caí al suelo y me agarraba los brazos intentando no llorar. 

- "No lo tengo de verdad, no puedo hacer nada. Mírame a los ojos, sabes que digo la verdad".

En eso, comenzaron a golpear la puerta del departamento por fuera. Eran guardias de seguridad que acudieron porque los vecinos reportaron gritos y golpes proviniendo del lugar.

- "¡Auxilio, auxilio, ayúdenme!" Grité con todas mis fuerzas.

La puerta se abrió a la fuerza y 3 guardias entraron, llevándose a Luis, la niña y Clau también, esa perra me traicionó y se puso del lado de ellos. Uno ya no sabe en quién puede confiar estos días. 

Una vez me quedé a solas en el cuarto, me sequé las lágrimas y me quité mi ropa para acostarme a dormir desnudo. Me sentía sumamente cansado y adolorido para vestirme nuevamente y además un guardia se quedó afuera en el pasillo para cuidar que nadie más se acercara.




jueves, 13 de enero de 2022

El asalto de cuerpo, capítulo 9



Me encontraba afuera del edificio de departamentos, oculta en un callejón, esperando aun para ver si encontraba mi cuerpo pero ya llevaba horas y no tenía éxito. Creo que la chava tenía razón y mi cuerpo no vive aquí. Quizás sea en otro edificio, pero lo dudo, es el único edificio que es lo suficientemente alto para tener las vistas de esa ventana.  

Quizás era momento de rendirme, si esta será mi vida de ahora en adelante debo comenzar a aprovechar mis oportunidades como mi trabajo actual. Hoy debía haber vuelto pero decidí faltar para venir aquí y creo que solo fue una pérdida de tiempo, espero que el jefe me perdone una vez más o ya no sé qué haré, Luis no me dejará seguir viviendo si no llevo ingresos. En eso, vi a la distancia que una mujer con una sudadera y capucha salía del edificio y se subía a un auto con chofer. No pude verle la cara pero mi corazón comenzó a palpitar a mil por hora, en el fondo sabía que esa mujer era yo, pero se habia ido y no tenía manera de seguirla. Vi una bicicleta estacionada y por la adrenalina no dudé en robarla para perseguir el auto, pero el auto iba tan rápido que lo perdí de vista después de unas cuadras.


En ese momento, mi celular comenzó a sonar. Había olvidado que lo tenía ya que no lo usaba al ser un celular barato que ni siquiera tienen pantalla touch, era para lo único que me alcanzaba y solo era para hablar con Luis o algun asunto realmente urgente. La llamada venía de un  número desconocido pero decidí contestar. 

- "¿Alo?" Dije con mi voz aun agitada por la persecución. 

- "Hola, disculpe... ¿es el señor de ayer?" Dijo una chica, pude reconocer su voz, es la misma chica de ayer en el edificio".

- "Eh, sí, sí, soy yo, dime ¿en qué puedo ayudarte?" Le pregunté. 

- "Bueno, más bien quizás yo pueda ayudarle a usted, recuerda que me preguntó por una Sofi?"

- "Sí, dime por favor". Le pedí nerviosa.

- "Es probable que conozca a una que se parezca a la que está buscando, pero antes dígame qué es lo que quiere". 

- "¿De verdad la conoces? Por favor que sea ella.. bueno, como te dije es algo privado, solo dime en donde la puedo encontrar".

- "No, no, nada de eso, yo pregunté primero qué es lo que está buscando". Me dijo en un tono muy decidida.

- "Es solo que... es algo muy privado, no lo entenderías". Traté de persuadirla.

- "En ese caso me interesa más, dígame en dónde lo puedo ver para que me diga qué sucede".

No había manera de que me diera información sin decirle algo a cambio, así que terminamos por quedar de vernos en unas horas afuera de una cafetería cercana. Yo no tenía nada que hacer y el depa de Luis estaba al otro lado de la ciudad así que me quedé por esos rumbos haciendo tiempo. Pasadas algunas horas llegué en la bicicleta al lugar acordado, en donde identifiqué rápidamente a la chica sentada en una mesa vistiendo unas gafas de sol, esperando. Antes de entrar mi teléfono comenzó a sonar, era una llamada de Luis, no sé qué es lo que quiera decirme pero puede esperar, no dejaré pasar la oportunidad de hablar con esta chica.

- "Hola, buenas tardes". Saludé haciendo un gesto con la mano.

Ella solamente volteó a donde yo estaba y sentí que me escaneó con su mirada. - "Hola, ¿qué tal?" Me dijo en un tono seco y serio.

- "Entonces... ¿sabes algo sobre Sofía?" Pregunté intrigada.

- "Tal vez, ¿qué es lo que busca con ella?"

- "Bueno, como dije antes, es una sobrina que hace muchos años no veo y pues..."

- "Mire señor". Interrumpió la chica alzando un poco la voz. "No soy tonta, no tiene ningún parecido a ella, es obvio que no es su familiar. Ahora dígame qué es lo que busca. ¿Dinero?"

- "¿Qué, dinero? No para nada, no soy de esas personas, no busco nada de eso". Luego de eso analicé las palabras que dijo. "¿Cómo sabes que no nos parecemos? Entonces sí la conoces, por favor dime cómo encontrarla.

