Capítulo 5: Una visita inesperada
- "Aghh, ¿pero qué pasó? ¿En dónde estoy?"
- "¡Doctor! ¡Doctor! Venga rápido, la paciente se despertó" - Una enfermera salía corriendo de la habitación.
En la cama yacía una mujer malherida, con el cuerpo lleno de moretones, un brazo con yeso y una parte de su cabeza vendada. Se trataba del cuerpo de Lucy, aunque no era exactamente ella.
El doctor llegó deprisa, sorprendido por ver a la mujer recuperar la consciencia.
- "¿Doc..doctor? ¿En dónde estoy? Veo todo borroso". La mujer decía asustada y temblorosa.
- "Tranquilícese señora, es normal que la vista tarde en reajustarse después de un trauma tan grande en su cabeza, en especial después de haber estado en coma".
- "¡¿En coma?! ¡Eso es imposible! - La mujer intentó levantarse, pero el dolor fue tan fuerte que no pudo moverse casi nada. Y el brazo lo tenía tan entumido que casi no lo podía sentir. - "¡Mi brazo! ¡Oh ¿qué me pasó?!
- "Su brazo está completamente fracturado, en 4 partes, de puro milagro no se despegó de su cuerpo, debió ser un golpe muy fuerte, de alguna maquinaria o algo" - El doctor dijo de manera seria. - "Le sugiero que se mantenga en reposo para no empeorar su condición".
La mujer tenía lágrimas en sus ojos por el dolor y el shock de lo que estaba escuchando, miró hacia bajo y notó un cuerpo mayor, con una complexión amplia y piernas anchas. Pidió un espejo el cual la enfermera le facilitó, ahí por fin pudo ver su rostro, el rostro golpeado de la mujer que intentó ayudar antes de quedar inconsciente. La enfermera y el doctor se retiraron, dejando a la mujer sola.
- "No, esto no puede ser, ¿por qué veo a la mujer? ¿Por qué estoy en este cuerpo? No entiendo nada. No soy ella, soy Gwen, soy Spider-Ghost." - Gwen decía a sí misma, pero desde el cuerpo de Lucy se sentía como una total desconocida. - "Mi brazo... nunca antes había sentido este dolor, en ninguna parte del cuerpo, jamás antes me había fracturado algo, ni siquiera sé si eso era posible. Me siento tan debil y frágil" - Gwen se seguía lamentando con su dolor. Pero ahora no podía hacer nada, el dolor le impedía moverse por completo y no podía decirle a nadie ya que nadie le creería y también implicaría revelar su identidad secreta.
Gwen decidió mantenerse en reposo, para poder recuperarse lo suficiente para encontrar un modo de huir. Por la apariencia de la sala pudo intuir que se trataba de un lugar policial así que seguramente la mujer se trataba de una delincuente que iba a ser procesada, así que no tuvo más opción que colaborar.
Luego de un día y medio, el doctor decidió darle de alta para que pudiera ser llevada a su celda, en donde recibió una sentencia de 20 años por su historial de crímenes. Ella permanecía siempre en silencio, para evitar cualquier sospecha. Sin embargo por más que intentaba no podía concentrarse ni pensar claramente en algún plan, era como si su intelecto hubiera disminuido o si no pudiera usar su cabeza. Lucy había recibido tantos golpes y consumido sustancias tóxicas en su vida que había comenzado a dañar su cerebro, por lo que constantemente actuaba más por instinto que por realmente planificar las cosas. Esto hacía que Gwen se frustrara cada vez más, no sabía lo que pasaría con ella.
Al caminar por los pasillos del reclusorio, se cruzó con las mujeres que ella había detenido la noche en que el cambio ocurrió, las mujeres que eran parte de la banda criminal de Lucy de quienes podía recordar sus rostros. Una de ellas fijó su mirada en Gwen y al toparse la mujer le soltó un fuerte golpe en el estómago al cual Gwen no pudo reaccionar. No se lo esperaba y no estaba acostumbrada a esquivar sin sus reflejos y sentido arácnido, por lo que se quedó en el suelo sin aire.
- "Esto es por traicionarnos, maldita. Primer aviso, la siguiente te tendrán que sacar en un ataúd." - La mujer le dijo mientras ponía su pie en la cabeza de Gwen, quien no pudo hacer más que quedarse en el suelo llorando de impotencia. Solo podía recordar cómo unas noches antes ella la detuvo sin sudar una gota, pero ahora la situación se había invertido.
No tenía idea de nada de lo que pasaba, solo sabía que estaba en peligro y necesitaba huir lo más pronto posible. Y justo cuando pensaba que la situación no podría empeorar, una de las guardias la mandó a llamar. Le dijo que tenía visita, lo cual la sorprendió. Quizás se tratase de algún familiar de Lucy y la podría ayudar de algún modo. Sin embargo al llegar a la habitación de visita se llevó un gran shock cuando vio entrar su propio cuerpo frente a ella, con un semblante distinto al propio: amenazador, engreído. Y una sonrisa malévola que retorcía su dulce rostro.
- "¡¿Y tú quien eres?! - Gwen preguntó con una voz enojada pero débil. - "Exijo que me digas qué nos hiciste".
- "¿Yo? Yo soy Gwen Stacy, mucho gusto... señora" - Lucy respondió de forma burlona mientras caminaba hacia Gwen, menando las caderas.
- "No te muevas así, me veo ridícula" - Gwen dijo indignada ante la imagen, pero luego se recompuso para no distraerse - "Dime qué hiciste, devuélveme mi cuerpo maldita".
- "¿Tu cuerpo? ¿De qué habla señora? Yo solo vine a dar una vuelta por aquí... oh y resulta que me topé con usted".
- "Ya dejémonos de juegos, dime qué quieres. ¿Quién eres?".
- "Ugh pero qué amargada y fea te ves, ¿realmente me veía así? Bueno niña, sin rodeos, ahora yo soy Gwen Stacy, este cuerpo y esta vida ya no te pertenecen, son mías, ¿entendido?" - Lucy decía mientras pasaba sus manos por su abdomen y rostro, lo cual hizo que Gwen quisiera golpearla pero fue inutil, había un vidrio que separaba a ambas mujeres y ella no tenía la fuerza para romperlo. Ni siquiera para plantarse correctamente.
Gwen comenzó a soltar algunas lágrimas nuevamente. - "No te lo voy a permitir, no puedes quedarte con mi vida, arruinarás todo, hay una gran responsabilidad detrás de todo".
- "Oh, ¿hablas de esto?"
Lucy sacó de su bolso el traje de Spider-Ghost, colocándoselo a una gran velocidad. Lo cual dejó impactada a Gwen al ver que la mujer no solo tenía su cuerpo sino que también se había adaptado a sus habilidades sobrehumanas.