La chica me miró sin hablar y luego me hizo un gesto con la mano para que yo tomara asiento. Una vez sentada me comencé a calmar un poco y pude notar también un cambio en su actitud.

- "Está bien, sí la conozco. Pero es justo por eso que tengo interés en sus intenciones, ella nunca me ha hablado de algun familiar lejano, ni siquiera de algún familiar en general, es muy misteriosa."

- "Ah, ya veo, así que son amigas. Qué bien". Le dije sonriendo ya que podía darme información de primera mano.

- "Eh... sí, muy amigas". Dijo algo sonrojada. "Mejor cuénteme, ¿quién es usted?"

- "Mi nombre es Alberto".

- "Claudia, mucho gusto". Me dijo mientras estrechabamos las manos.

- "Mira, te seré sincero, no somos familiares, pero realmente necesito hablar con ella... a solas. Es solo que tenemos algunas cosas pendientes, pero descuida no es nada malo. No podría hacerle nada malo a mi cu... a mi vieja amiga". Le dije intentando ocultar nuestras verdaderas identidades. 

- "¿Nada malo? Y dígame ¿qué tan buenos y viejos amigos son?" Preguntó con un tono incrédulo. 

Ella comenzó a hacerme preguntas sobre mi vieja vida. Le inventé que nos conocimos desde secundaria, en donde ella era estudiante y yo trabajaba como vendedor de elotes. Nos hicimos amigos y con los años nos frecuentamos, "Sofi" me contaba sus secretos y aventuras y yo la aconsejaba. Tuve que contarle a esta chica varios datos sobre mí que solamente yo misma o alguien muy cercano sabría. Incluso le conté sobre algunos dramas con ex novios inmaduros, intuí que si esta chica era amiga de mi cuerpo, podría asociar todo eso y darse cuenta que decía la verdad. Al final ella simplemente me miraba muy sorprendida con los ojos bien abiertos

- "Wow, en verdad la conoces, bueno, quizás la conoces más que yo y eso ya es bastante decir, casi diría que me siento celosa". Dijo Claudia mientras sonreia de manera apenada.

- "¿Celosa por qué? Es normal tener amigos cercanos, no te la voy a robar" le dije riendo. "Los dos somos sus amigos".

- "Sí, bueno, ahi esta el detalle... no somos exactamente amigas". 

- "¿Qué? Me dijiste que sí, ¿qué es ella de ti? ¿Te hizo algo?" Pregunté preocupada y un poco alarmada.

- "Eh, bueno, nosotras... cuando hablabas de sus ex novios me sorprendí bastante por sus dramas pero eso tiene una razón la cual no sé si ya sospeches". Me decía titubeando un poco.

- "No, la verdad no. Dime, ¿qué sucede? ¿Qué te ha contado?"

- "Bueno, sus problemas eran porque descubrió que en realidad no le gustan los hombres,  ella es lesbiana."

- "¿Qué?" Grité sorprendida. "¿Cómo? Eso no es verdad, yo... digo, ella ama a los hombres, créeme".

- "Tranquilo señor Alberto, es verdad lo que le digo, y créame que me consta porque yo... yo... yo soy su novia".

En ese momento sentí un escalofrío por mi cuerpo, no podia creer lo que escuchaba. Ese maldito es tan "macho" que prefirio hacerme lesbiana antes que estar con hombres, me sorprende que sus gustos se hayan sobrepuesto sobre los míos porque yo a muy duras penas he podido con sus hormonas y deseos internos. Claro, es mi cuerpo y tiene mejor consciencia, espero no sea muy tarde.

- "¿Su novia? ¿En verdad eres la novia de Sofi? Digo, no las juzgo, eres muy linda a decir verdad, pero yo nunca, eh, Sofi nunca vio atractivas a otras chicas de esa manera".

- "¿Y usted como sabe eso? ¿Acaso le consta?" Claudia me preguntó en un tono más serio e intrigada.

- "Es difícil de explicar, pero por favor te pido que me creas, tienes que llevarme a hablar con ella, te prometo que todo se va a aclarar".

- "¿Pero qué es lo que se va a aclarar? No entiendo, si gusta podemos ir al depa pero no estoy entendiendo porqué tanto misterio."

- "Me vas a tirar a loco si te contara, por eso primero debo verla a ella y que nos escuches a ambos, estamos más conectados de lo que realmente piensas".

- "De acuerdo". Dijo con un tono algo resignado, "Pero prometame que me contaran todo, yo siendo sincera tengo sospechas de que Sofi me ha estado siendo infiel y usted es el primer sospechoso, así que debemos afrontar la verdad, vamos a verla".

No tenia idea de qué hablaba Claudia sobre engañarla, cuando yo ni siquiera he visto mi cuerpo, pero la intuición femenina nunca falla y ese pervertido seguramente esta haciendo cosas sucias a sus espaldas. Ambas nos levantamos y nos dirigimos a la calle para tomar rumbo al edificio, sin embargo a tan solo una cuadra de llegar, un policia me sorprendió por detrás derribandome al suelo y poniéndome unas esposas. 

- "¿Es este el sujeto que robó su bicicleta?" El policia preguntó a un chico que lo acompañaba. 

- "Sí, es él, ¡lleveselo por ratero!". Gritó el chico alterado.

- "No, no, espere, es un malentendido, no la robé solo la tomé prestada, esperen". Intenté gritar desesperada pero el policia tenia mucha más fuerza que yo.

Claudia solamente gritaba del susto pero no podía hacer nada al respecto. Me subieron a una patrulla y me llevaron detenido hasta los separos, viendo desde la ventana como me alejaba del edificio y de la oportunidad de ver a mi cuerpo. No pude contener el llanto, estaba tan cerca y ahora tan lejos. "Hubiese chillado cuando pensó en robarle a ese pobre muchacho" dijo el policía desde adelante.


Una vez en la comisaria me sentía asustada y sola, sentada en una silla fría de metal. Luego de un rato dos policias entraron a la sala y me empezaron a interrogar sobre mi identidad, al no tener identificación o algo que me pudiera ayudar, ellos no podian confirmar mi nombre para procesarme. Les inventé nombre y apellidos pero no me creyeron y solo terminaron enojandose. Al no poder identificarme, los dos me sujetaron con fuerza para sacarme de ahi y me llevaron a los separos junto con otras personas con muy mala pinta, los policias tenian mucha fuerza y me lastimaban, me dejaron algunos moretones. Pero eso pasó a segundo plano cuando los otros sujetos se acercaron a intimidarme, ellos podian sentir mi miedo. Uno de ellos puso sus manos en mi hombro a lo que por instinto lo sujeté y solté un golpe en su cara, armando una pelea entre todos los que estaban ahí. Como pude, solté golpes y esquivé algunos pero aun así terminé con varias heridas. Todo se calmó cuando un oficial llegó gritando y golpeando las paredes con su macana.

"¡Jiménez! Usted viene conmigo", dijo con autoridad, abriendo la celda y llevándome de ahí. Le daba las gracias por salvarme de esos monos mientras caminábamos por el pasillo.

Al llegar a la sala, sentí más calma a ver a Claudia esperándome. 

- "¿Está bien? ¿Le hicieron algo?" Me preguntó preocupada.

- "Estaré bien, descuida.  ¿Qué haces aquí?".

- "No podía dejarlo a su suerte, necesitaban que alguien verifique que no mentía con sus datos."

- "¿Cómo sabías mi apellido? No te lo dije antes." Inventé el nombre de Alberto, pero seguía usando mi apellido original, Jiménez. Me pregunto cómo lo habrá adivinado esta chica.

- "No lo sabía, pero después de todo es familia, ¿no?" Me dijo guiñando un ojo.

- "Sí, sí, así es". Le respondí algo apenada. Luego ella me detuvo antes de llegar a la salida y me miró fijamente.

- "Don Beto, digame algo. ¿Por qué no trae identificación ni papeles o algo con usted? Hay algo que no me ha dicho y quiero saberlo ahora".

- "Te lo explicaré todo pero primero salgamos de aquí por favor, me da pánico este lugar".

En ese momento la puerta se abrió por un guardia para dejat entrar a alguien desde afuera. Al abrise la puerta no era nadie más ni nada menos que Luis. Mi corazón casi se detuvo del susto al verlo.

- "Luis, ¡¿qué haces aqui?!" Dije muy alterada.

- "¿conocido tuyo?" Preguntó Claudia.

- "Beto, yo te debo hacer esa pregunta, llevo horas buscándote. Vámonos de aquí." Luis hablaba en un tono enojado y agitado, como nunca antes lo habia escuchado.

- "Hey esperenme". Dijo Claudia apurando el paso para alcanzarnos.


Los tres salimos rápidamente de ese horrible lugar y fuimos a un parque cercano para poder hablar en una banca. Luis nos explicó que hubo un corto circuito en su trabajo por lo que debieron retitarlos temprano al no haber energía eléctrica. Al llegar al departamento vio que tenía mi casco y equipo de trabajo ahi por lo que pensó que lo olvidé e intentó llamarme pero al no contestarle decidió llevarmelo, solo para enterarse que no fui y que mi jefe ahora es mi exjefe. Se preocupó de dónde podría estar así que acudió a un par de centros de rehabilitación pensando que habria caido en algún mal vicio, recorrió varios lugares más sin éxito y finalmente acudió a la comisaria esperando lo peor, llegando a este momento.

- "Tú, ¿de verdad hiciste todo esto por mí? ¿La ciudad entera para buscarme?" Le pregunté muy sorprendida y apenada. "Nunca antes alguien se preocupó tanto por mí".

- "Sí, pero no pienso volver a hacerlo, así que ahora mismo me explicas qué está pasando o te vas de mi casa". Respondió enojado.

- "Tranquilo Luis". Dijo Claudia intentando calmarlo. "Él estaba conmigo y todo esto es un malentendido".

- "¿Y tú quién eres?"

- "Me llamo Claudia, bueno la verdad yo también quiero saber qué sucede con este señor". Claudia respondió mirándome de reojo. "¿Cuál es tu relación con Sofi?"

- "De acuerdo, no tengo nada más que perder ahora y no me importa si me tiran a loco ya". Dije resignada, sentándome en la banca mientras ellos dos me veian de frente.

- "¿Sofi? ¿Y ella quien es?" Preguntó Luis.

- "Mi novia". Respondió Claudia, sacando su celular y enseñando una foto de mi viejo cuerpo.

- "¿La chica de internet? Beto yo sé que te gusta mucho esa chica pero ¿piensas acosarla? Te tenia en otro concepto."

- "Así que esa es tu intención? ¡Lo sabia!" Dijo Claudia con enojo e intentando darme una bofetada la cual detuvo Luis.

- "No, no, de verdad que no, no pienso acosarla y jamás lo haría, no podria hacer eso porque... porque..."

- "¿Qué?" Dijeron ambos al mismo tiempo.

Di un profundo suspiro y luego los mire a los ojos. 

- "Esa chica de internet, Sofi, en realidad soy yo. Estoy atrapada en este cuerpo y el pervertido está ocupando el mío desde hace ya un par de meses."

- "¿Neta? ¿Esperas que te crea que mi novia en realidad es un viejo pervertido? Claudia dijo cruzando los brazos.

- "Sí". Dije resignada.

- "Luis, neta, si necesitas ayuda ahora puedes decirme y veremos una solución, ¿qué te metiste?" Luis dijo insinuando que yo estaba drogada o algo.

- "No tengo nada de eso, me da asco pensar en meterme algo asi, incluso beber alcohol. Lo que digo es la verdad. Estoy atrapada aquí con esta vida y este cuerpo viejo, perdí todo lo que tenía, mi familia, mis amigos, mi juventud, todo". Comencé a decir con lágrimas en los ojos y sollozando.

- "Entiende que lo que dices suena muy descabellado. Ademas, ¿cómo puede ser eso posible? ¿Puedes comprobarlo?"

- "No tengo idea de cómo sucedió, yo solamente salí un día normal cuando este cochino me intentó asaltar en un callejón, me desmayé y cuando desperté ya habíamos intercambiado. Él se había adueñado de mi vida." 

Ambos me miraban incrédulos y de brazos cruzados. No los culpo, yo también tiraría a loco a alguien si me contara eso.

- "Claudia, hace rato te conté cosas que solamente yo podría saber sobre mí. Si eres la novia de mi cuerpo debes saber que digo la verdad. Preguntame cualquier cosa sobre mi cuerpo para que veas." Dije mirando a Claudia, quien luego de unos segundos de mirarme bajó los brazos en señal de que me estaba creyendo. Luego miré a Luis: "Luis, no sé cómo explicarte o demostrarte que digo la verdad. Preguntame o pídeme lo que creas necesario, pero debes creerme. Nuestta amistad es algo que nunca habia tenido ni siquiera con mis antiguas amistades. Cuando me viste usando tu laptop, solo trataba de saber qué pasó con mi cuerpo, pero no pude mis hormonas de hombre, tú debes entender eso."

- "Bueno". Luis dijo bajando los brazos igual. "No sé si sea verdad, aunque igual eso explicaría tus ademanes y manera de caminar tan... particulares. Al inicio me dabas la impresión de ser gay."

- "¿Qué?"

- "Sí, a decir verdad caminas como si fueras niña aunque lo intentas disimular pero se puede notar, igual llegué a pensar que solo eras afeminado." Dijo Claudia un poco menos tensa.

- "No lo sé, es tan difícil adaptarse siendo tan repentino, pero bueno ahi tienen pruebas y si quieren pueden preguntarme lo que sea, por favor créanme."

Los tres nos pasamos cerca de una hora hablando en la banca del parque, haciendome preguntas y cuestionando todo lo que yo decía. Dijeron que no estaban convencidos por completo pero en el fondo yo sé que me creen, en especial Luis, puedo sentir en su mirada que nuestra confianza aun continúa. 

- "Bueno, y a todo esto, ¿como deshacemos este cambio?" Preguntó Luis.

- "No tengo idea, por eso es que necesito hablar con mi cuerpo, necesito saber qué es lo que está tramando ahora y cómo logró cambiarnos. Debemos revertir esto, quiero mi cuerpo y mi vida de vuelta."


Los tres nos dirigimos al departamento donde vivían mi cuerpo y Claudia. Era un departamente bastante amplio y lujoso, con muchas comodidades. Admito que es un lugar en el que me gustaría vivir. Quizás un poco de mi buen gusto se quedó ahí. En las repisas había fotos de mí con Claudia, había fotos basándonos, fotos mías con casi nada de ropa y muchos espejos.

- "Dios, ¿por qué tanto espejo?" Pregunté.

- "Sofi ama verse todo el tiempo, en todos los ángulos. No la culpo, yo también amo verla, ese culo es tan... oh, disculpa, no se si deba hablar asi de ella frente a ti." Dijo Claudia en un tono lujurioso.

- "¿Y en dónde está esa niña?" Preguntó Luis.

- "Cuando me fui estaba aqui, pero ella luego sale sin avisar para juntas de trabajo. Debe llegar en algún momento, le marcaré".

- "¿Juntas? Creí que solo se tomaba fotos para hacer dinero. ¿A poco tiene jefe?"

- "Sí, bueno no exactamente. Desde hace unas semanas hace colaboraciones con una revista, y pues debe ir. La verdad es que no me cuenta mucho porque dice que es aburrido. Pero yo siento que hay algo más. Y si lo que dices es verdad y ella es tú, entonces algo malo esta sucediendo. Oh, mi hermosa Sofi". Claudia respondió. 

Claudia se metió al cuarto para hablar por teléfono mientras Luis y yo esperábamos en la sala. Luego de un rato ella salió algo enojada ya que Sofi tardó mucho en contestar las llamadas y no podía localizarla, además de que mencionó no tener hora para llegar. Nos dijo que estaba preocupada y sentía que algo malo estaba pasando con ella. Claudia nos pidió que regresaramos otro día ya que no tenía caso quedarnos. Luis se acercó a consolarla al verla preocupada, admito que sentí un poco de celos al ver que tenía su atención pero tampoco podia dejar de pensar en mi cuerpo, ¿y si algo malo estaba sucediendo? ¿Por qué evadia a Clau? 

Luego de casi una hora consolandola, nos dirigíamos a la salida, sin embargo justo antes de abrir la puerta del departamento, alguien comenzó a abrirla desde fuera. La puerta se abrió y ahí estaba, mi cuerpo frente a mí entrando al departamento, sin embargo se veia mal. Tenía el maquillaje corrido, el cabello desarreglado y un vestido que enseñaba todo, pero se veia algo rasgado y uno de sus labios tenía sangre, como si hubiese recibido un golpe. Al vernos, ambos nos quedamos en shock sin poder hablar. Era el momento de la verdad.

jueves, 6 de enero de 2022

El asalto de cuerpo, capítulo 8



Esta noche me encontraba cenando con Gilberto en uno de los restaurantes más caros de la ciudad. La comida era deliciosa, la gente de aquí vestía de manera sumamente elegante y, claro, todo era pagado por él.  Yo era la estrella de la noche y en el restaurante lo sabían. Estaba recibiendo atención de lujo por parte de todo el personal, supongo que me reconocían.
El único problema es que la plática era aburrida, Gil solamente hablaba de sí mismo y sobre cómo había logrado tener el éxito que tiene. 
Al inicio el sexo era delicioso y muy apasionante, pero cuando comenzamos a "salir" todo cambió, al ver que era tan egocentrico y arrogante debo admitir que mi deseo por él disminuyó en gran medida. Poco a poco perdí el interés en él y solo tuve interés en su dinero.

- "Wow, ¿en serio? ¡qué interesante!" Dije con una sonrisa un tanto fingida. "Cuéntame más".

- "Claro, princesa" me dijo con una sonrisa. 

Él en verdad disfrutaba hablar de sí mismo, pero yo podía notar que no despegaba su mirada de mi escote. Yo mismo elegí este vestido ya que resalta mis tetas y me queda lo suficientemente ajustado para que mi trasero se robe tu atención al darte la espalda.


- "Entonces este sujeto viene e intenta decirme que estoy cometiendo un error por no firmar a su chica para la portada del mes. Solo serían pérdidas, ¿sabes? ni era tan atractiva".

- "¿No tan atractiva como yo?" Le pregunté mientras hacía una mirada coqueta.

- "Nadie es tan hermosa y atractiva como tú". Me dijo, y seguido de eso me intentó besar, pero alcancé a voltear la cara.

- "No, no, te dije que por ahora no besos, espérate al ratito".

- "Ah, princesa, me vas a matar así". Me respondió, podía sentir su desesperación y su deseo por tenerme. En realidad yo lo tenía en donde yo quería. 

Gracias a él, yo había tenido acceso a privilegios dentro de su revista, me metía a algunas sesiones en donde podia ver a las modelos cambiarse frente a mí. Una parte del personal me reconocía y trataba como si fuera la jefa, y Gil me compraba las joyas que yo quisiera. No era que me falte el dinero, pero disfrutaba tener al mundo a mis pies. 

Mi preocupación era mi bebé Clau, ella no sabe que Gil y yo hemos estado saliendo y haciendolo, ella piensa que somos amigos y que nuestras salidas son por juntas de trabajo, ya que he estado participando en algunas sesiones de fotos a las que Clau no ha podido ir por estar ocupada. Por las noches antes de dormir mi cabeza da vueltas al no saber cómo decirle todo. La quiero en verdad, y el sexo con ella es mil veces mejor que con Gil a pesar de lo bien que lo pasamos, pero estos privilegios nuevos son demasiado buenos para dejarlos ir. 

En la madrugada al llegar a casa me metí de manera sigilosa intentando no hacer ruidos ya que Clau estaba dormida. Sin embargo al entrar, la luz se prendió de golpe y solamente vi a mi querida Clau del otro lado de la sala, tenía ojeras y se veia cansada.

- "Hola preciosa" le dije intentando disimular mis nervios. Ella simplemente bostezó.

- "¿Dónde andabas? Ya es muy tarde y estaba preocupada por ti". Me respondió con los ojos entre cerrados y su mirada cansada. "¿Y porqué llevas ese vestido? Pensé que había sido una junta formal."

- "Sí, sí, lo fue. Es solo que quería impresionar a los jefes, ¿sabes?" Dije haciendo mi mirada coqueta y moviendo mis caderas. Antes de salir yo le dije que tenía una junta con unos directivos de la editorial, no podia decirle que recién estaba llegando de haber cogido con Gil, aunque admito que estuvo de más, ya solo lo hago por el dinero.

- "Pero hermosa, tú impresionas a cualquiera" me dijo sonriendo y se acercó a darme un beso. "Y sabes que si no estuviera tan cansada ahora mismo no estaríamos hablando exactamente, ese vestido es de mis favoritos" continuó diciendo mientras me daba la espalda y se metía al cuarto.

- "Te veo en unos minutos mi amor". Le dije mientras me metía al baño a quitarme la ropa y el maquillaje, esto de las rutinas para cuidar tu piel es lo más fastidioso de ser mujer, pero es el precio por mantener esta cara perfecta.


A la mañana siguiente me levanté a hacer el desayuno, decidí preparar hot cakes ya que es la comida favorita de Clau. Ella seguía durmiendo asi que quería sorprenderla. Admito que cada vez se me da mejor la cocinada, en esta ocasión me salieron más esponjosos que nunca, moría de antojo y hambre asi que no aguanté a esperar que clau se despierte por si sola y fui al cuarto.

- "¡Ya despierta dormilona!" Le dije al oído y le di un beso en el cuello.
Ella se despertó con una sonrisa de oreja a oreja.

- "¿Qué? ¿Por qué tan de buenas?" Me preguntó mientras se estiraba en la cama.

- "Oh, nada, solo queria consentir a mi amorcito con su desayuno favorito, te espero en la cocina".

La comida estuvo deliciosa y Clau se seguía viendo hermosa como siempre aun si estuviera recién levantada. Y bueno yo no me quedaba atrás, las dos irradiamos belleza.
Al terminar la comida, me quedé en la barra de la cocina terminando mi café mientras Clau comenzaba a arreglarse para salir. A pesar de mi dinero y proponerle varias veces que yo la podia mantener, ella no aceptaba y decidió seguir trabajando por su cuenta en una oficina cerca de mi depa. 

- "¿Lista, cariño? Te ves espectacular". Le dije mientras le daba pequeños sorbos a mi taza de café. 

- "Sí ya casi, solo faltan mis tacones". Me dijo apresurada.

- "Tranquila, no te vayas a tropezar por andar a las carreras, ¿qué más da si llegas tarde?".

- "Uhh eso sí que no, no puedo. No todas tienen un trabajo sin horario". Me dijo viéndome seriamente.

- "Ouch, perdona no quise decirlo así". 

- "No, no te preocupes Sofi, solo bromeaba." Se rió mientras se ponía un abrigo antes de abrir la puerta y salir. "Ah, oye, a propósito, ayer cuando no andabas llegó un señor un poco extraño preguntando por ti, pero le dije que no te conocía y estaba equivocado de edificio, ¿sabes algo de eso?".
De la sorpresa escupí mi café y sentí que mi corazón se detuvo por un segundo.

- "¡¿Qué?!" Dije muy asustado. "Eh, no, no sé. ¿Cómo se veía el señor?". 

- "Wow no te habia visto asi de sorprendida antes. Bueno no recuerdo bien, fue muy rápido, yo venía de la panadería y él me interceptó. Era un poco alto, moreno, ojos cafés... ah y tenía una pequeña cicatriz en la frente arriba de su ceja. Incluso me dijo que era un tío lejano pero yo no le vi ningún parecido a ti." 

- "Sí... seguro era algun pervertido o algun stalker, creo que deberiamos mejorar la seguridad de aquí o avisar." Le dije mientras trataba de disimular mis nervios y mis manos temblorosas. Esa era la descripción de mi antiguo cuerpo, ¿cómo carajos me encontró? De cualquier manera no hay nada que pueda hacer, este es mi cuerpo para siempre.

- "Pues qué miedo, en fin esperemos que no regrese. Nos vemos al rato amor".



Claudia se fue y en cuanto cerró la puerta corrí hacia mi habitación para ingresar a mi sitio, ¿acaso mi dirección está visible o algo? ¿Cómo rayos me encontró esa niña? Espero que realmente Clau la haya convencido de que estaba equivocada de lugar, pero lo dudo, esa niña es muy astuta, lo sé porque desde que estoy en este cuerpo puedo percibir las cosas diferente, creo que esa famosa "intuición femenina" se conservó aquí y también la tengo ahora en cierta manera. Eso es lo que me ha ayudado a no ser estafada y manipular a las personas a mi antojo.
Tendré que andar con más cuidado de ahora en adelante.


sábado, 1 de enero de 2022

El asalto de cuerpo, capítulo 7

(Antes que nada, quiero desearles un feliz año nuevo y ojala su 2022 sea muy bonito y les traiga felicidad y paz. Por lo pronto les comparto un nuevo capítulo para comenzar el año con las mejores ganas)

...




No puedo creer lo que ese enfermo ha hecho con mi vida, me ha destrozado por completo mis sueños e ilusiones. No podia hacer nada más que llorar de la rabia e impotencia. Me encontraba sentada mirando "mi" sitio porno, o bueno el sitio de "Zoffi". Por Dios qué horrible apodo, ni siquiera es creativo. Tenía que apurarme ya que estaba usando la laptop de Luis mientras él se bañaba. Al mirar las sesiones de fotos tenía muchos sentimientos encontrados, sentía rabia y queria matarlo, y al mismo tiempo tengo que admitir que mi cuerpo se veia endemoniadamente delicioso... no espera, no puedo sentir eso, esa soy yo.


Esta foto es hermosa en verdad, esa lenceria negra con mi tono de piel combina demasiado bien, y esos abs no los tenía, nunca me dediqué a entrenar o hacer mucho ejercicio, vaya hermosura y cuerpazo. El lado positivo es que mi cuerpo se mantiene en gran forma y me veo más antojable que nunca... espera ¿porqué dije antojable? No, no, no puedo pensar eso... y también ¿porque mi pene se está poniendo tan duro? ¿Qué es esto que siento? No puedo estar excitada conmigo misma.
En medio de mis pensamientos y conflicto interno no me di cuenta que la puerta del baño se abrió, saliendo Luis con una toalla y mirandome usando su lap.

- "Eh... ¿interrumpo algo?" Me dijo con una voz apenada.
Del susto no pude evitar soltar un grito y ponerme de pie.

- "No, no, no. Luis, no es lo que parece".
Luis simplemente soltó una risa.

- "Beto, tranquilo, a todos nos pasa, y más con esa niña que tienes ahí en la compu... y veo que te gusta mucho, ¿eh?" Me dijo mientras veia de reojo mi erección. 

- "No, en verdad, no es eso, yo... yo..." mi cara quedó roja de la pena y me quedé sin palabras.

- "Hey, tranquilo, es normal bro, solo que la próxima si quieres privacidad puedes decirme y te dejo solo el tiempo que necesites". Me dijo entre risas. "Oh, y espero que ese sitio no tenga virus, o me pagarás una laptop nueva". Agrego antes de irse.

Yo estaba muerta de la pena, no sé qué es peor, explicarle que esa niña de la pantalla soy yo en realidad o explicarme a mí misma porque me siento tan caliente viéndome. 
Al final decidí apagar la laptop e irme a dormir, pero mi mente seguía dando vueltas alrededor de cómo será la nueva vida que ese degenerado le ha dado a mi cuerpo. Necesito contactarlo más allá de un simple mensaje electrónico. 

Al día siguiente en la obra mi mente seguía dispersa pensando en mi cuerpo, aun tenía sentimientos encontrados, mis nuevas hormonas me provocan un deseo enorme de seguir admirando las fotos y tocarme, ayer creo que si no fuera por la interrupción de Luis muy probablemente haya cedido a la tentación, incluso mi mente fría y calculadora no se podia resistir a mis nuevos deseos carnales. Pero por otro lado solo pensaba en qué manera podría encontrarlo físicamente.  En medio de todo esto, estaba tan distraída y dispersa que no escuché cuando mis compañeros me gritaron que me hiciera a un lado porque habían soltado sin querer un martillo el cual cayó sobre mi cabeza, afortunadamente tenía el casco puesto y solo resultó en un golpe que me dejó un poco mareada y aturdida por unos segundos, a pesar de esto perdí el equilibrio y cai al suelo, por lo que rápidamente se acercaron a ver que estuviera bien.

- "Beto, Beto, Beto ¿me escuchas?" Iván dijo preocupado.

- "Pendejo te dije que tuvieras cuidado con ese martillo" Kevin gritaba regañando a Jerry, quien habia dejado caer el martillo.

- "Fue sin querer, se me resbaló porque no pusiste bien la escalera, cabron". Le respondió enojado.

- "Estoy... estoy bien, creo" les dije mientras intentaba levantarme, pero seguia algo mareada asi que tuve que quedarme sentada un momento.

- "Esa estuvo cerca, Beto, si no tuvieras casco no la contabas, y yo que siempre te critiqué por usar casco" dijo Ivan mientras soltaba una risa nerviosa. Él nunca se ponía el casco y además invitaba a los demás a no usarlo porque le daba calor y eso era para cobardes según.  Al menos espero que haya servido para que reflexione sobre la seguridad.



- "A un lado todos, grupo de irresponsables, dejenme pasar" Dijo una voz autoritaria, se trataba del supervisor de la obra acercándose a ver que yo estuviera bien. "Beto, qué bueno que sigues entre nosotros, ven conmigo". Él me ayudó a levantarme y me llevó a su pequeña oficina improvisada en medio de la construcción. 

- "Estoy bien, señor, no se preocupe, ahora mismo regreso a trabajar" le dije intentando salir de ahi, no quería que me cuestionara mucho. 

- "No, no, nada de eso, no regresarás". Me dijo en un tono muy serio.

- "¿Qué? ¿Por qué? Me siento bien". Le respondí preocupada, pensé que estaba despidiendime así que intente hacer un "4" pero perdí el equilibrio y casi caigo de nuevo al piso.
Él simplemente me miro seriamente, desaprobando lo que yo hacia. 

- "Beto, por favor siéntate". Me dijo haciendo un gesto con las manos. "Escúchame, tú sabes bien que no tienes papeles ni mucho menos un seguro médico, si te dejo estar aquí es porque me transmitiste confianza. Me estoy jugando mi trabajo, ¿sabes?. No puedo dejar que regreses ahí luego de ese golpe. Así que debo pedirte que te retires por hoy y descanses, te espero mañana a primera hora, y espero que andes más atento o ya no habrá otra oportunidad, ¿entendido?".

- "Si, señor, entiendo". Le respondí con la mirada baja, él tenía razón y no podia dejar que por mi culpa él perdiera su trabajo.

Luego de eso me retiré del lugar en camino al depa de Luis, en el camino solo pensaba en cómo podía llegar hasta mi cuerpo, lo único que se me ocurrió fue visitar el sitio web y buscar algún dato que pudiera ayudarme, así que me apresuré en llegar rápido. Afortunadamente era temprano, no era ni mediodía así que Luis estaba fuera y no llegaría hasta la noche, asi que pude agarrar su laptop nuevamente. 
Al abrir el sitio me encontré a mí misma posando e invitando a tener pensamientos morbosos. Cerré los ojos fuertemente para concentrarme y comencé a buscar en cada rincón del sitio, todas las descripciones, fondos de las fotos, etc. Lo único que hallaba era un correo electrónico pero ese ya lo tenía desde antes. En medio de mi búsqueda con tantas fotos, fue inevitable que mi pene se pusiera duro de nuevo, demonios no me dejaba concentrarme, sentía cómo palpitaba, era casi como si me hablara y me exigiera acción. Trataba de enfriar mi mente pero era muy fuerte el deseo así que comence a palparlo y agarrarlo con toda mi mano. Al inicio sentía asco pero mientras más lo tocaba y se enderezaba, más se desaparecía esa sensación y en su lugar solo sentía más ganas de seguir y jalarlo más rápido. No sé cómo describirlo, en mi cuerpo original me había tocado de la excitación, pero era totalmente distinto. Sentía que mi pene se apoderaba de mi voluntad y finalmente cedí, cada vez era más rica la sensación. Comencé a pasar por varias fotos para excitarme más y por mi mente pasaban imágenes de todo lo que le haría a esa vieja tan sabrosa de la pantalla si la tuviera conmigo.

Luego de unos minutos finalmente logré sentir mi primer orgasmo en este cuerpo, y debo admitir que se sintió glorioso. Pero después de unos segundos mi mente se empezó a enfriar, comencé a sentirme culpable y un poco triste al mismo tiempo. ¿Acaso me masturbe mirando mi propio cuerpo? ¿Por qué dije vieja sabrosa? Por unos segundos incluso me desconocí completamente y solo veia a una mujer hermosa, pero por fortuna ahora mi mente esta fría y puedo pensar con más claridad. Ahora veo porque los hombres se comportan asi cuando quieren coger a una mujer. 

Ya con la mente calmada continué mirando las fotos objetivamente. 
Algo que percató mi atención es que en un par de fotos se alcanzaba a ver la ventana de un cuarto y lograba distinguir los edificios que se veían al fondo. ¡Era la misma ciudad! Al parecer no fue muy lejos... sí, es el otro lado completamente de la ciudad pero creo reconocer la zona. Ahora solo es cuestión de buscar el edificio, con lo que aprendí de arquitectura básica en la construcción y los ángulos de los edificios, pude triangular la ubicación de las fotos, o al menos la zona. Espero que aun siga viviendo ahi, al parecer la última foto que subió ya tiene unas semanas.


Me dirigí al otro lado de la ciudad vistiendo una sudadera y una capucha puesta, no quería que por error mi cuerpo me llegase a ver o reconocer. Finalmente llegué a la zona. Recuerdo que en una foto se alcanzaba a distinguir una parte del edificio de en frente así que no habia duda de que estaba en el edifucuo correcto, pero ¿cómo encontrar el departamento? Quizas tenga que esperar aquí afuera hasta que mi cuerpo salga o llegue.  

Luego de un par de horas no habia tenido éxito, por lo que me arriesgué a ingresar al edificio, evadiendo la seguridad y al portero. En un pasillo me encontré a una chica bastante linda cargando una bolsa con pan. Me acerqué a hablarle para preguntar si conocía a alguna "Sofía" pero creo que por mi misma apariencia la asusté y simplemente evadió mis preguntas por más que traté de ser amigable.
Me parece que tendré que seguir viniendo al edificio hasta encontrar mi cuerpo.





Te puede interesar...

La piel de la juventud

 Elena es una joven recién egresada de la universidad. Ella además de ser muy hermosa, es muy inteligente, ya que se graduó con el mejor pro...